Sin una figura sobresaliente o alguna diatriba de peso, el quinto debate demócrata dejó este miércoles la sensación de un "todos contra" el Presidente de EE.UU., Donald Trump, que entre acusaciones y críticas terminó por robarle el protagonismo a los aspirantes a la candidatura del partido azul.
"No podemos ser consumidos por Donald Trump", alertó en la apertura del encuentro el experimentado senador Bernie Sanders a sus nueve compañeros de escenario, al señalar que siguiendo ese camino perderán la elección del año próximo.
Pero al final todos sucumbieron ante la tentación de atacar a Trump, que este miércoles enfrentó una de las jornadas más duras de las audiencias públicas celebradas dentro de la investigación de juicio político que le sigue la cámara baja.
Fue precisamente ese proceso el que abrió las preguntas y desplazó gran parte de los temas de la discusión que esta vez no abordó la problemática de las armas en el país.
Trump y el juicio político
Horas después de que el embajador ante la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, asegurara ante los congresistas que existió "quid pro quo" en las coacciones de Trump a Ucrania, los aspirantes demócratas no ahorraron críticas hacia el gobernante.
"Tenemos que establecer el principio de que nadie va a estar por encima de la ley", puntualizó la senadora Elizabeth Warren, quien consideró haber visto lo suficiente como para que Trump sea destituido.
Sanders se plegó a la ola e indicó que Trump "no solamente es un mentiroso patológico" sino el "Presidente más corrupto de la historia del país", y apuntó que la gente considera que si quebrantó la ley "debería ser procesado como cualquier otro individuo".
El alcalde Pete Buttigieg opinó que en circunstancias normales el Presidente debería dejar su oficina y, al compararse con él, recordó que no juega golf, el deporte favorito del inquilino de la Casa Blanca.
La senadora Kamala Harris se quejó de que el embajador Sondland haya desvelado una "empresa criminal" y una "Administración corrupta", por lo que exigió que haya la misma justicia para todos.
"Pensamos que Donald Trump es un problema. No. Es un síntoma no una enfermedad", recordó, por su parte, el emprendedor Andrew Yang.
Política exterior bajo examen
El ex vicepresidente Joe Biden, quien hizo gala de su experiencia política, aseguró que de llegar al poder dejaría de vender armas a Arabia Saudí y responsabilizó al "príncipe coronado" del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
También indicó que buscaría que las Naciones Unidas condenen a China por mantener uigures en centros de detención en Xinjiang y por no cumplir sus compromisos con Hong Kong.
Sanders planteó, entretanto, que Washington busque acercar posiciones entre Irán y Arabia Saudí e incluso entre Israel y Palestina.
"Soy pro-Israel, pero debemos tratar a los palestinos con el respeto que se merecen", argumentó.
Con respecto a la migración, Warren criticó que se haya separado a niños inmigrantes de sus familias, y reclamó que se viva en la frontera "a la altura de los valores" estadounidenses.
Con cuatro mujeres aspirantes y cuatro periodistas haciendo preguntas, el asunto de género no estuvo ausente de la controversia.
"A las mujeres se les pide un estándar más alto", reclamó la senadora Amy Klobuchar, quien en una confidencia admitió haber recurrido a todos quienes podía para financiar su campaña, incluidos sus ex novios, que, dijo, aportaron 17.000 dólares.
"Si crees que una mujer no puede vencer a Donald Trump, (la presidenta de la Cámara de Representantes) Nancy Pelosi lo hace todos los días", subrayó, entre aplausos.
Cambio climático y otros temas
El multimillonario Tom Steyer enarboló como su bandera la atención a la crisis climática y la necesidad de que haya "cambios estructurales en Washington", al argumentar que el Gobierno está bajo la influencia de las grandes corporaciones.
Yang recordó la importancia de pensar en "las verdaderas amenazas del futuro", entre las que mencionó la inversión de China en inteligencia artificial, lo que, a su juicio, pone a Estados Unidos en riesgo de perder su carrera armamentista.
Mientras que la congresista Tulsi Gabbard, quien es ex combatiente, pidió que no se envíen más soldados a "sacar dictadores" y, casi al final, se enfrentó a Buttigieg, también excombatiente, sobre el uso de tropas estadounidenses en México y un encuentro que ella mantuvo con el presidente sirio, Bachar Al Asad.