Por primera vez en lo que va del año, una de las máximas autoridades norteamericanas, el vicepresidente Dick Cheney, reconoció públicamente que la economía de Estados Unidos "muy posiblemente" esté en una recesión.

Aunque confía en que se recuperará a fines de 2001, lo cierto es que sus palabras confirman lo que los analistas vienen diciendo hace un par de semanas: la debilidad está lejos de atenuarse y aún no se avisoran los síntomas de reactivación.

Los expertos estiman que es casi un hecho el retraso del despegue económico, debido a los atentados que sufrió el país el martes pasado. El banco de inversión JPMorgan corroboró esta apreciación, revisando a la baja el crecimiento de ese país para 2002, de 1,9% a 0,8%.

La entidad confirmó también que la economía norteamericana está en una etapa de recesión.

En un reciente informe publicado luego del ataque terrorista, JPMorgan señala que el país sufrirá una contracción económica, es decir, crecimiento negativo del producto hasta fines de año, situación que se mantendrá hasta al menos el primer trimestre de 2002.

Además, se estiman caídas de -1 y -1,5% para el tercer y cuarto trimestre de este año, y de -0,5% para el primero del año 2002.

Sin embargo, se espera que alcance un crecimiento de 1,0% para este año y de 0,8% para 2002. Pero estas cifras son consideradas negativas al compararlas con el 1,3% y 1,9% que se previeron para cada año, antes de los atentados.

En esta baja no sólo estarían influyendo los recientes ataques, sino que también la tendencia que venían mostrando las variables que afectan al gasto interno.

Asimismo, señala que la baja en el consumo y en las horas trabajadas provocadas por el atentado propiciarán que la actividad caiga en el tercer trimestre en -1%.