BUSCAR

Volver al home

Presidente de Pakistán
Pervez Musharraf se la juega por una arriesgada apuesta
El Mercurio
Viernes 12 de Octubre de 2001

Enfrenta severas críticas por apoyar a EE.UU. en desmedro de Kabul.


Con una foto de Osama bin Laden y una multitud de paquistaníes a su espalda, un pro talibán protesta en contra de Estados Unidos en Karachi.
Pablo Soto G., enviado especial.

ISLAMABAD.- El Presidente paquistaní, Pervez Musharraf, está viviendo el momento más difícil desde que está en el poder, pero pretende pasar la tormenta a salvo.

Su decisión de apoyar a Estados Unidos en los bombardeos sobre Afganistán ha desatado una ola de ira popular que se expresa con manifestaciones a lo largo del país.

Hasta antes de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, Musharraf y su régimen habían sido los principales socios de los talibanes y su visión radical del Islam.

El apoyo al gobierno de Kabul era en todos los frentes, lo que mantenía muy contentos a los poderosos grupos religiosos locales que simpatizan con la experiencia fudamentalista de los talibanes en Afganistán.

Pero el cambio radical en política exterior de Musharraf, de 58 años, de prestar su espacio aéreo a los operativos aliados y de entregarles información de inteligencia y apoyo logístico, sepultó una relación que se había cultivado desde 1996, cuando los talibanes conquistaron Kabul y tomaron el control del país.

Sin embargo, los lazos diplomáticos aún siguen vigentes. Hoy, esta decisión le está pasando la cuenta y basta salir a la calle aquí en Islamabad para darse cuenta de que Musharraf no es muy querido. "Está equivocado. Debe darse cuenta de su error y cambiar su posición", dice uno de los ulemas que instiga las protestas contra el gobierno.

Porcentajes distintos

El Presidente paquistaní argumentó su decisión en razones de "seguridad nacional" que, según dijo, la mayoría de los paquistaníes sabrá comprender. Además, restó importancia a las manifestaciones en su contra diciendo que se trataba sólo de grupos aislados.

"Musharraf dice que el 10% protesta y el 90% lo apoya, pero es totalmente al revés", señala Mohammed Akram del Instituto de Estudios Políticos de Islamabad.

Por lo que se ha visto en estos últimos días en Islamabad y en ciudades como Peshawar, Quetta y Karachi, las manifestaciones son cada vez más masivas y contundentes. Esto llevó al arresto de tres de los máximos líderes religiosos que promueven las protestas.

Incluso el Mandatario impuso estrictas medidas de seguridad de cara a las nuevas manifestaciones previstas para hoy en Quetta. Además, advirtió de que se castigará severamente a los agitadores y a quienes hagan "uso indebido" de las mezquitas en el sentido de fomentar acciones desestabilizadoras.

El objetivo del apoyo de Musharraf a EE.UU. es conseguir favores económicos de Occidente y en cierto modo ya lo está logrando.

La visita el viernes pasado a esta capital del Primer Ministro británico Tony Blair mostró que ese compromiso va en serio cuando reafirmó que la cooperación económica seguirá creciendo.

Pakistán tiene sobre sus espaldas una deuda externa de 32 mil millones de dólares y Estados Unidos va a reprogramar 600 millones de dólares de ese monto. Wahington planea además el levantamiento de las sanciones económicas impuestas a Pakistán después de los ensayos atómicos de mayo de 1998 para asegurarse su cooperación total.

Pese al gran desafío que enfrenta, hasta ahora la trayectoria de Musharraf siempre la ha permitido salir adelante en momentos difíciles.

Su carrera militar comenzó en 1964 y tuvo un rápido ascenso pese a que no pertenecía a los tradicionales grupos que hacen carrera dentro de las Fuerzas Armadas del país.

En 1998 llegó a la jefatura del Ejército paquistaní en el gobierno de Nawaz Sharif y se hizo conocido por su rol en el conflicto que India y Pakistán sostienen por Cachemira.

Llegada al poder

Un año más tarde derrocó a Sharif en un golpe de Estado rápido y sin derramamiento de sangre por las diferencias acerca del manejo en Cachemira, donde Sharif había ordenado una retirada de las fuerzas paquistaníes que se habían infiltrado.

"Antes la gente apreciaba a Musharraf por su lucha con la India, pero bajo las actuales circunstancias ha carecido de liderazgo y no ha sabido manejarse", dice Akram.

Las críticas hacia Musharraf vienen desde sus propias filas y el domingo, antes del inicio de los ataques, destituyó a dos generales pro talibanes que estaban agitando las aguas al interior de las Fuerzas Armadas. "Mi gobierno está firme", dijo. La pregunta que muchos se hacen aquí es hasta cuándo.

 

 

Artículos relacionados

Presidente afgano busca ayuda pakistaní para reconstruir su país
(8/02/2002)

EE.UU. reconoce que Convención de Ginebra rige para talibanes
(7/02/2002)

Crece especulación sobre muerte de Osama Bin Laden
(7/02/2002)

Relativa distensión en Guantánamo con prisioneros de Al Qaeda
(7/02/2002)

Avalancha causa 20 muertos en Afganistán
(7/02/2002)

Liga árabe rechaza acusaciones de Bush contra Irak e Irán
(7/02/2002)

Talibán norteamericano deberá continuar preso durante juicio
(6/02/2002)

Policía paquistaní afirma estar muy cerca de resolver secuestro de periodista
(6/02/2002)

Noticias en línea
Edición impresa

Volver a la portada | derechos reservados | Contáctenos| Créditos