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Ataques a Nueva York y Washington
El meticuloso plan que antecedió a los atentados
El Mercurio
Lunes 5 de noviembre de 2001

Detalles inéditos muestran que el manual del terrorismo de Bin Laden fue seguido paso a paso por los secuestradores.


OBJETIVOS.- Meses de planificación y coordinación terrorista culminaron con el ataque a las Torres Gemelas. Los secuestradores no improvisaron.
Don van Natta jr. y Kate Zernike

NUEVA YORK.- El vuelo 11 de American Airlines estaba listo para despegar desde el aeropuerto internacional Logan y a los pasajeros ya se les había recordado apagar sus artículos electrónicos personales, cuando Mohammed Atta, en el asiento 8D de la clase business, marcaba por última vez un número en su celular. La llamada sonó en otro avión que estaba detrás en la misma pista de despegue: el célular de Marwan Al-Shehhi, en el asiento 6C del vuelo 175 de United.

La conversación entre los dos hombres - tan cercanos que entre ellos se llamaban primos- duró menos de un minuto, tiempo suficiente para avisar que la conspiración estaba en marcha. Esa simple comunicación fue la culminación de meses de una meticulosa planificación y coordinación que alrededor de las 10 de la mañana del 11 de septiembre se convertiría en el peor ataque terrorista de la historia.

"Vida americana"

Con todos los sospechosos muertos y sin evidencia, hasta ahora, de algún cómplice, los investigadores están reconstruyendo el entramado de la conspiración a partir de los detalles registrados durante la breve "vida americana" de los secuestradores: sus llamadas por celulares, cargos a las tarjetas de crédito, comunicaciones por Internet y retiros de cajeros automáticos.

Lo que ha emergido, tras casi dos meses, es un cuadro en el que los roles de los 19 secuestradores están muy bien definidos en la organización y coordinación.

Los investigadores dividen a los 19 secuestradores en tres distintos grupos: Atta, el líder, junto a otros tres cabecillas que eligieron las fechas de los ataques y pilotaron los aviones; un equipo de apoyo de tres personas que ayudaron en aspectos logísticos como arrendar departamentos, conseguir licencias de conducir y distribuir efectivo a los equipos que tomarían los cuatro aviones; y debajo de ellos, 12 "soldados", o "músculos", cuya responsabilidad principal al parecer era contener a las azafatas y a los pasajeros en vuelo mientras los cabecillas tomaban el control de las naves.

Los cabecillas habían revisado sus planes tan bien que sabían cuándo cada uno de los cuatro vuelos nacionales alcanzaría la altitud crucero, el momento - dicen los investigadores- en que los secuestradores asaltaron las cabinas para enfrentar a los pilotos con los cortacartones.

La mayoría de los 19 secuestradores, quizás todos, pasaron un tiempo en los campos de entrenamiento afganos de Osama bin Laden, dicen los investigadores.

Perfiles engañosos

Como Atta y los otros pilotos, los "músculos" no parecían tener el perfil de los terroristas suicidas (hombres jóvenes desesperados y empobrecidos). A excepción de uno, todos eran sauditas, relativamente de buena posición y educados. Mientras los líderes parecían ser defensores islámicos, los "músculos" no, y se complacían a menudo con pornografía y alcohol.

Los investigadores dicen que no están seguros de cómo fueron reclutados estos "soldados".

Entre cientos de mensajes por e-mail capturados de computadores en Florida y Las Vegas no hay referencia a los ataques del 11 de septiembre, dice un alto investigador.

Los secuestradores hicieron un uso realmente avanzado de Internet, de salas de chateo en línea y del e-mail. Pero llegado el momento de sus acciones más cruciales, siguieron las indicaciones del manual de terrorismo de Al Qaeda (La Base), realizando los contactos cara a cara. "Esto fue totalmente de acuerdo al manual", dice un funcionario del gobierno. "Tiene la señal inequívoca de Al Qaeda. Fue bien organizado, lejos de ser una operación planeada a medias. Tenían buena coordinación, una excelente comunicación que es difícil de rastrear, y un plan adecuado y simple".

Primero, la conspiración fue ensamblada, dicen, hace por lo menos dos años en Hamburgo, Alemania, en donde tres de los hombres que serían más adelante cabecillas y pilotos - Atta, Al-Shehhi y Ziad Jarrah- eran parte de una célula terrorista. Otros tres miembros sospechosos de esa célula huyeron a principios de septiembre y son buscados como cómplices.

Altos funcionarios dicen que los conspiradores de Hamburgo recibieron la bendición - y efectivo- de Al Qaeda, aunque los investigadores no saben quién en esa organización aprobó la operación.

Varios funcionarios sospechan que fue el mismo Bin Laden. También han dicho que los tres principales asociados de éste estuvieron implicados en la planificación. "Ellos se encontraron con alguien que estaba pidiendo acción" en Alemania, dijo un funcionario. "Pero no sabemos quién es esa persona".

"Al-Shehhi y Atta recibieron visados para entrar en Estados Unidos en enero del año 2000, y Jarrah llegó en junio de ese año. Otro piloto, Hani Hanjour, había vivido en el sur de California desde 1996, y dos de los hombres logísticos, Nawaf Alhazmi y Jalid Al-Midhar, se habían mudado a San Diego en 1999.

Los investigadores no están seguros de cómo los grupos de Hamburgo y de California se juntaron, pero la evidencia sugiere que fue a través de los canales de Al Qaeda. Dicen que se conectaron con Midhar para el ataque contra el destructor americano USS Cole y quizás para los atentados de 1998 a las embajadas americanas en Kenya y Tanzania.

El manual de Al Qaeda, el que los fiscales dicen que fue utilizado también en los atentados a las embajadas en África, bosqueja tres etapas de cualquier operación: investigación, planificación y ejecución.

Son las tres etapas que siguieron rigurosamente los secuestradores antes de concretar el letal atentado del 11 de septiembre.

La conexión saudita

En la primavera (boreal) de 2001, los 12 hombres a quienes los investigadores llaman "el músculo" habían comenzado a llegar a Estados Unidos desde Arabia Saudita. El gobierno saudita, indignado por los informes estadounidenses que señalaban que la mayoría de los secuestradores recibió visas de su país, inicialmente dijeron que los secuestradores utilizaron identidades falsas robadas a ciudadanos inocentes. Pero el FBI dice que ha confirmado las identidades de los 19 secuestradores, y que 15 eran sauditas.
Mientras el gobierno saudita ha puesto restricciones para entrevistar a las familias de los hombres, las familias de algunos de los "soldados" han dicho que sus hijos se fueron dentro de los últimos 18 meses, expresando varios de ellos que iban a buscar consejo religioso en el peregrinaje o en la Jihad (Guerra Santa).

La mayoría procede de aldeas pobres donde prospera el fundamentalismo. Pero sus familias aparentaban estar en peldaños superiores: sus padres eran líderes religiosos, directores de escuela y comerciantes.

Ninguno había visitado Estados Unidos antes, y varios parecían hablar poco inglés. Una vez que llegaron, los hombres de logística les ayudaron a asimilar el estilo de vida americano.

Rastreo del dinero


Los investigadores están tratando de aclarar el financiamiento que permitió realizar los atentados. Afirman, por ejemplo, que la conspiración costó casi US$ 500.000, pero han podido vincular solamente la mitad de esa cantidad a una fuente sospechosa de Al Qaeda.
El dinero para la operación comenzó a llegar a las sedes del SunTrust Bank y del Century Bank en Florida, en el verano de 2000.

Mohammed Atta recibió algo más de US$ 100.000, Marwan Al-Shehhi un poco menos que esa cantidad. Alrededor de la mitad de los US$ 500.000 de la operación, dicen oficiales del FBI, fue girado por un importante operario de Bin Laden, Mustafa Ahmad, desde los Emiratos Árabes Unidos, y casi todo el resto desde Alemania.

Sin embargo, un funcionario dijo que las autoridades a cargo de las investigaciones sospechan que el recorrido del dinero comenzó en Pakistán. Los expedientes de viajes muestran a cada uno de los hombres haciendo varios viajes dentro y fuera de Estados Unidos en 2000 y a principios de 2001 a España, Praga, Bangkok y Arabia Saudita.

 

 

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