General
de la Alianza Norte
"Mazar-e-Sharif
nos aguarda con ansias"
El
Mercurio
Viernes
9 de noviembre de 2001
Rashid
Dostum afirma que pese a inferioridad numérica, sus fuerzas
tienen la moral en alto.
RESPALDO POPULAR.- El general afirma que a la gente común
en el enclave talibán no le gusta el control de
los talibanes y que están ansiosos de ver a los
combatientes de la Alianza del Norte. |
Elizabeth
Piqué, enviada especial de La Nación, GDA.
TASHKENT, UZBEKISTÁN.- La voz en el teléfono del general Rashid Dostum, uno de los jefes militares más importantes de la Alianza del Norte, suena estridente y monocorde, pero muy optimista.
El general Dostum, uno de los "señores de la guerra" de la heterogénea oposición afgana, habló con "La Nación" desde algún lugar de la primera línea del frente antitalibán al sur de Mazar-e-Sharif.
Dostum ha obtenido importantes éxitos militares, al conquistar distritos al sur de Mazar-e-Sharif, bastión que espera tomar próximamente. Se trata de una ciudad clave porque queda a sólo 60 kilómetros de la frontera con Uzbekistán, y podría convertirse en una base crucial para los efectivos norteamericanos emplazados aquí.
Dostum y otros dos comandantes opositores que lideran la ofensiva para tomar Mazar-e-Sharif afirmaron estar a punto de lanzar una acción decisiva sobre el enclave. Sin embargo, los talibanes negaron que la oposición se haya acercado a esa ciudad estratégica.
El general uzbeko, de 47 años, casado con dos mujeres que viven en Tashkent y con seis hijos, es un personaje controvertido, famoso por sus cambios de camiseta, y sólo recientemente se unió a la Alianza del Norte.
Su biografía indica que después de haber combatido del lado de los invasores soviéticos en los '80, constituyó un ejército personal, y en los '90 gobernó la región de Mazar-e-Sharif, que se convirtió en la capital de los tráficos más oscuros.
Dostum huyó a Turquía en 1997, cuando los talibanes tomaron Mazar-e-Sharif, pero volvió hace algunos meses para reconquistar el enclave. Por su ambigüedad, sin embargo, tanto los muyajedines como la CIA desconfían de él.
- Después de los últimos éxitos militares, gracias también
a los bombardeos norteamericanos en la zona, ¿cuándo piensa
dar el tan definitivo asalto a Mazar-e-Sharif?
"Primero es necesario controlar todos los territorios que rodean la ciudad. Mazar-e-Sharif es una ciudad estratégica y está fortificada, por lo que antes de avanzar tenemos que tomar todas las precauciones para que los talibanes no nos ataquen desde atrás".
- ¿Cuántos hombres tienen los talibanes en Mazar-e-Sharif
y cuántos la Alianza del Norte?
"Los talibanes integristas tienen 50.000 hombres, mientras que nosotros sólo contamos con 15.000 soldados.
- Se trata de un equilibrio de fuerzas muy disparejo...
"Es cierto, pero los bombardeos norteamericanos han destruido la moral de los talibanes, mientras que nuestras fuerzas tienen la moral muy alta".
- ¿Cree que la gente de Mazar-e-Sharif, una ciudad de más
de un millón de habitantes en manos de los talibanes desde
hace cuatro años, lo apoyará?
"Sin duda. Estoy seguro de que a la gente común no le gusta el control de los talibanes y que están ansiosos de ver a la Alianza del Norte. Creo que las masas nos van a apoyar tanto materialmente como moralmente. Tengo información de que ayer la gente de Mazar-e-Sharif ejecutó a dos comandantes talibanes, por lo que entiendo de que hay una suerte de movimiento de resistencia adentro de la ciudad".
- ¿Hay consejeros militares de Estados Unidos, Rusia, Gran
Bretaña o Turquía ayudándolo?
"Es información clasificada y revelarla pondría en peligro a los norteamericanos. De todos modos, estoy muy satisfecho de la ayuda de los norteamericanos y de los rusos. Además, al controlar más posiciones en los últimos días, también hemos tomado prisioneros, y con ellos, sus armas, municiones y comida. Por otra parte, muchos talibanes se están uniendo a la Alianza del Norte. Hace cuatro días, 1.300 talibanes se unieron a mis fuerzas".
- Usted parece muy optimista...
"Estoy muy confiado, no sólo por la ayuda material y moral, gracias a los ataques norteamericanos, sino también porque muchos talibanes se están uniendo a nuestras filas".
- ¿Cuál es su relación con los demás generales de la Alianza
del Norte, una coalición que se destaca por sus distintas
etnias y por sus peleas internas?
"Todos los generales de la Alianza, independientemente de sus raíces étnicas, quieren deshacerse de los talibanes. Y este gran objetivo, que nos une, está siendo coordinado por el ministro de Defensa, Mohammed Fahim".
- ¿Ya no hay peleas internas entre usted y el general Ustad
Atta, de origen tadjiko, que también intentó conquistar Mazar-e-Sharif?
"El ministro Fahim ordenó que todos deben subordinarse a mi mando".
- ¿Ya no hay peleas internas?
"No puedo garantizar por el futuro, pero en este momento la energía de la Alianza del Norte está concentrada en un solo objetivo, que es derrocar a los talibanes. Pero esto puede cambiar cuando haya paz".
Mueren 85 paquistaníes
Los bombardeos sobre Afganistán causaron ayer la muerte a 85 paquistaníes que luchaban junto a las fuerzas talibanes, informó el grupo integrista Harakat Jihad-e-Islami, al que pertenecían.
Los paquistaníes estaban en el frente de Dara-e-Suf, al sur de Mazar-e-Sharif. Entre los muertos, la mayoría jóvenes, hay al menos dos importantes líderes del grupo, dijeron las fuentes, que se negaron a precisar el número de combatientes que tienen en Afganistán.
Los paquistaníes llevaban ocho días combatiendo junto a los talibanes. Hace dos semanas, una treintena de paquistaníes, en este caso pertenecientes a otro grupo integrista, también murieron alcanzados por los bombardeos.
Se cree que hay todavía miles de paquistaníes combatiendo junto a los talibanes, los que son apoyados también por guerreros árabes, uzbekos y filipinos. |