Polémica
por los tribunales militares en EE.UU.
El
Mercurio
Jueves
22 de noviembre de 2001
Decisión de George Bush
de juzgar a extranjeros acusados de terrorismo en cortes castrenses
en vez del fuero civil.
Secretario de Justicia, John Ashcroft. |
Fernando
Tejeda Rojas.
La
orden ejecutiva firmada por el Presidente George Walker Bush
para permitir que tribunales militares especiales juzguen
a extranjeros acusados de terrorismo, en vez de hacerlo en
el fuero civil, ha generado reacciones favorables y adversas
en medios norteamericanos.
La controversia parte del hecho que Estados Unidos ha sido
un país eminentemente democrático apegado al derecho y los
especialistas se preguntan si esas cortes militares son aceptables
para este sistema.
Rememorando los ataques extremistas del 11 de septiembre en
Nueva York y Washington, el secretario de Justicia, John Ashcroft,
dijo que "se trata de crímenes de guerra, perpetrados por
extranjeros, y no de crímenes de guerra comunes". Sugirió
de ese modo la justificación del establecimiento de los tribunales
militares especiales.
La orden del Mandatario se basó en el razonamiento de que
los casos de este tipo pueden ser manejados con mayor rapidez
y discreción en esos tribunales que en los civiles.
Además, le da al Gobierno un medio adicional para someter
a los terroristas del 11 de septiembre a la justicia, expresó
el abogado de la Casa Blanca, Albert González.
El Congreso ya pidió explicaciones sobre los tribunales militares,
que podrán dictar la pena capital, y se fijó una audiencia
para el 6 de diciembre, en la cual Ashcroft deberá defenderlos.
Línea dura
Los defensores de las libertades civiles han expresado que
utilizar los tribunales militares para enjuiciar a sospechosos
de terrorismo es una prueba de que el Gobierno de Bush no
está dispuesto a obedecer el sistema de equilibrio de poderes
que es base de la democracia estadounidense.
El analista norteamericano Roger Abramson afirma que "efectivamente,
el Presidente Bush ha trazado una línea dura. En Estados Unidos,
a los criminales se les otorgan ciertos procesos de protección
como los existentes en muchos países, pero el asunto es determinar
cuándo esos delitos pueden ser considerados de guerra".
"Creo que Bush piensa que son actos de guerra y, por lo tanto,
estima que los procesos de protección no son necesarios",
señala.
El debido proceso
En una gran diferencia con los tribunales penales civiles,
los militares no contemplan la figura legal de la apelación
ante la Corte Suprema de Estados Unidos. Al respecto, el director
ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco,
recalca que se atropella el derecho al debido proceso.
Dice que George Bush puede enfrentar una situación riesgosa,
"porque los estadounidenses están satisfechos con la protección
de los derechos civiles".
Abramson contesta que "estamos en guerra y ésta, por definición,
significa que las reglas cambian".
Vivanco no acepta los tribunales militares. "Con éstos - sostiene-
se instaura una nueva práctica y se rompe nuevamente el principio
básico: que los civiles no deben ser juzgados en tribunales
militares".
Agrega que esto es grave, "porque se recurre a fórmulas que
se han prestado para serios abusos de poder en los países
en que se han usado esos tribunales, ya que reducen a tal
punto las garantías del debido proceso que muchas veces terminan
siendo enjuiciadas personas inocentes".
El abogado chileno Mario Arnello Romo, experto en derecho
internacional, está de acuerdo con la instauración de las
cortes militares en Estados Unidos: "Si Bush cree que los
ataques de la magnitud de los ocurridos el 11 corresponden
a una agresión armada contra su país, puede aplicar la jurisdicción
de los tribunales militares a los terroristas. Éstos deben
ser sancionados con el máximo rigor, lo que pueden hacer mejor
los tribunales mencionados".
Vivanco opina que "la legislación civil norteamericana es
suficientemente estricta para castigar ejemplarmente".
Y expresa que el Gobierno de EE.UU. "no practica lo que predica".
Refiriéndose al gobierno de Augusto Pinochet en Chile, dice
que Washington "fue duramente crítico de las instancias militares
sumarias para juzgar a personas acusadas de actos contrarios
a la seguridad del Estado". Y añade: "Con las cortes militares,
EE.UU. cae en la trampa de fórmulas no propias de un país
democrático y amante del derecho como lo ha sido siempre".
Bush defiende decisión
Pero Bush defendió el lunes su decisión: "Yo diría que es
la cosa absolutamente correcta de hacer... este gobierno realizará
todo lo que pueda para defender al pueblo estadounidense,
dentro de los confines de nuestra Constitución".
El columnista conservador William Safire había hecho una fuerte
crítica en el diario "The New York Times". Señaló que Bush
reemplazará "las leyes estadounidenses con tribunales militares".
Agregó que "llegó la hora de que los hombres y las mujeres
norteamericanas de línea dura se pongan de pie para defender
los valores de Estados Unidos". Safire afirmó que "la solución
no es corromper nuestras tradiciones judiciales para convertir
a Osama bin Laden en la estrella de un proceso especial". |