Situación
de detenidos en Guantánamo
La
Convención de Ginebra protegerá a los talibanes
El
Mercurio
Viernes
8 de febrero de 2002
El Presidente Bush, sin embargo,
no les dio a los milicianos el estatus de prisioneros de guerra.
La medida excluye a los activistas de Al Qaeda.
TRATO.- Las estrictas medidas de seguridad desplegadas
para custodiar a los presos en Guantánamo han hecho
que muchos cuestionen el respeto de sus derechos mínimos.
En la foto, militares trasladan a un detenido luego de
ser interrogado. |
Agencias
WASHINGTON.-
Luego de las críticas internacionales, el Presidente de EE.UU.,
George Bush, aceptó ayer aplicar las garantías establecidas
en la Convención de Ginebra a los miembros del derrocado régimen
afgano de los talibanes, que las fuerzas de su país mantienen
detenidos en la base naval de Guantánamo (Cuba), pero se negó
a extender esos beneficios a los presos en ese mismo lugar
que formaban parte de la red terroristra Al Qaeda.
Sin embargo, la decisión, que fue anunciada por el portavoz
de la Casa Blanca, Ari Fleischer, no le confiere a los talibanes
el estatus de prisioneros de guerra, algo que les permitiría
limitar sus respuestas en los interrogatorios. Así, el vocero
aseguró que la medida tendrá poco efecto sobre la vida diaria
de los detenidos en Guantánamo.
"Al Qaeda es un grupo terrorista internacional y no puede
ser considerado como un Estado integrado en la Convención
de Ginebra", agregó. En cambio - siguió- los talibanes están
amparados por la Convención de Ginebra porque Afganistán fue
uno de sus signatarios.
Derechos de militares
Fuentes oficiales estadounideses, que pidieron guardar el
anonimato, dijeron que el anuncio de Bush está pensado para
proteger los derechos de militares de Estados Unidos que eventualmente
puedan ser capturados en Afganistán o en cualquier otro lugar
donde Washington pueda extender la guerra antiterrorista.
El artículo 4 de la Convención define quiénes son prisioneros
de guerra y un protocolo aclara que "un mercenario no tiene
derecho" a ese estatus. Según los términos del tratado, sólo
las siguientes personas pueden ser prisioneros de guerra:
Los integrantes de las Fuerzas Armadas de una de las partes,
así como los individuos de las milicias y de los cuerpos de
voluntarios que las integren.
Los miembros de las milicias y cuerpos de voluntarios que
actúen fuera o dentro del propio territorio, aunque esté ocupado.
Esto, siempre que estén mandados por una persona que responda
de sus subordinados, tengan un signo distintivo fijo reconocible,
lleven las armas a la vista y dirigan sus operaciones de conformidad
con las leyes y costumbres de la guerra.
Los miembros de las Fuerzas Armadas regulares que sigan las
instrucciones de un gobierno o de una autoridad no reconocidos
por la potencia que los mantiene detenidos.
Las personas que sigan a las Fuerzas Armadas sin ser realmente
parte de ellas. Por ejemplo, miembros civiles de tripulaciones
de aviones militares, corresponsales de guerra, y otros.
La población de un territorio no ocupado que tome espontáneamente
las armas para combatir contra las tropas invasoras, sin haber
tenido tiempo para constituirse en fuerzas armadas regulares.
Según el artículo 5, si hay dudas respecto de la pertenencia
a alguna de estas categorías, las "personas que hayan cometido
un acto de beligerancia y que hayan caído en poder del enemigo
se beneficiarán de la protección del presente Convenio, en
espera de que un tribunal competente determine su estatuto".
A su vez, la Convención determina quiénes tienen que ser considerados
mercenarios, que es lo que ha hecho la Casa Blanca con los
activista de Al Qaeda.
Las personas que hayan sido especialmente reclutadas, localmente
o en el extranjero, a fin de combatir en un conflicto armado.
Aquellos que tomen parte en las hostilidades animados esencialmente
por el deseo de obtener un provecho personal. Por ejemplo,
una retribución material.
Los que no sean nacionales de una parte en conflicto ni residentes
en un territorio controlado por una de las partes en guerra.
Todo aquel que no sea miembro de las Fuerzas Armadas de una
de las partes enfrentadas.
Operación de rastreo
Tropas estadounidenses fueron enviadas a una zona del este
de Afganistán donde el pasado lunes un avión espía no tripulado
Predator disparó un misil contra un convoy matando a un presunto
alto líder de la red Al Qaeda, informó ayer la cadena norteamericana
CNN. Fuentes de la Casa Blanca no descartan que pueda tratarse
del mismo Osama bin Laden.
Debido a que las malas condiciones climáticas han impedido
el acceso de helicópteros al área del ataque, Washington decidió
recurrir a los soldados para que ubiquen los restos del convoy
y comprueben si efectivamente entrelas víctimas de la aeronave
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) está Bin Laden.
Se calcula que entre tres y siete personas habrían muerto
en la ofensiva del Predator.
Por su parte, el comandante de la guerra en Afganistán, el
general Tommy Franks, al entregar un reporte sobre la campaña
en el país asiático al Comité de Servicios Armados del Senado,
dijo ayer que EE.UU. colaborará en la creación de un ejército
nacional afgano, pero que ello no significa que las tropas
norteamericanas integrarán la fuerza internacional de paz.
Agregó que recomendará al Presidente George W. Bush seguir
las operaciones militares en Afganistán "mientras persista
una amenaza verosímil de focos de resistencia de Al Qaeda
o de los talibanes". |