Lunes 2 de enero de 1989

    Texto completo de entrevista de "Le Monde":
    Pinochet: "Es necesario ver cómo evolucionarán las cosas"

    * "Mi aspiración principal es que Chile no retroceda. No cuestione lo que se ha hecho. Esta es mi verdadera inquietud. No volver atrás", manifestó el Jefe del Estado a representantes de ese importante diario francés.

    Por Marcel Niedergang.

    La siguiente es la traducción oficial de la entrevista que periodistas del diario "Le Monde", de París, hicieron al Presidente Augusto Pinochet y que fue publicada en su edición del 31 de diciembre bajo el título "Una entrevista con el General Pinochet" y un subtítulo que dice: "Tengo más energías que antes. Me siento como nuevo, pero voy a tomar mis distancias antes de las elecciones".

    En la primera entrevista acordada desde el Plebiscito del 5 de octubre, el general Augusto Pinochet pasa revista para "Le Monde" sobre las razones de su derrota (43% del "Sí" contra 57% del "No"), en la víspera de un año 1989 que será decisivo para Chile. Las elecciones generales deben, en efecto, realizarse en diciembre próximo, y la Constitución prevé que el nuevo Presidente asumirá sus funciones en marzo de 1990.

    El Jefe del Estado chileno, que declara sentirse "como nuevo" y deseoso de "tomar sus distancias", deja entender que él se considera como un recurso posible luego del próximo escrutinio.

    - En los medios políticos de Santiago se le describe como un hombre derrotado, desde luego, pero sobre todo acabado.

    Es así como ellos querrían verme, pero yo soy el mismo. Creo, incluso, que tengo más energías que antes. Aproveché para descansar un poco y me siento como nuevo. En el marco político y militar me siento con las mismas fuerzas que tenía antes del 5 de octubre, las mismas que he tenido durante quince años... Es decir, creo que de aquí a las elecciones voy a tomar mis distancias. Que los otros trabajen o que desencadenen el desorden. Yo voy a observar sin más. Es necesario ante todo ver cómo van a evolucionar las cosas. Mi aspiración principal es que Chile no retroceda, no cuestione lo que se ha hecho. Esta es mi verdadera inquietud: No volver atrás.

    - Y si ése fuera el caso, ¿qué haría usted?

    Ante todo, para poder retroceder es necesario cambiar la Constitución de 1980. Pero, en mi opinión, no se puede decretar que esta Constitución es buena o mala antes de haberla aplicado en su totalidad.

    - Algunos sectores de la oposición desean una revisión constitucional y preconizan una negociación con las FF.AA. ¿Qué piensa usted?

    Bueno, ese es su problema. Reclamar es una cosa, obtener es otra. Ellos olvidan que no es el papel de las FF.AA. negociar reformas políticas o constitucionales. Eso está muy claramente establecido en la Constitución: todo diálogo eventual sobre el tema constitucional debe hacerse con el Poder Ejecutivo.

    - La oposición da a entender que hay serios indicios que muestran que las FF.AA. se preparan para este eventual diálogo directo con ellas. Y que los militares se esfuerzan desde ya en tomar su distancia con el Ejecutivo, de desligarse.

    No hay nada de eso. El general Matthei y el general Stange lo han declarado. Este eventual diálogo es de la sola responsabilidad del Ejecutivo. La oposición olvida que las FF.AA. son muy unidas y disciplinadas. Ellas fueron las primeras en manifestar su adhesión a mi persona después de la derrota del "Sí" en el Plebiscito. Yo también tengo mis indicios; Se me aplaude cuando visito los regimientos. Lo que la oposición desea es que los militares me cuelguen, se subleven en contra mía, que tomen sus distancias como usted dice. Para que quede solo. Están soñando. Yo mismo he visto Carabineros llorar luego de la derrota del 5 de octubre. Me ha ocurrido lo mismo que le ocurrió a Napoleón. No creo que los militares puedan darme un golpe bajo. Ellos saben que yo estoy muy preocupado de su futuro.

    - ¿Qué ha cambiado en el país desde el 5 de octubre?

    Se ha descubierto, algunos con rabia, que la ruptura entre el Ejecutivo y la población no era tan grande como se decía. Se decía que Pinochet iba a perder obteniendo solamente 10 ó 12% de los votos. Hubo más de un 40% de "Sí". ¡Usted se da cuenta! ¡¡Un dictador!!

    Yo preparé un "golpe de Estado" para salvar la democracia. Luego elaboré una Constitución y enseguida hice un plebiscito. Además, inmediatamente reconocí mi derrota. ¿Es éste un dictador?

    "Cincinatus"

    - Usted recientemente ha afirmado que desearía retirarse como un emperador romano.

    Sí, recordando la historia de Cincinatus. Una parte de la historia. Cuando Roma estaba sitiada fueron a buscarlo para salvar la patria. Los mensajeros encontraron a Cincinatus arando su tierra. Era un hombre sencillo y de costumbres sobrias. Se puso su uniforme y entrando en campaña derrotó al enemigo. Se le rindieron los honores, luego regresó a su arado.

    - ¿Es su ideal?

    Momento, espere un poco. Hay una segunda parte. Nuevamente Roma fue sitiada, y de nuevo fueron a buscar a Cincinatus. Pero esta segunda parte yo no la he contado. Solamente la primera.

    - Pero ¿usted estaba seguro de ganar el plebiscito? Se me ha dicho que un General le habría expresado solemnemente: "Mi General, en mi Región habrá un 75% de 'Sí'. ¿Es verdad?

    Es verdad. En efecto, los sondeos de opinión eran muy favorables hasta el último día. En la víspera de la elección, el diario "Las Ultimas Noticias" nos otorgaba el 54% contra 44%. Bueno, todo el mundo creía en el triunfo. Pero tengo testigos que yo nunca afirmé estar cierto de lograrlo. Siempre hay imponderables, incógnitas. Es como la investigación petrolera. Usted hace muchos esfuerzos, gasta mucho dinero, usted localiza un yacimiento, pero hasta que el petróleo salga, nada es definitivo. Esto es como un combate de boxeo. Es necesario esperar el golpe de gong y que el árbitro levante el brazo del vencedor. Nosotros hemos perdido por puntos el 5 de octubre, pero no por knock out. Porque supongo que usted admitirá que un plebiscito que se pierde con un 43% de los votos no es tan frecuente. El plebiscito ha sido claro, sin fraude. Todo el mundo lo ha reconocido.

    - Usted prácticamente hizo toda la campaña electoral en traje de civil, pero apareció en la televisión con uniforme al reconocer la derrota. ¿Por qué?

    Porque era el soldado quien manifestaba de esa manera que había cumplido con su palabra, que había mantenido sus promesas y que aceptaba la derrota. Yo lo he perdido. Esa es la regla. Pienso hoy día, tres meses después, que el destino finalmente nos ha tendido la mano. Si hubiéramos ganado se habría dicho que hubo fraude.

    - Entonces, ¿es preferible para usted haber perdido?

    Es mejor haber perdido, por el momento.

    - ¿Por el momento?

    Por supuesto, pues ahora va a haber elecciones.

    - Se ha dicho, se ha escrito, que usted estuvo tentado de hacer salir al Ejército cuando quedó claro que el "No" había ganado. Fue durante el recuento de votos, esa noche, durante la reunión con la Junta.

    Eso es una invención completa. Yo no sé de dónde lo han sacado. Se ha dicho que estaba de uniforme, en circunstancias que estaba vestido, en ese momento, con un traje beige. Y que yo habría dicho a los comandantes en jefe de las FF.AA.: "Señores, vamos a salir a la calle". ¿Pero contra quién me iba yo a enfrentar cuando las calles estaban desiertas? Y mis comandantes en jefe, miembros de la Junta, me habrían contestado: "No señor, no se sale". Voy a decirle algo. En Chile tenemos una característica: Nuestras FF.AA. tienen una formación prusiana. Aquí la verticalidad del mando es una realidad.

    - ¿Cómo explica usted su derrota?

    Hay muchos factores. Nosotros, sin duda, cometimos errores durante la campaña. Luego, ciertos sectores de la sociedad no asimilaron totalmente la obra de la modernización del gobierno, el desarrollo económico y social alcanzado en estos últimos años.

    Hubo también intervención de ciertos sectores politizados de la Iglesia chilena. Creo que, además, influyó nuestra proverbial mala memoria y la ignorancia de grandes sectores de la juventud sobre lo que fue el Chile de la Unidad Popular.

    En lo que respecta a la intervención extranjera, tengo documentos, pruebas que aún no han sido publicadas, pero que lo serán sin duda algún día. Los rusos hicieron propaganda en las radios todos los días. Los norteamericanos le dieron dinero a la oposición. El embajador Barnes, de Estados Unidos, a título personal, intervino Europa también, con fondos. A los menos 50 millones de dólares. Pero esto no es más que la punta del iceberg. En el hecho es mucho más.

    - La transición hacia la democracia implica, al final del camino, una democracia total, a ciento por ciento, ¿o no?

    Sí, un sistema ciento por ciento democrático a condición que no se le ataque. Porque la democracia tiene un talón de Aquiles que no tienen los regímenes totalitarios. La democracia permite a aquellos que quieren destruirla, de infiltrarse y de destruirla desde el interior. Como se nos destruyó aquí en Chile de 1970 a 1973. Destruyeron todo porque se les permitió actuar. Es necesario que el sistema democrático se proteja, que impida la intromisión de doctrinas totalitarias.

    - ¿Cambiaría usted la opinión si el Partido Comunista chilenos, al término de su actual congreso, se pronunciara por la línea moderada, por la lucha legal?

    No. Eso no cambiaría nada. Que me muestren hechos concretos y yo cambiaré.
    Lo mismo que para la perestroika del señor Gorbachev. Realmente yo continúo a no creer en aquello. Si hay verdaderos cambios, entonces sí. Yo soy como Santo Tomás, yo creo lo que veo.

    - Entonces, ¿qué ve usted en el escenario político preelectoral?

    Mucha confusión. Los dirigentes de la oposición estaban de acuerdo para decir "No". Era fácil. Ahora reaparecen las divisiones, las discrepancias, las rivalidades personales. Es lógico. Estas divisiones no dejan ninguna duda sobre la falta de claridad y de consistencia de sus programas políticos. De hecho, no tienen programas adaptados a las necesidades del país. Ellos se contentan con exigir reformas constitucionales que no son indispensables. Es inquietante.

    Incluso un candidato de consenso de la oposición estaría obligado a ceder a las presiones de sectores más radicalizados, que preconizan un proyecto económico contrario al espíritu de libertad y de libre iniciativa. Por esto, yo temo que un eventual triunfo de la oposición en las próximas elecciones constituya una amenaza grave para los objetivos de progreso alcanzados estos últimos años.

    - La oposición estima que su plan de privatización "a outrance" es excesivo, contrario a los intereses del país e incluso peligros para la seguridad nacional.

    La oposición denuncia la privatización porque ésta le quita una clientela electoral. Nosotros hemos sido pioneros de la privatización y estamos bien. Bastante antes que la señora Thatcher. Nosotros perdimos más de 100 millones de dólares con las empresas públicas deficitarias. ¿La seguridad nacional? Es la menos amenazada con estas medidas.

    Los derechos del hombre

    - Incluso la derecha chilena pide que los asuntos de derechos humanos que implican personal militar no sean acallados por la justicia, y algunos insisten. Sugieren que la CNI sea desmantelada -como lo fue la DINA en su tiempo- como gesto de reconciliación. ¿Qué piensa usted?

    Es una pregunta interesante. Es parte de la campaña de la izquierda en contra de los organismos de seguridad.

    Porque gracias a ellos hemos descubierto las actividades ilícitas, el tráfico de armas, sus planes. ¿Esto les molesta hoy día? Pero me encantaría conocer el nombre de un país civilizado que no tenga servicios de inteligencia. ¿Acaso los norteamericanos desmantelaron la CIA? ¿Los franceses, sus organismos de seguridad? ¿Los derechos humanos? Se proclaman más o menos defensores según usted sea poderoso miserables o pequeños como nosotros.

    - ¿No cree usted que un conflicto puede desencadenarse en Chile entre el próximo gobierno democrático y las FF.AA. a propósito de procesos entablados a militares? ¿Cómo es el caso de Argentina?

    No creo. Porque los comandantes en jefe de las FF.AA. debe aún permanecer 8 años en sus puestos. Esta en la Constitución. Es cierto que ha habido excesos en el marco de la lucha contra el terrorismo, pero en el extranjero las denuncias a las violaciones de derechos humanos a menudo han sido excesivas. En lo que me concierne, deseo que no haya ningún asunto -civil o militar- sin juzgar al término de mi mandato. Hemos decidido acelerar los procesos ante la justicia. Por ejemplo, en el caso de los "quemados" (los jóvenes quemados) ya hubo sentencia. Un oficial ha sido condenado. Otros asuntos están igualmente en camino de ser juzgados.

    - Usted no cree en la perestroika pero ha establecido contactos con la Unión Soviética. ¿Es exacto?

    Ningún contacto. Conversaciones muy discretas en Suiza. Hasta el momento sin muchos resultados. Digamos que es un acercamiento. No se puede estar siempre en guerra, luchando. Nosotros comenzamos a tener con los soviéticos relaciones comerciales indirectas vía México. Si veo que las cosas van bien, si hay una verdadera apertura, por qué no tener relaciones normales. Yo estaría encantado. Hay que ser pragmático.