SANTIAGO.- Fabrizio Copano viene llegando de Los Angeles, ciudad donde estaba viendo si se concretan nuevos proyectos profesionales. A pesar de estar ocupado con eso, ha seguido trabajando en un enorme desafío que tiene para febrero: debutará en el Festival internacional de la canción de Viña del Mar.
Esta semana va en la séptima versión de su rutina. Un trabajo que, cuenta, ha cotejado con amigos y gente a la que respeta en términos humorísticos, como Luis Slimming, el guionista de Edo Caroe. Ellos le mandan comentarios y eso lo lleva a hacer cambios, por ejemplo, acortando el largo de su presentación que en un momento duraba dos horas. Además de eso, planea probar su rutina en distintos lugares, como el evento benéfico Vamos Chile-Alto al fuego que se hará el domingo 12 en el Movistar Arena, de aquí a su presentación pauteada para el 26 de febrero.
Y eso, cree, es uno de los fuertes de su rutina. "Está súper probada, súper pulida, ha tenido varias pasadas, ha cambiado según el tiempo. Me he subido a tantos escenarios en los últimos cinco años que uno va perdiendo miedo y ganando confianza, y eso va a ayudar", dice sobre una carrera que lo ha tenido haciendo stand-up comedy en el país, Latinoamérica y Estados Unidos.
Además, este material está siendo mejorado desde el 13 de diciembre, día en que firmó contrato tras una larga negociación, precisamente porque el evento viñamarino chocaba en fechas con uno de los proyectos que está intentando cerrar en Estados Unidos.
Sin pánico
En tanto, para no sucumbir ante los nervios —"Hasta el momento no he tenido grandes crisis de pánico ni momentos de estrés", asegura—, ha dejado de lado las redes sociales y desde hace dos semanas un amigo suyo está a cargo de sus cuentas. De esa manera, se ha concentrado más en su trabajo que en los posibles comentarios negativos que podría enfrentar. "Quiero evitar cualquier cosa que interrumpa mi paz mental", comenta y se explaya "Creo que si uno se mete a leer todo los que dicen, incluso la buena onda, genera presión".
El plan parece estar funcionando, porque efectivamente suena tranquilo y, más llamativo, habla lento. "Estoy intentando modular, en México no me entendían nada", dice sobre el cambio que ha implicado su carrera internacional y agrega bromeando: "He perdido mi Rafael Gumucio y he ganado mi Rafael Araneda".
Es siguiendo esta senda, que aún no ha decidido si usa "muela", tener a un comediante con el guión en mano que le de instrucciones al oído. "Siento que me puedo desconcentrar", explica.
Los chilennials
Copano adelanta que va a hacer un relato generacional y se va a centrar en los chilennials, como llama a los jóvenes locales hiperconectados de de su generación. Y se va a presentar en una noche hecha a su medida —gracias a DJ Balvin, Mon Laferte, Lali y Maroma y Bombai, será en mayoría un público joven— , pero aún así tiene un plan para evitar que un posible choque generacional vuelva menos efectivos sus chistes. Aprovechará la masividad de elementos como WhatsApp, pero se dará el tiempo para hacer una pequeña introducción en caso de hablar de aplicaciones como Tinder.
Eso sí, tiene claro que existe el potencial de fracasar frente al Monstruo. "Esa posibilidad está desde que uno dice que sí. Lo bueno de ser joven es que igual puedes volver o cambiar", dice y recuerda que en otras ocasiones no ha tenido los mejores resultados. Como ocurrió, por ejemplo, con la película "Héroes".
En este caso, piensa en la importancia dentro de la cultura pop que tiene el Festival. "No quiero caer en el tener miedo, quiero pasarlo bien incluso si quedo en la lista de la gente a la que le fue mal". Mientras recuerda que lleva viendo el humor del evento desde que tiene memoria, un rito al que le ve un lado casi sociaológico porque considera que los chistes e incluso el vestuario de los humoristas de cada año pueden dar una idea de lo que ocuría en el país en ese momento, asegura que incluso si le va val considera un honor ser parte del Festival. "Siento que nada me va a detener, un fracaso me va a obligar a reinventarme".
