Martes 17 de marzo de 1987

    Entrevista de "Le Fígaro" al Presidente Pinochet:
    "Soy demócrata... con ciertas precauciones"

    Una extensa entrevista al Presidente de la República, general Augusto Pinochet, publicó en su última edición el semanario francés "Le Fígaro".

    En conversación con el periodista Eric Brissaud, el Jefe del Estado abordó diversas materias, desde la importancia que le otorga a la próxima venida del Papa, la situación del exilio, su posición frente a la democracia y al marxismo, e incluso los orígenes franceses de su familia.

    El texto es el siguiente:

    El general Pinochet acaba de autorizar el reingreso al país de un cierto número de exiliados. Igualmente, ha prometido elecciones generales para 1989. ¿Hay un avance en Chile? No es la opinión de Tencha Allende, la viuda del ex Presidente. Ni la de Carlos Altamirano, ex Secretario General del Partido Socialista de Chile. "Le Fígaro magazine" abre los expedientes. Nosotros ofrecemos la palabra al general Pinochet, y también a su posición, la más simbólica o la más radical, dos semanas antes del viaje del Papa a Chile. Los 3.000 periodistas del mundo entero que acompañarán a Juan Pablo II podrán formarse su propia opinión.

    La entrevista

    Surgiendo de entre sacos de arena, dos soldados apuntan con sus metralletas nuestro vehículo, solicitando nuestros salvoconductos... La Renault 20 se inmoviliza cerca de 2 helicópteros Puma del Ejército. Los walkie-talkie resuenan... La seguridad es exhaustiva. Después, él llega: Su Mercedes es escoltado por 4 motoristas.

    El general Augusto Pinochet ha cambiado su terno y corbata por un pantalón y un blusón de tela beige. Me saluda con un simple "Buenas tardes", invitándome a subir.

    No es el mismo hombre. Dos horas antes me había recibido en el palacio presidencial de La Moneda y medio sonriente y medio provocador me había lanzado: "Venga a Bucalemu a compartir conmigo mi primer día de vacaciones. Ahí verá si soy verdaderamente un ogro...".

    El aterrizaje está previsto para las 18:00 horas. A las 17:58 mira su reloj y dice a su ayudante:

    - Llegaremos dentro de dos minutos...

    Orgulloso de la puntualidad de sus hombres, él me invita a mirar por la ventanilla.

    Yo esperaba una suntuosa hacienda, Es una casa baja, rodeada de un patio con muchas buganvilias. Encuentro al Presidente en el salón, que huele a cera. Juega sobre la alfombra con Paula y Francisca, sus dos nietas. ¿Será una puesta en escena para un periodista europeo?

    - Bueno, ahora váyanse, nosotros tenemos que mantener una conversación entre grandes.

    El ayudante abre la puerta del comedor. Bajo un cuadro monumental que conmemora la conquista española, una mesa repleta de pasteles y frutas peladas.

    - ¿Qué significado reviste para usted la venida del Papa?

    Todo el mundo aquí es muy religioso. Yo soy católico y practicante. Dios ha unido a los chilenos. Ha sido la fuente de la nación.

    Desgraciadamente, me doy cuenta de que la iglesia está a punto de dividirse. Por un lado usted tiene los conceptos tradicionales y, por el otro, una desviación marxista del mensaje cristiano: es la famosa teología de la liberación. Eso yo no puedo aceptarlo. La verdadera teología estudia a Dios. La teología de la liberación estudia al hombre-masa. Es una desviación. La religión en su pureza, se opone al marxismo. Pero aquellos que han adoptado la teología de la liberación, llevan en sí mismo los gérmenes de su propia destrucción, convirtiendo al catolicismo en materialismo revolucionario, bajo un pretexto moralista. Pocos en Europa comprenden que la teología de la liberación, que invoca a Cristo para provocar la revolución, no es la elevación del espíritu sino una manipulación de los espíritus. Sí, pocos, en Europa, tiene conciencia de lo que pasa aquí.

    - ¿Y el Papa?

    Lo considero el mensajero de la paz. No olvide que él ha contribuido a encontrar una solución al difícil problema de los territorios del extremo sur, reivindicados por los argentinos. Y, simplemente por la solución pacífica de ese problema, nosotros tenemos una deuda con Su Santidad el Papa. Por eso nosotros, como gobierno de los chilenos, hemos decidido invitarlo.

    - ¿Ustedes esperan un viaje sin problemas?

    Nosotros hemos tomado todas las medidas para que él pueda pasar una semana tranquila. Medidas de todo tipo. Pero si hay personas que quieren aprovechar su venida para criticar al gobierno, políticos u otros, bien, tanto peor. El Papa es suficientemente listo para darse cuenta por sí mismo de la forma como pasan las cosas aquí.

    Oficialmente iré a recibirlo. Después tendremos una entrevista e iré a saludarle de nuevo a su partida. Estoy consciente de la profundidad espiritual que nos aportará la presencia de Su Santidad. Tiene una clara visión de los peligros que representan las ideologías miserables, fundadas en el odio, la mentira y la muerte, con el sólo objetivo de someter a los pueblos libres.

    - Usted ha prometido, recientemente, medidas de liberalización, especialmente el regreso de exiliados...

    Era necesario. Era preciso fijar una directriz fundamental y llegar poco a poco a la normalización. Es así como yo no quise instaurar el estado de sitio en las regiones. En cuanto a las personas afectadas por la prohibición de regreso al país y para mostrar el espíritu de unidad nacional que nos anima, he querido que el gobierno adopte las medidas que les permitan el regreso. Pero manteniendo el exilio para aquellos que representan una amenaza seria a la vida pública de nuestro país.

    - ¿Cuántos ingresos ha autorizado usted?

    Una serie de ocho a diez listas serán sometidas por el Ministro del Interior a una comisión que decidirá, según informes, el regreso de estos exiliados.

    - ¿Usted no teme el regreso de ciertas personas...? (El corta la frase).

    Sí autorizo su regreso es porque estoy seguro de poder controlarlos. Usted sabe, las personas que viven aquí, en Chile, están cansadas de todas las acciones terroristas y los enfrentamientos que provocan. He decidido, por otra parte, someter a la Comisión Legislativa un proyecto de ley que permitirá una remisión de las penas en un año, para las condenas ya sentenciadas por los tribunales. En fin, el proyecto de ley sobre los partidos políticos entra en aplicación en estos días.

    - ¿Están los países extranjeros verdaderamente satisfechos con estas medidas?


    Por un lado, ellos estiman que las medidas son buenas. Pero desearían que se abra la puerta completamente, incluso a aquellos que han cometido acciones graves contra Chile... ¿café o té?

    - Café. ¿Cómo ve usted la política interna francesa?

    Bien... es bastante complejo. Por un lado usted tiene al Presidente y por el otro al Poder Legislativo, lo que ustedes llaman cohabitación. Es algo que puedo comprender, pero en lo que no creo. En una pareja, si la mujer piensa A y el marido Z, el matrimonio no dura ni un año. Por otro lado, las medidas tomadas por Chirac fueron bloqueadas por Miterrand.

    - En el extranjero se piensa que Chile no es aún una democracia ¿sabe?

    Todo el mundo quiere la democracia. Yo también soy demócrata. Con ciertas precauciones. El comunismo no acepta la democracia, pero los demócratas aceptan el comunismo. Por lo tanto, pienso que vale más cuidarse, si no queremos que se apoderen del país. Es lo que hemos hecho con la constitución de 1980. Nuestro país no sufre la opresión totalitaria de los comunistas, que destruye Nicaragua, Afganistán o Cuba.

    - ¿Es que la situación geográfica de Chile, su aislamiento entre el Pacífico y la Cordillera de Los Andes explica su reciente historia?

    Usted evoca un aspecto vital para comprender al pueblo chileno, su especificidad, su homogeneidad, su formación espiritual y moral, esa mezcla de estoicismo y de gusto por el trabajo que lo caracteriza. Nuestra situación geográfica ha tenido una influencia positiva, colocándonos en una posición de difícil acceso. Hemos recibido, por lo tanto, pocas corrientes migratorias, lo que explica la homogeneidad a la cual yo hacía alusión. Nuestra situación, en una región más bien templada, ha contribuido también a nuestro carácter. No olvide, tampoco, que Chile posee muy pocos recursos naturales, y los que posee, como el cobre, exigen mucho trabajo para ser extraídos.

    Somos un pueblo de mineros, agricultores y pescadores. Y ninguna de esas actividades es fácil. Con el correr de los siglos hemos sabido que el bienestar se obtiene sólo a través del trabajo. Eso ha hecho de los chilenos un pueblo combativo, patriota y serio. Usted podrá fácilmente verificarlo observando nuestra historia nacional. Y sabemos también que nuestro porvenir depende del esfuerzo de cada uno de los chilenos. Nuestra gran fuerza, es ese carácter nacional, fundado en principios y valores muy sólidos.

    Nuestra mayor preocupación es transmitir todo esto a las generaciones que vienen. Si no se comprende esto no se puede comprender, tampoco, nuestro total rechazo al marxismo leninismo y nuestra voluntad de protegernos a cualquier precio, tanto tiempo como sea necesario. La historia reconocerá este esfuerzo de Chile. Cuando se quiso imponernos un esquema totalitario contrario al sentimiento nacional, el país se alzó para defender su integridad nacional. Como siempre.

    - ¿Comparten las nuevas generaciones estos sentimientos?

    La injusticia y la solidaridad social son un deber de todo instante. No un slogan embriagador y estéril. Y la constitución de 1980 responde a estas aspiraciones de la juventud. Ella define la familia como la célula fundamental de la sociedad y garantiza a los padres la libertad de educación y la elección de la enseñanza de sus hijos. Reconoce el conjunto de derechos de la persona humana, la libertad, igualdad de posibilidades en la participación de la vida nacional, comenzando por el derecho a la vida. Es por eso que sancionamos el crimen del aborto.

    - ¿Está usted satisfecho de los resultados económicos obtenidos con este sistema?

    La recesión internacional y sus repercusiones en el precio del cobre nos han golpeado desde hace algunos años, pero nuestra estabilidad política nos ha permitido sobrepasar estas dificultades. . Las últimas estadísticas indican que la cesantía ha disminuido a un 10,2% de la población activa, lo que corresponde a un nivel habitual en nuestro país. En el curso de los últimos tres años nuestro Producto Nacional bruto ha aumentado un 18,1%, y el año pasado solamente nuestras exportaciones han crecido en cerca de un 11%. El nivel medio de vida ha comenzado a elevarse con un aumento efectivo de las remuneraciones, al mismo tiempo que la reducción progresiva del déficit del sector público ha permitido el aligeramiento del peso de la deuda. La coherencia y la calidad de nuestra política económica han llevado a los organismos financieros internacionales a apoyar nuestro programa de desarrollo, lo que permite acelerar más la recuperación del país.

    Aquí nosotros estamos comenzando el verano... en Francia es la época de las coliflores.

    - ¿Qué representan para Ud. sus orígenes franceses?

    Eso se remonta a fines del siglo XVII con la llegada a Chile de un cierto Guillaume Pinochet. Pertenezco, creo, a la octava generación de Pinochet chilenos. Y desde nuestros orígenes nos hemos integrado a las costumbres del país. Y este origen francés no tiene otro interés que no sea histórico. Por otra parte, yo no conozco ningún miembro de mi familia en Francia.

    - ¿Cree usted que un mercado común latinoamericano pueda existir un día?

    América Latina es un continente que posee grandes potencialidades económicas. Sus recursos naturales son inmensos. Y desde hace algún tiempo los países latinoamericanos han alcanzado un excelente nivel científico y tecnológico. Sin embargo, una organización común no podría funcionar con políticas económicas diametralmente opuestas y con sistemas inestables o deteriorados. Por eso, como todos los chilenos, yo me siento profundamente latinoamericano, cierto del rol inmenso que nuestro continente podría representar en la escena mundial.

    - ¿A pesar de su aislamiento geográfico?


    Es cierto que estamos muy aislados. Chile es una isla al extremo del mundo. Este aislamiento ha favorecido nuestra unidad. Una unidad acrecentada por 400 años de guerra con los indios. La guerra comenzó en 1541...

    - Algunas personas le reprochan haber proseguido esta guerra contra las últimas tribus indígenas...

    ¡Qué no me lo reprochen! ¡Se alcanzó la paz en el siglo pasado! ¿Sabe usted cómo me llaman los indígenas?, Tauki: el Jefe Supremo. Cuando voy a Tabuco, tengo derecho a participar en la gran ceremonia de jefe indio, con la ropa de Tauki. ¿Qué es lo que he hecho? Normalicé la división de sus tierras. He entregado a todas las comunidades indígenas insumos agrícolas. Resultado: ellos aumentaron su producción y su ganado...

    - Usted autorizó a los norteamericanos a agrandar el aeropuerto de Isla de Pascua para un eventual aterrizaje de urgencia de las naves espaciales. Esto también se le reprocha...

    Los trabajos están bien avanzados. Este acuerdo permitió establecer una cooperación espacial entre nuestros dos países, con una real transferencia tecnológica. Va a permitir a Chile participar en proyectos de gran importancia.

    - Sin embargo, los pascuenses se oponen...


    El descontento de ciertos pascuenses es injustificado, sin fundamentos. Nosotros los ayudamos, les enviamos dos veces al año un avión carguero con alimentos. Antes de nuestra llegada había allí mucha lepra. Nosotros tomamos todas las medidas sanitarias, le compramos a Estados Unidos un hospital completo, llave en mano. Pero es típico en los pueblos rústicos: hablan y se quejan siempre de cualquier cosa.

    ¿Usted sabe que el día del atentado, el 7 de septiembre, mi nieto iba en el vehículo? El tiene 10 años. En fin, ya es cosa pasada...

    - Su calma ¿se debe a su formación militar o al carácter chileno?


    A ambos. La formación de los militares es siempre seria, pero yo soy alegre en familia y con mis amigos. Usted conoce mucho del carácter de los chilenos a través de su humor. Nosotros acumulamos el humor francés, inglés, alemán, español e italiano. Eso constituye mucho humor para los 12 millones 250 mil chilenos diseminados en 740.000 kilómetros cuadrados. Además poseemos otro rasgo de carácter nacional: La cortesía. En un restorán, usted se dará cuenta de que raramente se le responde en forma brusca: se trata siempre de ser amable, sin jamás un gesto altanero para el que les sirve. Respetamos cualquier trabajo. Y si vemos que un trabajador es maltratado, reaccionamos de inmediato.
    (Y agrega, visiblemente orgulloso):

    - ¡Ese es el espíritu chileno!


    El sol subraya con largas sombras el jardín alrededor de la casa.

    - Mis hijos me reclaman, me dice él.

    Un rápido buenas noches y después, con un guiño:

    - ¡Y bien, usted la ha visto, la casa del ogro!