Piscis
20 de febrero al 20 de marzo
Aunque algunos no saben dónde está Piscis, a ellos no les importa porque tampoco lo tienen claro. Están en la nebulosa, en la profundidad del océano, en las calles y los bares del húmedo y sombrío Londres; en el atraso despreocupado y caótico –a ojos de Occidente- de la sagrada India. Está en las nubes y en el reflejo del vidrio: lejos de la realidad de cemento. Es el niño tímido que juega solo, que tiene un amigo imaginario y que se avergüenza de saludar a los adultos; el estudiante que se resiste a terminar la carrera y hacerse cargo de su vida. Es el día domingo de invierno que se pasa en cama sin asomar la nariz a la calle. Está en la contradicción del artista subjetivo y profundo que quiere exponer su obra y no se atreve, pero necesita el dinero porque tiene gustos caros. Es el servicio anónimo de las congregaciones religiosas en los barrios marginados. Es la ingenuidad frágil de “Felipe”, el temeroso amigo de “Mafalda"; la aventura onírica de “Alicia en el país de las maravillas”.
Frase: Yo creo... ¿o no?.
Emoción fundamental en la vida: La sensibilidad.
Elemento: El agua que inunda.
Planeta y energía: Neptuno con toda su imaginación y subjetividad.
Necesitan: Sentir, tener un espacio íntimo para crear una realidad paralela al hostil “mundo real”, encontrar una causa humanitaria a la cual servir, trascender lo material.
Sus mayores talentos: Reconocer su intuición, entregarse emocionalmente a sus ideales, saber acoger el dolor o la pena de otros, incorporar el inconsciente, lo místico o espiritual a la vida.
Poder espiritual: La compasión.
En luz, sus cualidades son: Bondadosos, pacientes, imaginativos, comprometidos, afectuosos, profundos, serviciales. Con empatía en el dolor y la risa; se permiten ser vulnerables y conmoverse; sacrificados, simples: fáciles de contentar; adaptables, comprensivos, pacíficos, flexibles, honrados, humildes: sin pretensiones. Bien conectados con el arte y los sueños. Con gran emotividad; muy románticos.
En sombra, caen en: Fantasía constante, idealizan a sus cercanos y lo que los rodea con tal de no ver la realidad; poco prácticos y faltos de instinto de conservación: les importa poco abrigarse, alimentarse bien o pagar las cuentas (pasos necesarios para la adultez); se niegan a crecer y hacerse cargo de sí, quieren que alguien los mantenga; dependientes; mártires, ayudadores; descuidados, autocompasivos, indecisos, cómodos, perezosos: todo es para mañana. Melancólicos, con tendencia a la depresión y a volcar su frustración en drogas como el alcohol o en la evasión de la TV.
Su propia trampa: Creer que su realidad es mejor que el mundo objetivo, perderse de su propia realización personal por no querer salir afuera y autovalerse; creer que la TV o la radio acompañan.
Lo bueno para sus cercanos: Los llenarán de atenciones y mimos, conocerán la entrega y la riqueza de lo subjetivo plasmada en los sentimientos, los sueños, la imaginación y la espiritualidad; verán que la intuición existe y vive en cada uno de nosotros; tendrán bellos momentos con muy poco.
Lo que deben evitar: Comprar el vhs de “La isla de la Fantasía” o de “Un paseo por las nubes”; tener un baño sin tina; seguir creyendo en el viejo pascuero (“Santa Claus”) y esperarlo cada 24 de diciembre; hacerse socio de todas las obras de caridad del país; vivir al lado de un orfanato.
Terapia recomendada para crecer: No comer chocolates ni dulces en una semana, pagar las cuentas anticipadamente durante un mes; un taller de marketing o estadística; leer la biografía de Bill Gates, y levantarse antes de la salida del sol para sentir su energía y ver cómo despierta la ciudad.
Regalo ideal: Un acuario con peces multicolor; un día de playa; un paseo por una institución de beneficencia; una semana en Disneyworld; entradas para una comedia romántica; una invitación a un retiro de meditación; un taller de sueños; un libro de Freud o la biografía de la Madre Teresa.
