Gran
Bretaña
Ley
antiterrorista causa ácida polémica
El
Mercurio
Miércoles
21 de noviembre de 2001
El proyecto inició su
trámite parlamentario y contempla la suspensión
de la Convención Europea de Derechos Humanos.
Beatriz
Silva, corresponsal.
LONDRES.-
El Parlamento británico comenzó esta semana a debatir un controvertido
proyecto de ley para combatir el terrorismo, que contempla,
entre otras cosas, la suspensión de la Convención Europea
de Derechos Humanos.
El proyecto - que en la práctica significa declarar el estado
de "emergencia pública" en el país- pretende dejar a discreción
de la policía la posibilidad de encarcelar sin pruebas ni
juicio previo, a cualquier extranjero sospechoso.
Algo que ha provocado una tormenta política en el país y que
amenaza con romper, por primera vez desde los atentados del
11 de septiembre, el consenso creado entre los partidos políticos
en torno a la guerra contra el terrorismo.
En la primera etapa del trámite parlamentario, el proyecto
de ley consiguió el lunes en la noche la aprobación de la
mayoría de la Cámara de los Comunes que por 458 votos a favor
y 5 en contra, decidió seguir adelante con la tramitación
y hacerlo por la vía rápida.
Largo trámite
Al proyecto le queda, sin embargo, un largo camino por recorrer.
Para que pueda ser promulgado antes de Navidad, deberá pasar
por un comité especial que le introducirá enmiendas, luego
será votado nuevamente por la Cámara de los Comunes - en algo
que se conoce como "tercera lectura"- para pasar nuevamente
a la Cámara de los Lores. Finalmente, volverá a la Cámara
de los Comunes, que lo someterá a una última votación.
Un proceso que se vislumbra difícil si se toma en cuenta la
avalancha de críticas de distintos sectores políticos y sociales
que recibió el lunes.
Tanto la izquierda del laborismo - la formación a la que pertenece
el Primer Ministro, Tony Blair- como el Partido Liberal Demócrata
se manifestaron en contra y el grupo "Liberty", dedicado a
la defensa de los derechos civiles, anunció que recurrirá
ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo
si la ley es finalmente promulgada.
Blair parece, sin embargo, decidido a sacar adelante su polémico
proyecto, que según los analistas, servirá de "termómetro"
para medir hasta dónde llega el descontento en las filas de
su partido, el Laborista, por la participación del Reino Unido
en la guerra en Afganistán.
El argumento esgrimido por Tony Blair y por su ministro del
Interior, David Blunkett - que es el ideólogo de la nueva
ley- , es que el Reino Unido enfrenta una emergencia seria:
la posibilidad de un golpe terrorista como el de las torres
gemelas.
Según Blunkett, 16 terroristas sospechosos habrían sido detenidos
tras el 11 de septiembre si legislación estuviera rigiendo.
"Estamos hablando de un puñado de gente peligrosa. No de atentar
contra las libertades civiles de este país", afirmó ayer el
ministro, quien recordó que no es la primera vez que el Reino
Unido impone la detención indefinida de extranjeros.
Se hizo en Irlanda del Norte para luchar contra el IRA y durante
la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, gran parte de los parlamentarios y de la opinión
pública consideran que el proyecto de ley es excesivo y entrega
poderes "draconianos" a la policía.
No gusta, por ejemplo, la cláusula que permite a las empresas
de Internet espiar a sus clientes y la que restringe las libertades
religiosas.
Mark Fisher, uno de los parlamentarios laboristas que se opone
al proyecto, señaló que el gobierno deberá ser "muy convincente"
para que el Parlamento se decida a dar "el vamos" a la ley.
Los observadores políticos temen que la fuerte oposición que
han provocado sus aspectos más controvertidos termine haciendo
fracasar una ley que contempla también algunas medidas que
son bien recibidas por todo el mundo. Por ejemplo, la que
impone hasta siete años de cárcel a aquellas personas que
provoquen alarma social enviando falsas cartas con ántrax
y las que refuerzan la seguridad en aeropuertos, laboratorios
y centrales nucleares. |