Afganistán
Ola
de ataques deja cuatro bajas civiles
El
Mercurio
Miércoles
10 de octubre de 2001
Cuatro
trabajadores afganos de la ONU murieron tras el impacto de un
misil. Washington continuará los bombardeos.
Las víctimas, que colaboraban con Naciones Unidas
en tareas de desactivación de minas, resultaron
muertas luego que su oficina fuera alcanzada por el fuego
aliado, la noche del lunes en Kabul. |
Pablo
Soto, enviado especial
ISLAMABAD.-
Una tercera oleada de ataques nocturnos de la aviación norteamericana
cayó ayer sobre Afganistán. Los bombardeos siguieron a un
severo ataque diurno y a otro la noche del lunes que causó
la muerte de cuatro trabajadores locales de la ONU en Kabul.
De acuerdo con la agencia afgana AIP, con sede en Pakistán,
los ataques de anoche se habrían concentrado en la zona norte
y noreste de la capital, Kabul, donde se encuentran la sede
de la emisora oficial talibán, Radio Sharia, y el aeropuerto,
ambos objetivos prioritarios desde el comienzo de la operación.
Según la oposición afgana, bombas o misiles alcanzaron también
anoche dos aeródromos de los talibanes en las ciudades de
Herat y Shindand (oeste).
La agencia AIP precisó que los ataques también afectaron a
Kandahar (sur), Jalalabad (este), así como las norteñas ciudades
de Mazar-e-Sharif, Shiberghán y Kunduz.
En tanto, ayer Naciones Unidas confirmó la muerte por los
bombardeos norteamericanos de la noche del lunes de cuatro
de sus trabajadores civiles en Afganistán. Estos integraban
un programa para desactivar las miles de minas antipersonales
que se encuentran diseminadas por el país después de varias
décadas de conflictos.
"A las 21:00 locales del lunes, una oficina de la ONG Afghan
Technical Consultants (ATC) fue alcanzada por el bombardeo
a Kabul. El edificio fue destruido", dijo la portavoz de la
ONU, Stephanie Bunker.
"Cuatro integrantes de ATC murieron en el acto", precisó la
vocera. "Se siguen encontrando partes de sus cuerpos entre
los escombros".
El Pentágono anunció que se abrió una investigación y consideró
la posibilidad de que un misil crucero se haya desviado de
su trayectoria. El local de la ONG no figuraba en su lista
de objetivos, precisó el Pentágono.
Naciones Unidas de inmediato hizo un llamado por la seguridad
de los civiles en Afganistán, una de las mayores preocupaciones
de la alianza internacional contra el terrorismo que encabezan
Estados Unidos y Gran Bretaña.
Destino de las acciones
Ambos países se han esforzado en aclarar que sus acciones
militares están destinadas a destruir las bases terroristas
que Osama bin Laden y su organización Al Qaeda tienen en Afganistán
y que, por lo tanto, los ataques no están dirigidos contra
la población civil.
Pero los talibanes afirmaron ayer que los civiles muertos
en los bombardeos suman ya varias decenas. Abdul Hai Mutmaen,
vocero del máximo líder talibán, el mullá Mohammed Omar, dijo
que "35 civiles murieron o resultaron heridos" desde la noche
del lunes.
Por su parte, el embajador de los talibanes en Islamabad,
Abdul Salem Zaeef, afirmó que "decenas de civiles" habían
muerto.
Entre los muertos no se cuentan Bin Laden - considerado el
principal responsable de los ataques del 11 de septiembre
en EE.UU.- , ni tampoco el mullá Mohammed Omar, líder de la
milicia talibán.
La frontera entre Afganistán y Pakistán también se vio ayer
tensionada cuando combatientes talibanes intercambiaron disparos
con guardias de este último país, cuatro de los cuales resultaron
heridos.
El enfrentamiento se produjo a raíz de que los paquistaníes
intentaron detener a unos 30 efectivos del país vecino.
En tanto en Washington, el secretario de Defensa norteamericano,
Donald Rumsfeld, aseguró ayer que los ataques han dañado las
defensas antiaéreas talibanes hasta el punto de que las incursiones
podrían llevarse a cabo las 24 horas del día.
"Con el éxito de los ataques anteriores, creemos que podemos
atacar, más o menos, las 24 horas, si queremos", dijo Rumsfeld.
El jefe del Pentágono indicó que los ataques del lunes destruyeron
los lanzadores de misiles y todos los aeropuertos, menos uno,
además de bombardear campamentos de entrenamiento guerrillero.
"Impactamos varios campos de entrenamiento de terroristas,
dañamos la mayoría de sus pistas de aterrizaje, creemos que
casi todas, menos una, así como radares y baterías antiaéreas",
dijo Rumsfeld.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas
Armadas de EE.UU., el general Richard Myers, aseguró que las
fuerzas aliadas ya tienen el total control del espacio aéreo
afgano.
Refuerzan seguridad en Pakistán
Los ataques contra Afganistán han generado fuertes protestas
en Pakistán en las que han participado miles de personas que
se han enfrentado con la policía. Los furiosos manifestantes
llaman a la Jihad contra EE.UU. y condenan la decisión del
Presidente, Pervez Musharraf, de prestar apoyo a la embestida
aliada contra Afganistán.
Hasta antes de los atentados del 11 de septiembre, Pakistán
y Afganistán eran estrechos aliados. Pero la negativa de los
talibanes de entregar a Osama bin Laden llevó al gobierno
de Musharraf a apoyar los ataques en beneficios de la "seguridad
nacional", según él mismo dijo.
Las protestas de ayer dejaron tres muertos - entre ellos un
niño de 13 años- en la fronteriza ciudad de Quetta, que se
ha radicalizado en los últimos días a favor de la causa de
los talibanes y de Bin Laden.
En Islamabad, la seguridad se reforzó a tal punto para evitar
que la situación se salga de control que fue posible observar
soldados fuertemente armados que se desplazaban en camiones
y camionetas.
En algunas esquinas claves de esta capital, los centros de
control de los militares paquistaníes instalaron sacos de
arena a modo de barricadas, dando con ello una sensación pre
bélica.
Las amenazas de los grupos religiosos de que podría estallar
una guerra civil han llevado al gobierno a adoptar estas medidas
para resguardar la seguridad. Para evitar que las protestas
se generalicen, tres de los máximos líderes religiosos islámicos
contrarios a Estados Unidos han sido puestos bajo arresto. |