El
objetivo prioritario de Estados Unidos
La
tierra de los guerreros eternos
El
Mercurio
Domingo
23 de Septiembre de 2001
La
expresión máxima del Islam. Un país de
montañas, seco y empobrecido, acostumbrado a invasiones
y luchas eternas, se apresta a una nueva batalla. Contra la
ex URSS no estuvieron solos; ahora, tampoco.
Un clima de máxima tensión se vive en Pakistán
tras los ataques estadounidenses en Afganistán.
El gobierno redobló la vigilancia en torno a embajadas,
compañías multinacionales, aeropuertos y
zonas fronterizas. |
Rodrigo
Barría Reyes
ISLAMABAD.-
Tal como se preveía, diversos dirigentes islámicos de Pakistán
condenaron rápidamente ayer los ataques estadounidenses contra
Afganistán, calificándoles de "brutales e inmerecidos".
Sin embargo, a pesar de las feroces críticas de los líderes
y a diferencia de lo que ha estado pasando a lo largo del
país durante las últimas semanas, ayer no se produjeron manifestaciones
masivas en favor de los talibanes.
Lo más destacado fue un grupo de unos 400 estudiantes que
se congregaron en las afueras del campus de la Universidad
de Peshawar. Allí, enfurecidos, los jóvenes gritaron consignas
como "Bush es un perro" y "abajo con Estados Unidos". Luego
de 45 minutos se retiraron, pero no sin antes prometer que
hoy en la mañana volverían.
Amar Medhi, portavoz del grupo militante musulmán Harakat
ul-Muyajedín, convocó a los musulmanes a "apoyar totalmente
a nuestros hermanos afganos", mientras que otra llamó a una
guerra santa.
"Los estadounidenses han usado su poder para matar a gente
inocente en Afganistán, en vez de atacar los campos de entrenamiento
de los que estaban hablando y por los que hicieron tanto escándalo",
expresó un enfurecido Mehdi.
Por su parte, el influyente Consejo de Defensa Islámica, que
simpatiza con el régimen talibán, emitió una convocatoria
a la "jihad" o guerra santa.
"Es el deber de todo musulmán apoyar a sus hermanos en esta
hora crítica", dijo el líder central Riaz Durana. "Apoyaremos
a los talibanes física y moralmente contra la agresión de
Estados Unidos".
Por su parte, el partido extremista paquistaní Jammat e Islami
(JI) condenó también los ataques y consideró que Estados Unidos
deberá enfrentar las consecuencias de su acto que calificó
de "brutal". "Este es un acto cobarde cometido en la oscuridad
de la noche que muestra la depravación moral" de EE.UU., dijo
el titular de JI, Qazi Hussain Ahmed.
Ahmed llamó además al régimen militar que gobierna Pakistán
a "retirar inmediatamente el apoyo que ofreció" a Estados
Unidos en su guerra contra el régimen talibán.
Incluso, los líderes religiosos han dicho además que enviarán
a los estudiantes islámicos a pelear por Afganistán y que
no temen morir porque son musulmanes.
Apoyo a la coalición
Rashid Quereshi, portavoz del Gobierno paquistaní, informó
que el espacio aéreo de Pakistán fue utilizado en los ataques.
Esta fue una de las concesiones de Islamabad como parte de
su apoyo a la coalición.
El gobierno paquistaní, que ha dado su apoyo a la coalición
contra el terrorismo, señaló que lamentaba que los esfuerzos
diplomáticos hubiesen fracasado y llamó a que las acciones
militares se concentrasen en "blancos definidos".
"Esperamos igualmente que las operaciones terminen pronto
y que comience un esfuerzo internacional concertado para promover
la reconciliación nacional y ayudar a Afganistán con la reconstrucción
económica", dijo una declaración del gobierno paquistaní.
Asimismo, el gobierno de Musharraf lamentó ayer que los esfuerzos
diplomáticos realizados para convencer a los talibanes de
que entreguen a Bin Laden hayan fracasado. Musharraf dispuso
ayer el arresto domiciliario de Maulana Fazlur Rehman, uno
de los más duros instigadores de las manifestaciones contra
EE.UU., que se han repetido con frecuencia en ciudades como
Islamabadad, Rawalpindi, y las fronterizas de Peshawar y Quetta.
Pakistán comparte una frontera de más de 1.700 kilómetros
con Afganistán. Tiene también nexos étnicos y familiares.
Muchos paquistaníes, incluso quienes no simpatizan con la
milicia dominante afgana de los talibanes, ven con recelo
los ataques estadounidenses. El analista paquistaní Rhaman
Jalid del Instituto de Estudios Políticos de Islamabad señaló
a "El Mercurio" que la reacción de los grupos religiosos será
acorde con el nivel de participación que tenga el gobierno
de Musharraf en las acciones contra los talibanes. Tras los
ataques estadounidenses, el Gobierno paquistaní reforzó la
vigilancia policial en torno a las misiones diplomáticas extranjeras,
las oficinas de las compañías multinacionales y las principales
instalaciones portuarias de Karachi, capital económica de
Pakistán. Al cierre de la presente edición había un clima
de gran tensión y nerviosismo en esta capital. Las fuentes
indicaron que están desplegando unidades suplementarias de
policía en torno a las sedes de compañías multinacionales,
representaciones diplomáticas y en el puerto de la ciudad.
Asimismo, indicaron que una unidad especial de la policía
ha asumido la vigilancia del aeropuerto internacional de Karachi.
Por otro lado, fuentes de la aerolínea de bandera paquistaní,
PIA, manifestaron que todos los vuelos se mantienen con normalidad
a pesar del comienzo de los ataques. La autoridad de Aviación
Civil de Pakistán agregó que todos los aeropuertos del país,
incluyendo el de Islamabad, permanecen abiertos.
. |