Las
mulas adquieren especial importancia en el conflicto
El
Mercurio
Lunes
12 de noviembre de 2001
En las rutas montañosas,
estos animales juegan un trascendental rol como medio de transporte
para las milicias antitalibanes.
FIELES COMPAÑEROS.- Los combatientes tribales afganos
dependen de sus mulas y los caballos para transportarse. |
Janine
di Giovanni y Michel Evans, The Times.
LONDRES.-
La creciente coordinación militar entre las fuerzas norteamericanas
y la Alianza del Norte ha producido un enlace extraordinario
entre la guerra antigua y la moderna.
Mientras los combatientes tribales afganos en el terreno dependen
de la habilidad de sus mulas y caballos, sobre ellos y lejos
de su campo visual vuela el avión de vigilancia más complejo
del mundo y las plataformas aéreas no tripuladas, cuyas modernas
cámaras y sistemas de escucha furtiva son capaces de leer
sus labios cuando ellos murmuran en el frío.
El Predator, una nave no tripulada que toma fotos de alta
resolución desde 7 mil 500 metros, ha estado operando sobre
Afganistán durante semanas, pero el Global Hawk, una nueva
plataforma de vigilancia no tripulada de gran altitud (18
mil metros), y el Joint Stars, un Boeing 707 convertido que
explora movimientos de tierra desde 240 kilómetros de distancia,
están listos para ser desplegados sobre Afganistán con el
fin de sumarse al hardware de última generación que ya ocupa
los cielos.
El terreno afgano abajo es hostil. No hay infraestructura
y los pocos caminos que una vez existieron fueron destruidos
o están en manos de los talibanes.
Para la Alianza del Norte, el caballo es tan valioso como
el nuevo lote de tanques que recién entregaron los rusos.
El rol de la mula y del caballo en la lucha afgana fue reconocido
por la propia agencia de inteligencia estadounidense CIA en
la década de 1980 cuando la Unión Soviética ocupó Afganistán.
Aparte de las armas antiaéreas Stinger, la CIA también proporcionó
a los muyajedines miles de mulas, importadas de Tennessee.
Cuando las tropas de tierra norteamericanas se desplieguen
en grandes números en Afganistán, éstas, también, encontrarán
que a veces la forma más primitiva de transporte será preferible
a la más cara. El transporte es muy arcaico. Una sequía de
tres años ha endurecido la tierra creando grietas devastadoras
que hacen que la conducción en auto sea imposible. Un viaje
de 19 kilómetros toma casi dos horas. Si es que la Alianza
del Norte tuviera autos, por supuesto.
Un mamífero resistente
A diferencia de su enemigo, los talibanes, quienes prefieren
los vehículos Datsun con tracción en las cuatro ruedas con
vidrios polarizados, la oposición tiene algunos antiguos transportes
militares soviéticos pero mucho más a menudo dependen de criaturas
de cuatro patas.
Los caballos afganos son los animales de más alto precio.
Pero para los soldados más pobres el burro más lento es más
resistente, más capaz de cruzar ríos y puede transportar hasta
dos proyectiles de artillería a través de las líneas para
abastecer a los soldados aislados sin municiones.
Los animales son tan importantes para esta guerra que Estados
Unidos ha empezado a lanzar desde el aire alimento para los
caballos a las fuerzas de la Alianza del Norte con el fin
de que se preparen para arremeter contra tanques enemigos.
La visión de robustos afganos a caballo encabezando cargas
de caballería a través de las desoladas estepas de Asia Central
es legendaria.
El contraste entre los norteamericanos de alta tecnología
y la Alianza del Norte de baja tecnología es muy intenso.
A algunos soldados de oposición se les entregaron hace poco
uniformes de camuflaje de fabricación rusa, pero los hombres
están acostumbrados a usar su "shalwar kemeez", la ropa tradicional
holgada, y no estaban seguros de qué modo ponerse sus nuevas
gorras del ejército.
Otros decían que se sentían incómodos con las botas militares
con cordones, puesto que han pasado gran parte de su vida
andando a caballo a pies descalzos y simplemente usando algo
de goma en invierno.
Sin embargo, su estilo de combate, lento y metódico, ha resultado
ser extremadamente efectivo.
Durante la guerra contra la Unión Soviética, los muyajedines
destruyeron el estado de ánimo de sus enemigos mediante operaciones
de ataque y huida desde pequeñas bases en las colinas.
Un analista militar ruso contó: "Bajaban de noche a caballo,
atacaban antes que alguien se diera cuenta de lo que estaba
sucediendo, dejaban trampas explosivas y luego desaparecían.
Eran como verdaderos fantasmas". |