Los
talibanes denuncian la muerte de 1.500 civiles
El
Mercurio
Jueves
1 de noviembre de 2001
Un grupo de periodistas fue
llevado hasta Kandahar para que comprobara los daños
causados por los ataques aéreos de los aviones norteamericanos.
Según el talibán, al menos 1.500 civiles
han muerto por los ataques. |
ISLAMABAD/AFP.-
La milicia islámica de los talibanes aseguró ayer que los
bombardeos estadounidenses mataron a más de 1.500 civiles
desde su inicio el pasado 7 de octubre y, para reforzar sus
acusaciones, mostró a periodistas extranjeros los daños causados
por una bomba lanzada ayer sobre una zona de Kandahar (sur),
que dejó 13 muertos.
"Hasta ahora, 1.500 inocentes, hombres, mujeres y niños, fueron víctimas de la táctica del gobierno (del Presidente George W.) Bush", declaró en rueda de prensa el embajador adjunto de los talibanes en Islamabad, Suhail Shahin, quien volvió a acusar a Estados Unidos de llevar a cabo "un genocidio contra el pueblo afgano".
Hasta ahora, los talibanes hablaban de un millar de víctimas civiles. Estados Unidos siempre rechazó las cifras avanzadas por Kabul y dijo que se trataba únicamente de "propaganda".
Para dar más peso a las cifras que comunicaron, los talibanes llevaron a un grupo de periodistas extranjeros a una zona residencial de Kandahar, el feudo de la milicia islámica, para mostrarles los estragos de los bombardeos.
Una clínica de la Media Luna Roja y una casa vecina fueron alcanzadas por una bomba en la madrugada de ayer, causando la muerte de 13 personas, según el médico Syed Abbas.
Testimonios
"Los hemos traído hasta aquí para que vean con sus propios ojos que aquí no hay campamentos militares o una base militar. Aquí sólo hay población civil", explicó Mohammad Naim, un talibán que acompañaba a los periodistas.
Según Abbas, 13 personas murieron en la casa y cinco médicos resultaron heridos en la clínica.
"Es una atrocidad. No están atacando a los talibanes o a Osama bin Laden, sino que alcanzan zonas residenciales", declaró un residente.
Al parecer, la única buena noticia que han recibido los habitantes de Kandahar en las últimas semanas fue la destrucción de la Oficina de Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, la temible policía religiosa de los talibanes. "Dicen que cuando se supo la noticia la gente se puso a bailar por las calles", explicó un habitante.
La población huye
Kandahar, que contaba con 200.000 habitantes, es una ciudad destruida, donde sólo quedan aquellos que son demasiado pobres o están demasiado asustados como para huir. Según estimaciones de agencias humanitarias, el 80 % de la población de la ciudad ha huido desde el inicio de los bombardeos.
Sin embargo, en las calles de la ciudad se veían tiendas abiertas, y los periodistas pudieron constatar la presencia de numerosos combatientes talibanes fuertemente armados.
Los milicianos circulaban a pie o en camionetas todo terreno. Algunos vehículos llevaban el emblema de la ONU. "Es más seguro para nosotros. En nuestros propios vehículos somos un objetivo fácil", explicó un joven combatiente talibán.
En Islamabad, la tensión aumentó entre la ONU y los talibanes, luego que no se concretó una reunión entre el representante de Naciones Unidas para Afganistán Lajdar Brahimi, y el embajador de los talibanes Abdul Salam Zaeef.
El portavoz de la ONU en Islamabad, Eric Falt, dijo que el representante de la ONU "no tenía tiempo" para hablar con Zaeef de los ataques estadounidenses contra Afganistán.
Pero la agencia afgana AIP, basada en Pakistán, dijo que el líder de la milicia islámica, el mullá Mohammed Omar, ordenó a su embajador suspender los contactos con Brahimi.
"Ahora quedó demostrado al 100% que las Naciones Unidas no
son imparciales. Se convirtieron en un instrumento en manos
de Estados Unidos", declaró Omar, citado por AIP. |