Sudán,
Somalia Y Yemen
¿Los
últimos refugios que le quedan a Osama bin Laden?
El
Mercurio
Sábado
17 de noviembre de 2001
En
esos países mantiene lazos financieros, humanos y logísticos,
por lo que podrían convertirse en objetivos de ataques
norteamericanos.
Milicianos del régimen talibán. |
Agencias
PARÍS.-
Aunque la atención mundial ha estado centrada en Afganistán
durante los últimos meses, donde aparentemente todavía se
halla refugiado Osama bin Laden, hay otros países que han
servido de base a su organización Al Qaeda.
El millonario saudita aún conserva lazos financieros, humanos y logísticos en Sudán, Somalia y Yemen, a quienes podría recurrir si sale de Afganistán.
Sin embargo, el general (r) Jean-Vincent Brisset, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) considera que "aunque no sean Estados muy fuertes, no creo que estén dispuestos a dar albergue a Bin Laden".
Considerado hasta ahora por EE.UU. como un Estado que alberga y promueve el terrorismo internacional, Sudán parece haberse transformado en un socio confiable.
Entre 1992 y 1996, Jartum acogió a Osama bin Laden brindándole todas las facilidades financieras, de movimiento y logística necesarias.
Según Roland Jacquard, autor del libro "En nombre de Osama bin Laden", durante sus años de exilio en Sudán, el dirigente islamita "no sólo se dedicó a hacer fructificar sus negocios, considerados por los servicios secretos occidentales como una fachada para la compra de armas y el financiamiento de actividades terroristas. También trabajó en la expansión y desarrollo de su organización Al Qaeda".
Alto costo Bajo presión norteamericana, Sudán optó por expulsarlo, refugiándose desde entonces en Afganistán. También entregó un cierto número de "afganos árabes", sobre todo yemenitas, palestinos y egipcios, presentes en el país tras la partida de Osama bin Laden.
Pero esta presencia le costó cara al país, golpeado en 1996 por sanciones de la ONU y de Estados Unidos. Además, en 1998 fue víctima del bombardeo de una supuesta industria química en pleno corazón de la capital, en represalia a los atentados contra las embajadas norteamericanas en Nairobi, Kenya, y Dar es Salaam, Tanzania.
La distensión bilateral se inició en 1999, tras el golpe de Estado constitucional del general Omar al-Bashir. Y a comienzos de este año una cooperación discreta entre ambos países comenzó a forjarse, pese a una opinión pública fuertemente antinorteamericana.
En Somalia y Yemen, la inestabilidad de los regímenes en el poder hace difícil instaurar cualquier tipo de cooperación. Mientras en Yemen - país del que es originario el padre de Bin Laden- el Estado central no rige más allá de la capital, Sanna; en Somalia hay una ausencia total de Estado desde el fracaso en 1993 de la operación militar-humanitaria "Devolver la Esperanza".
La amplitud de la red islámica en Yemen salió a la luz con el atentado contra el destructor estadounidense "USS Cole", atracado en el puerto de Adén en octubre de 2000.
Además, el Ejército islámico de Adén Abyyane figura entre las 11 organizaciones acusadas por el FBI de tener contactos con Al Qaeda. Y fuera de las relaciones familiares, Bin Laden cuenta en este país con un antiguo y gran contingente.
Ante el temor de convertirse en un objetivo de los norteamericanos, Yemen ha multiplicado los arrestos y aceptó la "ayuda" de Estados Unidos para controlar la seguridad de sus puertos y aeropuertos.
En Somalia, Bin Laden ha establecido relaciones con el grupo fundamentalista Al-Ittihad al-islamiya (Unión Islámica). La anarquía que reina en el país podría convertirlo en un posible refugio para el líder de Al Qaeda, ahora que las fuerzas de la Alianza del Norte empujan a los talibanes hacia el sur afgano. |