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Integristas extranjeros matan a los desertores talibanes
El Mercurio
Martes 20 de noviembre de 2001

Milicianos árabes, paquistaníes y chechenos buscan defender por cualquier medio la ciudad de Kunduz.


OFENSIVA.- Combatientes de la Alianza del Norte volvieron a atacar ayer Kunduz, en un intento por forzar la rendición de los talibanes.
The New York Times y agencias

BANGI, AFGANISTÁN.- Soldados extranjeros que combaten junto a los talibanes han comenzado a matar a sus camaradas afganos en un esfuerzo desesperado por mantener el control de la sitiada ciudad de Kunduz al norte del país, según informes de refugiados y de soldados de la Alianza del Norte.

Los combatientes extranjeros, leales a la red terrorista de Al Qaeda - mayormente árabes, paquistaníes y chechenos- , han baleado a más de 400 talibanes afganos para impedir que se rindan a la Alianza del Norte en Kunduz, el último reducto de resistencia en el norte.

Los 400 fueron asesinados en una balacera masiva ocurrida la semana pasada que fue incitada en parte por la capitulación de un comandante talibán local.

De acuerdo con los informes, los soldados árabes y paquistaníes también han matado a civiles de los grupos étnicos uzbeko y tadjiko, acusados de tratar de escapar hacia las zonas del país controladas por la Alianza del Norte.

Testigo presencial

"Los extranjeros vinieron a la ciudad y mataron a todos los hombres", dijo Muhammadullá, un jóven de 21 años que logró llegar hasta el territorio de la Alianza. "Vi esto con mis propios ojos".

Los refugiados que han abandonado la ciudad, rodeada por la Alianza del Norte desde la semana pasada, aseguran que al menos treinta hombres pertenencientes a las minorías étnicas del país fueron asesinados.

En los últimos días se han sucedido versiones de otras matanzas en menor escala. Otro refugiado, Dar Zardad, dijo que los talibanes mataron a ocho adolescentes por haberse reído de ellos, y que otros combatientes mataron a tiros a un médico por demorarse en atender a un talibán herido.

Muchos de los combatientes extranjeros aliados a los talibanes optaron por luchar hasta la muerte antes de rendirse, sabiendo que enfrentan la venganza de los afganos, que los odian, y porque no tienen un lugar seguro hacia donde huir, a diferencia de los guerrilleros locales, que pueden escabullirse y regresar a sus hogares.

Esta desesperación de los integristas en Kunduz se evidenció en un incidente que tuvo lugar la semana pasada, cuando seis árabes se suicidaron frente al avance de los efectivos de la Alianza en Dasht-e-Archi, cerca de la frontera con Tadjikistán.

Durante el fin de semana los talibanes ofrecieron salir de Kunduz si se garantizaba la seguridad de los combatientes extranjeros. Pero ayer los líderes de la Alianza del Norte pusieron en duda que los talibanes estuvieran en condiciones de negociar puesto que los árabes tienen el control efectivo de la ciudad.

Ayer, las tropas de la Alianza utilizaron dos tanques, dos piezas de artillería y un lanzacohetes contra las posiciones talibanes en las colinas, mientras aviones de guerra norteamericanos atacaban las defensas de la ciudad.

"Todos los días, la Alianza del Norte refuerza su presencia en Kunduz. Estamos tratando de negociar con los talibanes para que entreguen sus armas y se rindan", dijo el agregado de prensa de la Alianza en la embajada de Dushambe, Tadjikistán, Ariyonfard Shamsulkahk.

El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, aclaró que su gobierno no participa en las negociaciones para la rendición de los talibanes y que esas conversaciones las llevan adelante representantes de la Alianza del Norte.

De cualquier forma, Rumsfeld insistió en que EE.UU. no permitirá que "los talibanes y los combatientes extranjeros puedan irse a otros países donde sería mucho más difícil capturarlos".

"No les dejaremos salir. Preferimos que mueran en combate o que sean hechos prisioneros" por la Alianza del Norte.

El secretario de Defensa subrayó que ante todo hay que evitar que puedan recomenzar en otra parte actividades terroristas o de desestabilización política.

Muere lugarteniente de Bin Laden

Ndjuma Namangani, brazo derecho militar de Osama bin Laden, murió en los combates en torno a Kunduz, dijo ayer el general de la Alianza del Norte Abdul Rashid Dostum, según la agencia rusa Ria-Novosti.

Namangani, un uzbeko que lideraba la Brigada Internacional formada por mercenarios árabes, uzbekos y chechenos, fue nombrado por Bin Laden comandante del Frente Norte de sus fuerzas, según fuentes rusas.

La Brigada Internacional, constituida por entre 8.000 y 10.000 hombres, es el núcleo duro de los aproximadamente 20.000 combatientes que defienden Kunduz, asediada por la Alianza del Norte.

El lugarteniente de Bin Laden fundó el Movimiento Islámico de Uzbekistán, que busca establecer una república islámica en ese país destituyendo al Presidente Islam Karimov.

 

 

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