PARIS.- ¿Se puede separar a un artista de su obra? ¿Se mancha una obra cuando su creador se ve involucrado en actitudes condenables? El caso de
Roman Polanski es emblemático para plantearse estas preguntas y no deja de causar controversia a pesar de que han pasado cuatro décadas desde que por primera vez se le acusó de pedofilia.
La
Cinemateca Francesa, en París, confirmó esta semana que incluiría en su programación una retrospectiva del director Roman Polanski, pese a las duras críticas que recibieron por parte de defensores de los derechos de las mujeres.
La prestigiosa institución de cine, "fiel a sus valores y su tradición de independencia", no tiene previsto "sustituir a la Justicia", señaló en un comunicado. La organización Osez le Féminisme acusó a la Cinemateca Francesa de participar en "la cultura de la impunidad de la violencia masculina". "La impunidad de Polanski junto al honor que le rinde esta institución del cine, es insoportable", explicó la organización.
Sin embargo, la sala de cine respondió: "Nosotros no entregamos ni premios ni certificados por buen comportamiento". Y añadió que ese no es su papel como museo. Su objetivo es mostrar el conjunto de las obras de cineastas e integrarlas en la historia del cine, explicó la Cinemateca.
Polanski tiene una causa judicial abierta desde hace 40 años en Estados Unidos por abusar sexualmente de una niña de 13 años. Polanski admitió entonces haber mantenido relaciones sexuales con ella sin su consentimiento, pero huyó al extranjero antes de que se diera a conocer la condena. A principios de año el director renunció a presentar la entrega de los premios César por las protestas en su contra.