Prosigue
el cruento motín de talibanes
El
Mercurio
Martes
27 de noviembre de 2001
La Alianza del Norte estima
que entre 300 y 800 combatientes murieron en los enfrentamientos
de Mazar-e-Sharif.
Agencias
MAZAR-E-SHARIF.-
Docenas de combatientes cautivos leales a Osama bin Laden,
acusado por Estados Unidos de ser el autor intelectual de
los atentados suicidas en Nueva York y Washington, luchaban
ayer contra la Alianza del Norte disparando cohetes desde
un fuerte cercano a Mazar-e-Sharif (norte), donde centenares
de sus camaradas murieron un día antes, dijeron testigos.
Dos testigos y la cadena de televisión ABC informaron que un estadounidense, presuntamente de la CIA, habría muerto el domingo en los enfrentamientos y un comandante de la Alianza del Norte precisó que un norteamericano murió ayer, cuando una bomba lanzada por su país falló el blanco.
El Pentágono dijo que cinco militares de Estados Unidos resultaron heridos, pero desmintió que alguno hubiera muerto. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, confirmó que las fuerzas estadounidenses ayudan a la Alianza del Norte a controlar el motín de prisioneros talibanes extranjeros cerca de Mazar-e-Sharif.
Tanto el Pentágono como la Alianza dijeron que habían sofocado el motín en la fortaleza-prisión de Qalai Jangui. Pero tanto los combatientes como los testigos aclararon que docenas de prisioneros seguían atrincherados en una torre desde donde disparaban los cohetes después que se agotaron las municiones de fusiles.
"Ellos están peleando hasta la muerte. Por esa razón, (el enfrentamiento) ha continuado", dijo Alam, un comandante de la Alianza del Norte, en las afueras de la fortaleza, mientras coordinaba los ataques.
Al anochecer, según Alam, 2.000 soldados de la Alianza estaban dentro del fuerte, unos 15 kilómetros al oeste de Mazar-e-Sharif. Añadió que otros más intentaban ingresar.
La cifra de muertos entre los prisioneros no se precisó, pero parecía elevada. La Alianza dijo que la mayoría de los presos murió, y los cálculos del número que había en el fuerte oscilan entre 300 y 800.
Alim Razim, un consejero del comandante de la fortaleza, general Abdul Rashid Dostum, dijo que 40 efectivos de la Alianza del Norte murieron en combate. Añadió que si había prisioneros vivos todavía en el complejo no sobrevivirían mucho tiempo.
"Aquellos que quedan morirán. Ninguno puede escapar", dijo.
Los combates eran intensos la tarde de ayer. En un momento, un grupo de soldados corrió por una parte del fuerte disparando sus ametralladoras. Quince minutos después, fueron lanzados varios morteros y los soldados se retiraron apresuradamente.
Los prisioneros son en su mayoría árabes, chechenos y paquistaníes.
Razones de la revuelta
El ministro de Exteriores del gobierno de la Alianza, Abdullá Abdullá, admitió ayer que hubo un "fallo de seguridad" en la revuelta que se produjo en Qalai Jangui.
Mientras se negociaban los términos de la rendición, aseguró Abdullá, un preso mató a un soldado y a "un importante comandante" e hirió a otro y luego se suicidó, todo ello supuestamente el viernes, aunque no lo precisó.
Sin embargo, la situación se calmó momentáneamente cuando los sitiadores pusieron bajo custodia a los talibanes afganos y extranjeros, aunque al día siguiente, cuando iban a ser identificados, un grupo indeterminado se apoderó de fusiles kalashnikov e inició la revuelta. |