Derrocar
a Saddam, el plan B de los halcones
El
Mercurio
Lunes
15 de octubre de 2001
El
ala dura del Pentágono postula establecer una misión militar que
ocupe el sur de Irak.
WASHINGTON.-
Fuera del gobierno, un grupo muy unido de funcionarios del Pentágono y de expertos
en defensa trabaja para conseguir apoyo con el fin de que se establezca una misión
militar destinada a derrocar al Presidente iraquí, Saddam Hussein, como si se
tratara de la próxima fase de la guerra contra el terrorismo. El grupo,
al que algunos del Departamento de Estado y del Capitolio llaman la "camarilla
de Wolfowitz", por el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, está fijando las
bases para una estrategia que contempla el uso de apoyo aéreo y la ocupación del
sur de Irak con tropas terrestres norteamericanas para instalar un grupo opositor
con sede en Londres que quede al mando de un nuevo gobierno. Bajo esta
idea, las tropas también se apoderarían de los yacimientos petrolíferos que se
encuentran alrededor de Basora, al sudeste de Irak, y venderían el petróleo para
financiar a la oposición iraquí del sur y también a los kurdos del norte, afirmaron
funcionarios de defensa. El grupo está estableciendo su tesis a pesar
de las declaraciones del Presidente George W. Bush de que primero debe enfrentarse
la guerra contra Afganistán y Al Qaeda. La idea es prepararse para lo que sus
integrantes consideran será el próximo debate acerca de la siguiente etapa del
conflicto. El grupo ha excluido una parte importante del Departamento
de Estado, en la que el secretario Colin Powell ha argumentado que dicho ataque
no haría sino destruir la coalición internacional que logró Bush. El
19 y 20 de septiembre, el Consejo Político de Defensa, un organismo integrado
por expertos de seguridad que aconseja al Pentágono, se reunió para estudiar el
escenario post atentados. Allí se coincidió en que es preciso dirigir la vista
hacia Irak tan pronto como haya terminado la fase inicial de la guerra contra
Afganistán y Bin Laden. Tanto el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,
como Wolfowitz participaron. Pero, a pesar de que el grupo estuvo de acuerdo en
derrocar a Saddam, se presentaron una gama de posibilidades, incluyendo una discusión
de los muchos obstáculos políticos y diplomáticos que representa una acción militar.
"Si no aprovechamos esta situación para reemplazar a Saddam una vez que hayamos
sustituido a los talibanes, no haríamos sino preparar el escenario para un desastre",
dijo Newt Gingrich, miembro del grupo. |