El ex presidente afgano, Burhanuddin Rabbani.

KABUL.- El ex Presidente afgano Burhanuddin Rabbani, regresó ayer a Kabul, declarándose como el legítimo jefe de Estado, a pesar de las promesas de apoyar la formación de un nuevo gobierno de base amplia.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rabbani, Abdullá Abdullá, dijo que la Alianza del Norte sigue comprometida con la formación de un gobierno multiétnico, incluido el grupo dominante pashtún, del que provienen mayoritariamente los talibanes, y declaró que "mientras más pronto mejor".

Sin embargo, tal parece que los seguidores de Rabbani tienen la intención de llegar a las negociaciones para un futuro gobierno desde una posición fortalecida: como los legítimos gobernantes de este país.

Rabbani dijo en conferencia de prensa que el control de los ministerios gubernamentales volvería a aquellos que eran sus titulares antes que los talibanes derrocaran su gobierno en 1996.

Crítica a la ONU

"Trataremos de formar un gobierno de amplia base tan pronto como sea posible, depende de la seriedad de los afganos y de Naciones Unidas", dijo Rabbani horas después de llegar a la capital desde el norte de Afganistán.

"Si las Naciones Unidas causan la demora no es nuestra culpa", agregó en una crítica velada al organismo internacional.

Durante los cinco años que los talibanes estuvieron en el poder, la ONU reconoció a Rabbani como el legítimo Presidente afgano, sin embargo esto no es garantía de que vuelva a ocupar el poder. El organismo internacional considera que la Alianza del Norte se muestra demasiado reacia a formar un gobierno con todas las facciones y grupos de Afganistán.

Abdullá dijo que la Alianza del Norte estaría dispuesta a discutir la posibilidad de que hubiera miembros de una fuerza internacional de paz de Naciones Unidas.

Sin embargo, agregó que la ONU deberá considerar "la situación de fondo", claro indicio de que los seguidores de Rabbani no aceptarían ningún arreglo sin que se les consultara antes.

Las fuerzas de la Alianza del Norte entraron a Kabul el martes a pesar de que habían prometido permanecer fuera de la capital hasta que todas las facciones afganas hubieran convenido en un nuevo gobierno de base amplia. Abdullá dijo que la repentina partida de los talibanes había hecho necesaria la entrada de las tropas opositoras para mantener el orden.

Estados Unidos y las Naciones Unidas esperan que un gobierno de esas características pueda instaurarse durante una conferencia en que intervendrían todos los partidos y grupos afganos bajo la presidencia del ex rey Mohammed Zahir Shah.

Rabbani ha dicho que invitó a todos los afganos a la reunión, pero sostiene que el ex monarca debe asistir como un ciudadano común.

Francesc Vendrell, adjunto del representante especial de la ONU para Afganistán, arribó ayer Kabul justamente con la misión de programar esta conferencia interafgana, que sería el primero de los cinco pasos del plan de paz diseñado por las Naciones Unidas para Afganistán.

Vendrell, que podría sostener una reunión con Rabbani que aún no ha sido anunciada, sostuvo ayer un primer encuentro con dirigentes de la Alianza del Norte, quienes se comprometieron a "que la reunión de afganos se efectuará en los próximos días", afirmó Adbullá.

No obstante, no hubo precisión de fecha ni lugar. Hasta ahora, la oposición había exigido que la conferencia se celebre en Kabul, mientras que la ONU había solicitado que fuera en un lugar neutral.

Como una forma de acercar posiciones, los comandantes de la Alianza del Norte dieron ayer un gesto de buena voluntad y se dijeron dispuestos a celebrar la conferencia fuera de la capital.

Según declaró a la AFP el general Mohammed Fahim, ministro de Defensa de la Alianza, "si la ONU pide celebrar un encuentro fuera de Kabul por el bien del país y de la paz en Afganistán", la Alianza participará en él "independientemente del lugar en el que se celebre".