Géminis
22 de mayo al 21 de junio.

Géminis es la amplitud de contemplar la ciudad desde los cerros o desde una avioneta, el aire fresco que pega en la cara y desordena el cabello. Es la conversación de horas con el mejor amigo(a) por teléfono. Está afuera, en el mundo, en un café, en cada conversación por e-mail, celular o mensajería electrónica y, por supuesto, en Internet, su paraíso. Géminis es el pequeño que antes de hablar ya sabe manejar a la perfección el control remoto del equipo o la TV y el mismo que, cuando crece un poco, agobia a sus padres con los “¿por qué...?”. Es el parlanchín, entretenido, genial e hiperactivo burro que acompaña a “Shrek” y que insiste con su “Por fis”. Es la polaridad que llevamos dentro: Adán y Eva; Pinky y Cerebro; el Coyote y el Correcaminos; el ángel y el diablo que le hablan a Tom para que decida qué hacer con Jerry.

Frase: Yo pienso...¿quieres saber qué?

Emoción fundamental en la vida: La curiosidad.

Elemento: El aire que renueva y aliviana el ambiente.

Planeta y energía: Mercurio con toda su agilidad y versatilidad.

Necesitan: Aprender cosas nuevas, movimiento, socializar, estar conectados con el mundo y comprender la vida.

Sus mayores talentos: Comunicar fácilmente las ideas propias y de otros, adaptarse muy bien a los cambios, hacer dos, tres y más cosas a la vez con eficiencia, y el ingenio para solucionar o hacer reír.

Poder espiritual: La aceptación.

En luz, sus cualidades son: Creatividad, gran capacidad de síntesis, amistosos, con mucho sentido del humor, divertidos. Se atreven a ver lo luminoso y lo oscuro de las cosas; buenos organizadores de eventos o reuniones, acogedores, alegres; actúan con independencia y claridad en situaciones límite; no tienen prejuicios para aprender lo nuevo; le dan valor a la experiencia.

En sombra, caen en: Charlatanería, mucho ruido y pocas nueces, hablan de lo que no saben; se desconectan de la emoción y le dan prioridad a la mente; temperamentales: pierden el equilibrio de su dualidad; nerviosos, frívolos: preocupados de la “farándula” local, del barrio y del colegio, dispersos: pierden energía en un abanico de cosas en vez de focalizarse; dubitativos; con una incapacidad de estar en silencio y de encontrarse.

Su propia trampa: La superficialidad de la “buena onda” que no mide los riesgos que corren al entrar en una relación, lugar o trato. Creer que lo nuevo necesariamente es bueno.

Lo bueno para sus cercanos: Jamás se aburrirán junto a ellos, se reirán mucho, viajarán aunque sea en micro, los alegrarán cuando decaigan; saben o aprenden a manejar cualquier aparato tecnológico que “supere” a otros.

Lo que deben evitar: Trabajar solos, sin equipo; olvidar pagar el teléfono y quedar incomunicados; ser mejores amigos de un cura, de un juez o de cualquiera que deba guardar confidencialidad sobre su labor. Que uno de sus padres -o su pareja- sea el dueño de un medio de comunicación.

Terapia recomendada para crecer: Meditación Vipassana (10 días de sanador silencio absoluto), respirar profundo para bajar a tierra, practicar la ceremonia tibetana del té; hacer ayuno de televisión por una semana. Khundalini Yoga.

Regalo ideal: Una invitación al cine o al teatro para un estreno, tickets de avión, bus o metro; un domingo por la ciudad con almuerzo y sobremesa incluida, un libro ágil y didáctico sobre algo que ellos quieran aprender, una suscripción a una revista de opinión; un notebook con Internet inalámbrica.

Por Jimena Zúñiga P.
Ilustraciones: Raquel Echeñique © 2002 - 2007 El Mercurio Online | Términos y condiciones de la información
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