WASHINGTON.-
El comando que efectuó la primera ofensiva terrestre en el sur
de Afganistán atacó el viernes en la noche un campo aéreo militar
y los cuarteles generales del mullá Mohammed Omar, líder de
los talibanes, en una operación relámpago para descubrir información
acerca de la ubicación y actividades de los talibanes y los
jefes de Al Qaeda, dijeron ayer fuentes del Departamento de
Defensa.
El jefe del Comando Conjunto, general Richard Myers, dijo
que la ofensiva había sido un éxito, al confirmar por primera
vez de manera oficial el despliegue de tropas en tierra en
territorio afgano. También precisó las circunstancias en que
murieron dos tripulantes de un helicóptero y precisó que cinco
efectivos resultaron con heridas leves.
El asalto se llevó a cabo en dos localidades, separadas
por al menos 80 km, y fue realizado por 100 efectivos de los
Rangers del Ejército y otras fuerzas especiales con dos objetivos
primarios.
Primero, helicópteros del portaaviones Kitty Hawk sobrevolaron
territorio paquistaní trasladando rápidamente a fuerzas de
operaciones especiales hacia la sureña ciudad de Kandahar,
en Afganistán, donde se hallan los cuarteles generales del
mullá Omar y dañaron bunkers en esa misma ciudad, que es el
centro espiritual de los talibanes.
El sitio no había sido bombardeado, a diferencia de otras
infraestructuras usadas por el liderazgo talibán.
Los comandos de elite se hicieron con documentos y otras fuentes
de información que podrían revelar pistas acerca de las operaciones
del régimen integrista y sobre el lugar donde están sus líderes.
Acción simbólica
Al mismo tiempo, cerca de 80 km al suroeste, Rangers se
lanzaron en paracaídas hacia el segundo objetivo, un remoto
campo aéreo. Capturar el aeropuerto permitió a los militares
conocer de primera mano el lugar, lo que podría facilitar
operaciones futuras, ya sean militares o humanitarias. Pero
también se aseguraba el objetivo por si la operación en la
residencia del mullá Omar presentaba dificultades.
Además, las incursiones mostraron a los talibanes y a Al
Qaeda que los militares estadounidenses pueden estar en cualquier
parte y llevar a cabo operaciones sobre el terreno en Afganistán.
Finalmente, la toma del campo aéreo permitió elevar la moral
de los militares y del pueblo estadounidense. Los Rangers
dejaron tras ellos una tarjeta escrita con la leyenda "Libertad
Duradera" y la famosa foto del bombero levantando una bandera
estadounidense entre las ruinas del Worl Trade Center.
En conferencia de prensa, el general Myers se refirió al
helicóptero Blackhawk que cayó a tierra en Pakistán, confirmando
que dos integrantes de la tripulación murieron y que otros
tres quedaron heridos de levedad. Además, desmintió la versión
del régimen talibán de que ellos habían derribado el aparato.
"El régimen talibán se caracteriza por mentir. Es absolutamente
falso que el helicóptero fuera abatido", dijo, explicando
que aunque aún se está investigando, parece ser que el rotor
de la aeronave chocó contra un accidente del terreno, lo que
provocó su destrucción.
El helicóptero se estrelló en la base aérea de Dalbandin,
provincia de Baluchistán, a 75 km al sur de la frontera afgana,
según un responsable paquistaní de seguridad. Se trata de
una de las tres bases que Pakistán puso a disposición de las
fuerzas norteamericanas, a unos 300 km de Kandahar.
Myers también informó que dos soldados resultaron heridos
durante el salto en paracaídas y mostró varios videos, grabados
por los propios integrantes de los comandos, en los que podía
apreciarse el actuar de las fuerzas especiales.
La milicia talibán, por su parte, afirmó haber repelido
el ataque terrestre. Abdul Hanan Hamat, director de la agencia
oficial afgana Bajtar, dijo que "las fuerzas del Emirato Islámico
(de Afganistán) forzaron a las tropas estadounidenses a retirarse
momentos después de su llegada". Myers desmintió aquello y
señaló que los efectivos y paracaidístas de las fuerzas especiales
se han replegado, pero están dispuestos para nuevos ataques.
Escasa resistencia
La aparición de las tropas terrestres no significó el cese
de los bombardeos aéreos. Aviones F-14 Tomcat, de reconocimiento
EA-6B Prowler de la Marina, y FA-18C Hornet del Cuerpo de
Infantes de Marina, salieron de la cubierta del portaaviones
Theodore Roosevelt la mañana de ayer, para atacar a los soldados
talibanes y a Al Qaeda.
El comandante del grupo de combate del portaaviones, contraalmirante
Mark Fitzgerald, informó que los aviones dejaron de atacar
blancos fijos, "porque ya no queda ninguno", y que la estrategia
consiste desde ahora en eliminar la capacidad de combate de
los integristas.
A los pilotos se les asignaron "zonas de matanza" de 78
km cuadrados para que busquen concentraciones de tropas o
vehículos blindados. Los aviadores deben confirmar con controladores
aéreos sus objetivos antes de atacar, pues "cuando se entra
a una zona de matanza hay muchos blancos, por lo que uno debe
identificar cuál tiene más importancia militar", expresó un
piloto.
Los talibanes señalaron que la ofensiva dejó 29 muertos.
"Norteamericanos son blandos"
El ministro talibán de Asuntos Tribales dijo que los soldados
estadounidenses son demasiado blandos para enfrentar los rigores
de combates en tierra en Afganistán y que la campaña aérea
dirigida por Estados Unidos ha infligido pocos daños en las
defensas de su país.
"Yo les digo a ustedes que los soviéticos fueron enemigos
bravos y sus soldados podían soportar condiciones difíciles.
Los estadounidenses son criaturas dadas al confort. No podrán
sostenerse en las difíciles condiciones que les esperan. Esperamos
ansiosos a que las tropas estadounidenses desembarquen en
nuestro suelo, donde los recibiremos a nuestra propia manera",
dijo el mullá Jalaluddin Haqqani en una entrevista publicada
ayer por el diario paquistaní "The News".
"Los ataques militares contra nuestro territorio han fallado
miserablemente en infligir algún daño grave o paralizante
a nuestras defensas", agregó, señalando que cerca de 25 soldados
talibanes han sido "martirizados" en la campaña estadounidense,
pero que ninguno de ellos era algún líder talibán o del movimiento
Al Qaeda.