Si la inflación ya estaba siendo un problema grave para el mundo producto de la pandemia de covid-19, la invasión rusa en Ucrania solo lo multiplicó. La escalada de precios sin frenos es el principal dolor de cabeza de la economía mundial y controlarlo está siendo mucho más difícil de lo que se preveía.
El debate entre los bancos centrales del globo es qué tan agresiva puede seguir siendo la política monetaria para bajar los precios y no afectar demasiado una economía mundial que vivirá una inminente desaceleración este año y el próximo. La situación es compleja, es que mes tras mes la inflación en las principales economías bate récords con niveles ni vistos en décadas.
La guerra en Ucrania ha hecho que los precios de productos como petróleo, gas, cereales y aceite estén por las nubes, encareciendo aún más el costo de los alimentos y la energía en el mundo, lo que ya ha comenzado a gatillar descontento social y protestas en diferentes puntos del planeta.
Eso es parte de las nuevas presiones derivadas del conflicto en Europa del Este, ya que antes de los desatado en febrero la inflación mundial ya anotaba niveles importantes y, aunque transversal entre las economías, la causa principal difiere entre ellas.
En Estados Unidos y el Reino Unido, por ejemplo, destacan el impulso de la demanda y la estrechez del mercado laboral, con una oferta contenida y presiones salariales al alza; además, en el primero se suman los aumentos de precios de la vivienda.
En la Eurozona, en tanto, a energía continúa siendo la principal impulsora de la inflación. Mientras que en varios países de América Latina la causa fundamental se asocia al incremento de los precios de la energía y los alimentos. Todo, en un contexto en el que las presiones de costos no han cedido, producto de cadenas de suministro que no han logrado reponerse por completo tras el impacto de la pandemia y un estímulo monetario que aún se mantiene elevado en las economías desarrolladas.
Con todo, marzo de 2022 se posicionó como un mes especialmente inflacionario, siendo el primero que recoge los efectos de la guerra en Ucrania. En Chile, en el tercer mes del año, la inflación mensual se disparó 1,9% -la mayor dese octubre de 1993-, llevando a la inflación anual a un potente 9,4%. Con esto, Chile pasó a vivir su mayor inflación desde 2008 y quedó muy cerca de llegar al 10%, un nivel que el Banco Central pronosticaba que se alcanzaría a mitad de año.
Es decir, los precios están subiendo más rápido de lo previsto, y el principal factor que está detrás de esto, según el Banco Central, es el inédito impulso al gasto durante 2021 producto de las ayudas fiscales y retiros previsionales, a lo que se suman los problemas de la cadena de distribución global que sigue resentida y el conflicto ruso-ucraniano.
En Perú la situación también es compleja. En marzo, la inflación peruana escaló mensualmente 1,48% -su mayor variación desde febrero de 1996-, lo que llevó a la cifra anualizada al 6,82%, el aumento de precios más importante desde 1998.
Los precios de los alimentos fueron los que más subieron en el vecino país durante el tercer mes del año y también han crecido con fuerza los precios de los combustibles. Altos precios que han desatado una ola de protestas en contra del Gobierno de Pedro Castillo, quien incluso llegó a decretar un toque de queda que no logró calmar los ánimos y que tuvo que retirar tras solo 15 horas de entrado en vigencia.
En Argentina, en tanto, la inflación en marzo se disparó 6,7% en términos mensuales, el máximo registro desde abril de 2002, hace 20 años. De ese modo, la inflación interanual llegó a 55,1%.
Argentina, eso sí, es un caso aparte. Si bien también se está viendo afectado por las presiones que están azotando al mundo, la altísima inflación en el país trasandino es un flagelo con el que conviven hace décadas y el cual ningún Gobierno ha sido capaz de controlar.
Mientras que Brasil anotó en el tercer mes de 2022 su mayor inflación mensual desde 1994, con una subida de 1,62, dejando al en 12 meses en 11,30%.
EE.UU. vive su mayor inflación en 40 años y precios en Rusia se disparan
Por otro lado, la principal economía del mundo, Estados Unidos, no se queda atrás. Su tasa interanual de inflación subió con fuerza en marzo a 8,5%. Se trata del nivel más alto para la inflación anualizada en la principal potencia económica mundial en más de 40 años y obedece principalmente al encarecimiento de la gasolina, los alimentos y la materia primera.
Y en solo un mes, los precios subieron 1,2%. Solo el precio de la gasolina se disparó 18,3% con respecto a febrero y representó cerca de la mitad de la inflación estadounidense.
A su vez, el país invasor, Rusia, también vive un contexto inflacionario complejo dado los efectos del conflicto armado que decidió iniciar. La inflación en el país liderado por Vladimir Putin se aceleró un 17,49% al 8 de abril pasado, su nivel más alto desde febrero de 2022. La volatilidad del rublo (la moneda rusa) hizo que los precios se dispararan bajo sanciones occidentales sin precedentes.
Los precios de casi todo, desde las verduras y el azúcar hasta la ropa y los teléfonos inteligentes, han subido mucho en las últimas semanas después de que Rusia inició el 24 de febrero lo que denomina "una operación militar especial" en Ucrania.
En Alemania, por su parte, la inflación interanual alcanzó en marzo el 7,4%, la máxima registrada desde la reunificación alemana en 1990. Se trata de un alza potente, considerando que en febrero el dato anual se había ubicado en 5,1%.
En la antigua República Federal de Alemania (RFA) la última vez que se había registrado un nivel similar de inflación fue en 1981, como consecuencia del alza de los precios de petróleo por la guerra entre Irán e Irak.
Buena parte del repunte inflacionario actual de Alemania está relacionado con la guerra en Ucrania, con la pandemia y con problemas en las cadenas de suministro. En marzo, los precios de la energía en la potencia europea se situaron un 39,5% por encima de los del mismo mes del año anterior.
Reino Unido, a su vez, anotó una inflación anual de 7% en el tercer mes del año -frente al 6,2% registrado en febrero-, lo que representa la mayor subida de los precios desde marzo de 1992.
Se espera, además, que el alza de precios en Reino Unido no de respiro en el corto plazo, dado que a partir del pasado 1 de abril el regulador británico del mercado energético elevó en un 54% el tope aplicado a los precios de la electricidad en respuesta al encarecimiento del gas.
El Banco de Inglaterra prevé que la inflación se sitúe alrededor del 8% en el segundo trimestre de 2022 y por encima a finales de año.
En cuanto a España, su inflación subió mensualmente en marzo un robusto 3%, lo que ubicó a la inflación anual hasta el 9,8%, el nivel más elevado desde mayo de 1985, y es que España se ha visto especialmente afectado por el alza en el precio de la energía, lo que solo se ha profundizado con la guerra en Ucrania.
Eso sí, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) espera que la escalada de precios haya tocado techo en marzo y que el IPC comience a moderarse a partir de abril.