Guerra
en Afganistán
Rusos regresan a Kabul 12 años después
El
Mercurio
Miércoles
28 de noviembre de 2001
Moscú es la primera potencia extranjera en enviar fuerzas armadas a la capital afgana desde la rendición de los talibanes.
DELEGADOS.- Treinta y ocho dirigentes de las cuatro principales
facciones afganas se reunieron ayer a puertas cerradas
en la residencia oficial de huéspedes de Petersberg.
En la foto, P.K. Dzadran, partidario del ex rey Mohammed
Zahir Shah. |
Peter Baker, The Washington Post
KABUL.- Rusos armados con Kalashnikov regresaron ayer aquí 12 años después que el maltratado ejército soviético se retirara de Afganistán derrotado, pero esta vez prometieron sólo ayudar.
Un contingente de 88 hombres del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia estableció un pequeño campo en un terreno próximo a la embajada búlgara en el centro de Kabul, con lo que atrajeron a una gran multitud de transeúntes curiosos, como también la atención de socios extranjeros a quienes les molestó una vez más que Moscú los hubiera tomado por sorpresa.
Aunque oficialmente no son soldados, los rusos se vistieron para la ocasión y usaron uniformes azules estilo militar con chaquetas antiaéreas de camuflaje y rifles de asalto mientras resguardaban el perímetro de su nueva cabeza de playa. Personeros rusos declararon que llegaron por invitación de la Alianza del Norte, la coalición de guerrillas afganas liderada por Burhanuddin Rabbani, que ahora está a cargo de Kabul, y planeaban construir una instalación médica y rehabilitar su abandonada embajada.
La acción inesperada hizo de los rusos la primera potencia extranjera en enviar públicamente fuerzas armadas a la capital afgana desde que los talibanes entregaron Kabul y se retiraron el 13 de noviembre. Cuando un pequeño grupo de soldados británicos voló a la base aérea de Bagram al norte de Kabul, la Alianza del Norte expresó su molestia y los británicos han permanecido alejados de la capital.
Los infantes de marina norteamericanos establecieron una base al sur de Afganistán esta semana, pero han evitado deliberadamente una presencia militar pública en Kabul.
La prisa de los rusos por establecer una presencia en Kabul pareció ser en parte un intento por reafirmar su presencia como participante en la determinación del futuro de Afganistán, donde han tenido una historia agitada durante el último cuarto de siglo.
Para algunos personeros extranjeros, recordó el episodio de 1999 cuando las tropas de paz rusas se apoderaron del aeropuerto de Pristina durante la guerra de Kosovo para disgusto de los comandantes estadounidenses y británicos.
Jaled Mansour, vocero de la ONU, declaró ayer que los rusos no notificaron al organismo internacional de su movimiento hacia Kabul. Consultado si esto molestaba a personeros de la entidad, respondió en forma concisa: "No lo caracterizaría de esa forma, pero no está bajo el mandato de Naciones Unidas".
El Presidente Vladimir Putin declaró el lunes que su gobierno había consultado con la Alianza del Norte y había recibido la ayuda norteamericana para traer 12 aviones de transporte. "Esta acción se llevó a cabo a petición del Estado Islámico de Afganistán", precisó.
Malos recuerdos
Tanto para rusos como afganos, la llegada de las fuerzas de Moscú evocó malos recuerdos. La Unión Soviética invadió Afganistán en diciembre de 1979 para asegurar un régimen comunista amistoso en su frontera sur, sólo para encontrarse implicada en una guerra devastadora que dejó 15 mil soldados muertos y desbarató la imagen internacional de la Unión Soviética como superpotencia militar. Las últimas tropas soviéticas se retiraron derrotadas en 1989 y dejaron atrás una situación política caótica y una guerra civil que no ha terminado.
Sin embargo, ambas partes insistieron en que el mundo es diferente ahora. "Desde esa época, el gobierno ha cambiado, la ideología ha cambiado, incluso el propósito de venir aquí ha cambiado", precisó un ruso que se identificó como el líder del grupo y entregó sólo su nombre, Vyacheslav. "Ya hemos olvidado lo que sucedió entonces".
Observando el campo ruso había cientos de afganos incrédulos, muchos de quienes habían combatido contra los soviéticos. "Maté a muchos soldados rusos. Solíamos disparar a sus tanques, yo tenía un RPG", contó Abdul Qauium, un oficial militar local, al referirse a un lanzagranadas impulsado por rocket. "Pero ahora han llegado a traer la paz. Si su propósito es interferir en nuestros asuntos internos, los combatiremos de nuevo".
Motín sin sofocar
Los combates continúan en la fortaleza de Qalai Jangi, cercana a la ciudad de Mazar-e-Sharif, al norte de Afganistán, donde combatientes extranjeros protalibán se rebelaron, informó ayer el general Tommy Franks.
"La situación no está aún completamente bajo control", sostuvo Franks al indicar que "un núcleo duro de 30 a 40 personas" siguen combatiendo en el interior de la fortaleza.
Las fuerzas de la Alianza del Norte retomaron ayer por la tarde el control de la parte principal de la fortaleza, que estaba en manos de extranjeros protalibán, había señalado más temprano un comandante de la Alianza.
Alim Razim, un asesor político del caudillo de etnia uzbeka Rashid Dostum, que controla el fuerte, dijo que las tropas de la Alianza del Norte capturaron las últimas armas pesadas en poder de los amotinados.
"La situación está bajo control", dijo Razim. "Los mataron a todos".
Las fuerzas de la alianza no dejaron que los periodistas se acercaran al lugar y era imposible confirmar sus afirmaciones. En los alrededores del fuerte se veían cadáveres de prisioneros talibanes y tropas de la alianza.
Por su parte, el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, indicó que "aún había combates" en la fortaleza y añadió que las fuerzas de la oposición esperaban "ahogar" la revuelta. |