La
violenta historia de una ciudad clave
El
Mercurio
Sábado
10
de noviembre de 2001
Marcada
por una serie interminable de conflcitos, Mazar-e-Sharif es una pieza fundamental
para el control del norte del país.
ISLAMABAD/AGENCIAS.-
La ciudad de Mazar-e-Sharif tiene un largo historial de derramamiento de sangre
y traiciones.
El nombre de la ciudad significa "Tumba Noble" o "Tumba del
Elegido", porque se cree que allí está enterrado el yerno y sobrino de Mahoma,
Hazaret-i-Alí.
La ciudad, de 130.000 habitantes, ubicada en las llanuras
del norte del país, estuvo varias veces a la merced de los invasores desde que
Gengis Kan llegó por la ruta de la seda en el siglo XIII, decapitando a todos
los que se cruzaban en su camino.
Mazar-e-Sharif era en tiempos de paz
un importante centro económico de Afganistán, en medio de una fértil planicie
en la que se cultiva algodón, cereales y frutales.
Los talibanes tomaron
la capital de la provincia de Balj en agosto de 1998. Las matanzas que siguieron
constituyeron un capítulo oscuro de la historia de la ciudad.
El feudo
de Dostum
Tres comandantes lideraron ayer la exitosa ofensiva de la
Alianza del Norte: Atta Mohammad, Abdul Rashid Dostum y Haji Mohammad Muhaqiq.
Dostum,
de etnia uzbeka, y Muhaqiq, líder de una facción chiíta, tenían buenos motivos
para vengarse de los talibanes.
Mazar-e-Sharif fue el feudo de Dostum,
que dirigió la ciudad con mano de hierro. Se dice que los soldados hallados culpables
de crímenes eran aplastados por tanques.
Dostum protegió a la ciudad de
la devastación que afectó al resto del país, hasta que se peleó con su adjunto
Malik Pahlawan.
En mayo de 1997, Malik y otros tres comandantes uzbekos
pidieron a los talibanes que lucharan con ellos contra Dostum, que tuvo que huir
y exiliarse primero en Uzbekistán y luego en Turquía.
Pero Malik dio la
espalda a los talibanes después de la entrada de los milicianos islámicos en la
ciudad y su intento de desarmar a la gente.
Diez líderes militares y políticos
de los talibanes fueron capturados y ejecutados. Los hombres de Malik saquearon
la ciudad y obligaron a la ONU a retirarse.
En el verano (boreal) de 1998,
los talibanes efectuaron una avanzada espectacular hacia el norte desde Kabul.
Lograron sobornar a los comandantes uzbekos que controlaban la ciudad.
En
la madrugada del 8 de agosto, de los 1.500 chiítas partidarios de Muhaqiq que
permanecían en la ciudad apenas un centenar sobrevivió a las masacres.
La
organización estadounidense de defensa de los derechos humanos, Human Rights Watch,
dijo que este episodio fue "uno de los peores ejemplos de asesinatos de civiles
en Afganistán en 20 años de guerra".
"Los soldados talibanes mataron a
multitud de civiles en ataques indiscriminados, asesinando a gente que no combatía
en zonas residenciales, en la calles y en los mercados", explicó la organización.
En
los días que siguieron a la toma de la ciudad, "quizás cientos de hombres y niños
fueron ejecutados sumariamente". Human Rights Watch estima que 2.000 personas,
fueron ejecutadas. |