La imagen más elocuente... Argentina desolada y Chile una algarabía total.
AFP
SANTIAGO.- Francisco Silva ingresó a los 14 minutos del primer tiempo extra en la final de la Copa Centenario. El formado en Universidad Católica reemplazó al lesionado Alexis Sánchez y nunca se imaginó lo que ocurriría poco después.
El partido terminaría igualado en cero en el alargue y una vez más Chile y Argentina debían definir al campeón de América mediante lanzamientos penales.
Todo esto ocurrió el domingo 26 de junio del 2016. Un día que los trasandinos difícilmente podrán olvidar. Y el "Gato" tampoco. Tomó la responsabilidad del último tiro y no falló. Algarabía total de la "Roja" y desazón inconsolable de los bicampeones mundiales. Otra vez perdían una final, la tercera consecutiva y las dos más recientes a manos de los nacionales.
Llanto en la cancha de Lionel Messi y compañía. El delantero del Barcelona se paseaba con la mirada perdida, se tapaba la cara con su camiseta. Quizás meditaba la decisión que tomaría poco rato después y que generaría un terremoto en Argentina.
Mientras Chile aún celebraba los jugadores trasandinos se demoraban en salir de camarines. Había mucha expectación periodística en los vestuarios del MetLife Stadium de Nueva Jersey. Hasta que salió la "Pulga".
"La selección no es para mí. Para mí ya está, lo intenté mucho, más encima me tocó errar el penal, es por el bien de todos, es una decisión tomada. La selección se terminó para mí". Estas palabras remecieron a todo un país. Su máxima figura renunciaba al equipo. "Me voy sin poder ganar nada. Me tocó perder otra vez en los penales, en un partido muy igualado, pero qué sé yo. ya tomé la decisión. Ya está, ya lo intenté mucho, me duele más que a ninguno no ser campeón con Argentina". Nadie lo podía creer.
Inmediatamente los medios argentinos hicieron eco de esto. Casi pasó a un segundo plano el triunfo de Chile. Messi había generado un caos que les parecía difícil dimensionar. Para peor, en los pasillos del recinto tomaba fuerza otro rumor. Que otros emblemas de la selección, como Javier Mascherano, Ángel di María y Sergio Agüero, entre otros, le seguirían y dirían adiós.
Si se pensó que eso fue fuerte, lo que vino nueve días después terminó por derrumbar todo. Tras el fracaso y la crisis institucional que vivía la AFA, y que hasta hoy sigue viviendo, el técnico Gerardo Martino tomaba la decisión de dejar el cargo.
Es decir, Argentina se quedaba sin su principal figura y capitán y además sin el adiestrador. Esto se agravaba aún más con todo el lío dirigencial. No había una directiva, sólo una Comisión Normalizadora.
La FIFA llegó a amenazarlos con la desafiliación. Incluso el duelo del próximo jueves estuvo en dudas. Pero poco a poco se han ido calmando las aguas.
Messi hechó pié atrás y regresó. Edgardo Bauza asumió la banca, pero sin mucho éxito. Caída como local 0-1 ante Paraguay y una goleada a manos de Brasil por 0-3 los tienen sólo en el quinto lugar de las Clasificatorias. Se estarían conformando con el repechaje.
Es por todo esto que Argentina se toma este partido como una revancha. El recuerdo de aquel 26 de junio sigue latente...
