Polémico
uso de bombas de racimo en Afganistán
El
Mercurio
Viernes
26 de octubre de 2001
Naciones Unidas denunció
que estos elementos explosivos quedan sin explotar siendo una
amenaza para los niños.
EXPLOSIVOS.- Marinos norteamericanos se preparan para
trasladar las letales bombas de racimo hacia la zona de
despegue del portaaviones USS Theodore Roosevelt. |
John
Burns, The New York Times
ISLAMABAD.-
Las bombas de fragmentación o racimo lanzadas por Estados
Unidos causaron sus primeras víctimas en la ciudad afgana
de Herat, y dejaron este pueblo del oeste del país y sus inmediaciones
cubiertas con pequeñas bombas sin explotar, según una denuncia
de Naciones Unidas en Islamabad.
El informe de la ONU sobre la utilización de estos pequeños y mortales explosivos - usados por Estados Unidos en todas las guerras desde Vietnam- fue la última de una serie de acusaciones en contra del Pentágono por los recientes bombardeos fallidos que han provocado la muerte de varios civiles.
La portavoz de Naciones Unidas en Islamabad, Stephanie Bunker, anunció que ocho personas murieron el lunes durante un ataque contra un pueblo vecino de Herat, la gran ciudad del oeste de Afganistán. Otra persona falleció más tarde tras recoger una de las bombas.
La vocera precisó que empleados locales del programa de la ONU contra las minas antipersonales acudieron a dicho pueblo, identificado como Shaker Qala, para desactivar las bombas esparcidas por la aldea.
Bunker agregó que 14 personas resultaron heridas y que el resto de la población decidió abandonar el pueblo "voluntariamente" y se refugió en Herat. En Washington, un responsable del Pentágono confirmó bajo anonimato la utilización de este tipo de bombas en la región.
Previamente, el jefe de la agencia oficial afgana Bajtar, Abdul Hanan Hemat, denunció que Estados Unidos lanzó bombas de racimo en el frente de Kabul, así como en ciudades cercanas a Mazar-e-Sharif (norte).
La utilización de bombas de racimo de inmediato causó polémica en el mundo occidental. En una carta publicada en Londres por el diario "The Times", el Fondo Diana, que lleva el nombre de la fallecida princesa de Gales, pidió a los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña que cesen de lanzar bombas de este tipo en Afganistán.
Letales artefactos
Las bombas de racimo se abren mientras caen para soltar unas 200 "bombitas", cada una con su propio paracaídas, que son capaces de penetrar hasta el blindaje de los vehículos militares (unos 12 cm.), tienen un efecto incendiario y lanzan esquirlas en todas direcciones.
La preocupación de las Naciones Unidas radica sobre todo en que muchas de estas "bombitas" no explotan inmediatamente cuando caen al suelo, pero sí lo hacen cuando alguien las toca o pisa, a semejanza de una mina. Los expertos consideran que 10% de ellas no explota en el momento y son una amenaza por meses o años.
Cada uno de estos explosivos es un poco más grande que una lata de bebida y de color amarillo, igual que los envoltorios de las comidas preparadas que también lanza sobre Afganistán la aviación norteamericana, por lo que se teme especialmente por los niños que las intenten recoger sin saber de lo que se trata realmente. |