WASHINGTON.- La deserción ayer de un jefe de inteligencia talibán en Kabul podría dar a los aliados la ubicación del escondite de Osama bin Laden.

Haji Mullá Khaksar, viceministro del Interior, permaneció en su residencia oficial en la capital y se dijo que había cambiado de bando.

Fuerzas especiales estadounidenses y británicas quieren conversar con Khaksar, quien ayudó a establecer la operación de inteligencia de los talibanes en 1996. Es casi seguro que sabe dónde está el alto mando de Al Qaeda y el mullá Mohammed Omar, líder de los talibanes.

Khaksar, quien es considerado como una de las figuras talibanes más moderada, no ha sido arrestado por la Alianza del Norte, lo que refuerza la creencia de que está cooperando. Su deserción tensará más las relaciones entre Bin Laden y los talibanes. Se dice que las interceptaciones de radio reflejan la ira de Al Qaeda ante la retirada de sus aliados, mientras que los talibanes han criticado a Bin Laden por no desplegar a sus mejores combatientes.

Si se identifica el cuartel de Bin Laden, correspondería a los bombarderos pulverizar el área mientras las fuerzas especiales preparan un ataque por tierra. Tropas de elite están registrando cavernas abandonadas, túneles y edificios en busca de mapas u otros documentos que pudieran indicar su paradero.

Aviones están explorando con detectores de calor y lanzando panfletos que ofrecen US$25 millones por datos que conduzcan a su captura.

Washington también ha recibido señales de que Bin Laden está escaso de efectivo para comprar lealtad y pagar por sus movimientos clandestinos entre escondites.