Dos
talentos en la transición
El
Mercurio
Domingo
9 de diciembre de 2001
Sima
Simar es doctora en medicina y Suhaila Sidiq, médico cirujano.
La
elección en Bonn de dos mujeres para formar parte del gobierno interino de Afganistán
hizo noticia en el mundo, pero en ninguna parte significó tanto como en una clínica
pequeña en Quetta, Pakistán.
En medio del rebuznar de los burros y el polvo,
cerca del límite con Afganistán, tres enfermeras que estaban en el estrecho cuarto
de la maternidad se sintieron orgullosas por el nombramiento.
Sima Simar,
44 años, una doctora en medicina, será Vicepresidenta del gobierno de transición
y encabezará el departamento de Asuntos Femeninos.
Mientras, Suhaila Sidiq,
una médico cirujano, asumirá el ministerio de Salud Pública.
Sima es la
primera mujer que accede al puesto de Vicepresidenta en la historia de Afganistán.
El
nombramiento de ambas fue una victoria para las mujeres afganas tras años de sufrimiento
bajo el derrocado régimen integrista talibán, durante el cual debieron soportar
las más crueles humillaciones y sufrimientos.
Las enfermeras no podían
estar más contentas, porque Sima ha trabajado en la clínica por años.
Una
de las profesionales, Kubra Mehirab, dijo a "Los Angeles Times" que "Sima tiene
capacidad de sobra para asumir el cargo".
Méritos
Sima fundó
una red de clínicas y escuelas en Quetta, y demostró con creces que su designación
fue por méritos propios.
Hija de un oficial del gobierno en la ciudad meridional
afgana de Lashkar Gah, se graduó de médico en la Universidad de Kabul.
Laboró
en una clínica en su ciudad natal, pero huyó de Afganistán después de la invasión
soviética.
Suhaila Sidiq, de 60 años, alcanzó el grado de general de las
Fuerzas Armadas afganas durante la ocupación soviética.
De fuerte carácter,
goza de respeto en Afganistán por haber dirigido durante 20 años el Hospital Militar
de Kabul, y jamás ha abandonado esta capital, donde salvó de la muerte a centenares
de soldados.
Nacida en Kandahar, hija de un poderoso gobernador regional,
Sidiq constituye una rareza en Afganistán: una mujer de la etnia pashtún que no
se siente cómoda cuando habla su propia lengua; prefiere hablar persa, históricamente
el idioma de la elite de Kabul.
Hoy es directora del Hospital de Mujeres
y Niños de Kabul. |