Primero que todo debe existir la tarjeta genuina (original del usuario). Luego, la persona puede ir a un comercio y pagar mediante Redcompra o en su defecto acudir a un cajero automático (sistema Redbanc). En estos dos caso debe existir la adulteración mediante la instalación de dispositivo skimmer, el cual puede estar acompañado por un keylogger o en su defecto un sistema fílmico que captura las claves secretas por parte de los tarjetahabiente.
Luego de capturada la información se sincroniza la información de skimmer y captura de claves secretas, para luego crear una tarjeta nueva con la información procesada y comenzar a realizar los respectivos fraudes.
En ambas situaciones ya sea Redbanc o sistema Redcompra hay clonación.
Debe existir una conducta continua en el tiempo que dice relación con estar cambiando frecuentemente la clave secreta de la tarjeta. Actualizarse a los medios tecnológicos, ya que así podemos dejar como predeterminado que el emisor de la tarjeta nos notifique cada movimiento que se realice, ya sea mediante mensaje texto o la aplicación del emisor de la tarjeta.
Otra recomendación es observar detalladamente dónde va a utilizar la tarjeta la persona a quien se la entrega y, por cierto, resguardar siempre las seguridad de su clave secreta.
Las con chip y pago sin contacto, toda vez que los antisociales se dedican a capturar información asociada a la banda magnética.