Análisis
Una
troika dirige la guerra contra talibanes
El
Mercurio
Sábado
27 de octubre de 2001
Está integrada por Donald
Rumsfeld, Richard Myers y Tommy Franks.
Eric
Schmitt, The New York Times
WASHINGTON.-
Los tres jefes militares del Presidente George Walker Bush
para Afganistán están combinando un modelo que se utilizó
en la guerra del Golfo Pérsico en 1991, cuando el general
Norman Schwarzkopf encabezó la campaña, y el enfoque muchísimo
más restrictivo del conflicto de 1999 en Kosovo, cuando altos
personeros de gobierno, desde el entonces Presidente Bill
Clinton hacia abajo, estudiaron los blancos de bombardeo y
rechazaron algunos que consideraron demasiado riesgosos.
Dos veces al día, en la mañana y al salir la luna, el secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld, y el general Richard Myers, director
de los jefes del Estado Mayor Conjunto, oyen al general Tommy
Franks, jefe del Co-mando Central en Tampa, quien habla sobre
el progreso de la campaña, delinea las próximas acciones contra
los talibanes y revisa los blancos para evitar bajas civiles.
Desde la guerra de Vietnam, cuando el Presidente Lindon Johnson
escogió los blancos de bombardeo desde la Casa Blanca, administraciones
sucesivas se han esforzado por hallar la medida apropiada
de vigilancia a imponer sobre sus comandantes de mando en
tiempos de guerra.
"Franks dará sus ideas, dónde quiere estar y qué necesita",
señaló un personero familiarizado con las conversaciones.
"Rumsfeld y Myers le dan una guía y dirección".
Helicópteros AC-130
La guerra en Afganistán tenía apenas una semana cuando Franks
manifestó a sus jefes del Pentágono que quería intensificar
la lucha mediante el envío de aviones de combate AC-130, un
aparato turbopropulsor equipado con ametralladoras pesadas
y cañones capaces de destruir tropas y edificios a ras.
Rumsfeld y Myers interrogaron a Franks sobre los riesgos y
beneficios de enviar los aparatos y las fuerzas de Operaciones
Especiales que los manejan, para dar finalmente su aprobación.
El 15 de octubre, dos de las naves atacaron blancos en o cerca
de la plaza fuerte talibán de Kandahar al sur. Debido a que
el AC-130 puede volar sobre los blancos, disparando con precisión
exacta, es también una de las armas más intimidantes en el
arsenal. "Franks lo sugirió", dijo un personero al tanto de
la conversación.
Franks, quien está a cargo de dirigir las operaciones diarias
de la campaña afgana, cuenta con amplia libertad para manejar
la guerra como estime conveniente, dentro de los límites prescritos,
explicaron funcionarios del Pentágono.
"Tenemos un comandante militar que tiene la responsabilidad
y todos entienden eso", precisó Myers la semana pasada.
Rumsfeld, Myers y, en raras oportunidades, Bush, intervienen
sólo cuando la campaña entra a una nueva fase, como sucedió
con los ataques comando en el sur de Afganistán el viernes
de la semana pasada, o cuando un objetivo de bombardeo potencial
pone las vidas de civiles en riesgo, afirmaron funcionarios
del Pentágono. |