El Asno | El Buey

Selección de los Evangelios Apócrifos - El Evangelio árabe de la infancia
Los apócrifos y otros libros prohibidos

Palabras pronunciadas por Jesús en la cuna

1. Hemos encontrado estas palabras en el libro de Josefo, el Gran Sacerdote, que existía en tiempo del Cristo, y que algunos han dicho que era Caifás.
2. El cual afirma que Jesús habló, estando en la cuna, y que dijo a su madre: "Yo soy el Verbo, hijo de Dios, que tú has parido, como te lo había anunciado el ángel Gabriel, y mi Padre me ha enviado para salvar al mundo".

Capíluto III

 

La partera de Jerusalén

1. Y la anciana, acompañada de José, llegó a la gruta, cuando el sol se había puesto ya. Y penetraron en la caverna, y vieron que nada había allí,pero que el recinto estaba iluminado por luces más luminosas que las de todos lo candelabros y de todas las lámparas, y más intensas que la luz del sol. Y el niño, a quien María había envuelto en pañales, mamaba la leche de su madre. Y cuando ésta terminó de darle el pecho, lo depositó en el pesebre que había en la caverna.

2. Y la anciana preguntó a Santa María: ¿Eres la madre de este recién nacido? Y Santa María dijo: Sí. Y la anciana repuso: No te pareces a las demás hijas de Eva. Y Santa María sijo: Como mi hijo es incomparable entre los niños, así si madre no se puede comparar entre las muejres... Y la anciana respondió en estos términos: Oh señora, yo vine sin mala intención, para obtener la curación de mi parálisis. Nuestra Señora Santa María le dijo: Pon tu mano sobre el niño. Y ella la puso, y al momento quedó curada. Y salió diciendo: Seré la esclava y la sierva de este niño durante todos los días de mi vida.

Capítulo VIII
Vuelta de los Magos a su tierra

1. Los magos llegaron a su país a la hora del mediodía. Y Persia entera se alegró y se maravilló de su vuelta.

2. Y al crepúsculo matutino del día siguiente, los reyes y los jefes se reunieron con los magos y les dijeron: ¿Cómo os ha ido en vuestro viaje y en el retorno? ¿Qué habéis visto, qué habéis hecho, qué nuevas nos traéis? ¿Y a quién habéis rendido homenaje? Y ellos enseñaron el pañal que les había dado María. A cuyo propósito celebraron una fiesta, al uso de los magos, encendiendo un gran fuego, y adorándolo. Y arrojaron a él el pañal, que se tornó aparentemente en fuego. Pero cuando éste se hubo extinguido, sacaron de él el pañal y vieron que se conservaba intacto, blanco como la nieve y más sólido que antes, como si el fuego no lo hubiera tocado. Y tomándolo, lo examinaron bien, lo besaron y dijeron: He aquí un gran prodigio, sin duda alguna. Este pañal es el vestido del "Dios de los dioses", puesto que el fuego de los dioses no ha podido consumirlo, ni deteriorarlo siquiera. Y lo guardaron preciosamente consigo, con fe ardiente y con veneración profunda.


Capítulo XXXVI
Las figurillas de barro

1. Un día, cuando Jesús había cumplido los siete años, jugaba con sus pequeños amigos, es decir, con los niños de su edad. Y se entretenían con el barro, haciendo de él figurillas, que representaban pájaros, asnos, caballos, bueyes y otros animales. Y cada uno de ellos se mostraba orgulloso de su habilidad y elogiaba su obra, diciendo: "Mi figurilla es mejor que la vuestra". Mas Jesús les dijo: "Mis figurillas marcharán si yo se los ordeno". Y sus pequeños amigos dijeron: "¿Eres quizás el hijo del Creador?".
2. Y Jesús mandó a sus figurillas marchar, y en seguida se pusieron a dar saltos. Después, las llamó, y volvieron. Y había hecho figurillas que representaban gorriones. Y les ordenó volar, y volaron, y posarse, y se posaron en sus manos. Y les dio de comer, y comieron, y de beber, y bebieron. Y ante unos jumentos que hiciera, puso paja, cebada y agua. Y ellos comieron y bebieron. Los niños fueron a contar a sus padres todo lo que había hecho Jesús. Y sus padres les prohibieron que en adelante jugaran con el hijo de María, diciéndoles que era un mago, y que convenía guardarse de él.

Capítulo XXXVIII
Jesús en el taller de José

1. A veces, José llevaba a Jesús consigo y circulaba por toda la población. Porque ocurría que las gentes, a causa de su oficio, lo llamaban, para que les hiciera puertas, cubos para ordeñar, asientos o cofres. Y Jesús lo acompañaba por doquiera iba.
2. Y cada vez que se necesitaba prolongar o recortar algún objeto, alargarlo o empequeñecerlo, fuese un codo o en un palmo, Jesús extendía su mano hacia el objeto y la cosa quedaba hecha como deseaba José, sin que éste tuviese que poner la mano en ello. Porque José no era hábil en el oficio de carpintero.

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