Las contradicciones entre versiones y peritajes aún mantienen las dudas que se han instalado en la investigación sobre el caso del homicidio de la subinspectora Valeria Vivanco. Escenario que aún no le permite a la fiscalía reconstruir, con prueba científica, los hechos que rodearon el disparo a la funcionaria de la Brigada de Homicidios de la PDI.
El Mercurio tuvo acceso a las fotografías de los peritajes a la víctima, sus lesiones y también las evidencias recogidas en el sitio del suceso, las que reabren el debate en torno a lo que realmente ocurrió el 13 de junio pasado en La Granja, donde Vivanco y tres compañeros realizaron un control a los dos únicos imputados en este caso.
Ambos fueron formalizados por el homicidio de la mujer y quedaron en prisión preventiva, pero luego accedieron a una rebaja de cautelares, tras los antecedentes que surgieron en la indagatoria y que hicieron que el Ministerio Público dirigiera su atención al rol que habría jugado en el incidente el detective Leonel Contreras.
Y es que pese a que un informe balístico del Laboratorio de Criminalística de la PDI involucró a Contreras en el disparo, o por lo menos al arma que portaba ese día marca Jericho de 9mm, luego de tres semanas desde que la Fiscalía Metropolitana Sur recibiera ese análisis no ha decidido formalizarlo, a la espera de otras diligencias encargadas a Carabineros.
Una de las tesis en su contra habla de un ingreso de proyectil por la espalda de la víctima, lo que contradice un informe inicial del SML y de la propia PDI tras la revisión del cuerpo, que indica una entrada frontal de la bala.
Lesión de 0,5 centímetros sería la entrada de proyectil
Los primeros antecedentes del caso incluyen el examen corporal a Vivanco en el hospital, con imágenes de sus heridas por la entrada y la salida del proyectil. Lo que se acompaña con detallados informes, que incluye el documento titulado "Fijación y Descripción de Lesiones o Alteración".
El texto señala que "en el tercio distal del hemitórax anterior izquierdo, a 1,17 metros del talón izquierdo desnudo, a 5 centímetros a la izquierda de la línea media anterior y a 1,5 centímetros sobre el reborde costal izquierdo, se aprecia una herida contuso erosiva, con presencia de orificio que mide 0,6 centímetros por 0,4 centímetros, con eje mayor horizontal". Y que "de igual forma, se observa presencia de un halo erosivo ligeramente excéntrico, mayor hacia lateral, con diámetro horizontal de 1,1 centímetros y diámetro vertical de 0,6 centímetros. Lesión compatible con entrada de proyectil balístico único".
Luego, el documento da cuenta de la herida de salida de la bala, que ubica en la espalda: "En la cara posterior del tórax, específicamente en la región dorso lumbar, a 1,10 metros del talón derecho desnudo, a 1 centímetro a la derecha de la línea media posterior y a 31 centímetros bajo la proyección de C7, se observa una herida contusa, con presencia de orificio que mide 0,4 centímetros de diámetro, con borde contuso que mide 1 centímetro por 0, 8 centímetros, con eje mayor transversal y presencia de equimosis de coloración violácea, que mide 1,8 centímetros por 1,6 centímetros. Lesión compatible con lesión de proyectil balístico único".
El vehículo Kia Río en el que huían los dos imputados en el caso y que desencadenó la persecución que terminó con el disparo a Valeria Vivanco, tiene dos impactos de bala de delitos anteriores que aún investiga la fiscalía.
Vestimentas: polera azul con "desgarraduras"
Sin embargo, se incluye otra pericia que señala que la entrada de la bala habría sido por la espalda de la subinspectora Vivanco. La PDI, al analizar la vestimenta de la detective, la describen como "una polera de marca sintética, manga 374, de color azul" y "un pantalón de mezclilla de color azul".
Sobre los hallazgos en la ropa, el informe describe que "se hace presente que en su cara anterior, a 15 centímetros de la costura inferior y a 16,5 centímetros de la costura lateral izquierda, presenta una desgarradura de forma irregular, que mide 0,4 centímetros en su eje vertical por 0,5 centímetros en su eje horizontal".
Agrega que "en la cara posterior de la polera, a 11 centímetros de su costura inferior y a 22 centímetros de la costura lateral izquierda, se observa una desgarradura de forma irregular, que mide 0,4 centímetros de eje vertical, por 0,5 centímetros de eje horizontal".
Luego, otro informe de microanálisis, apunta a que se detectó un "chamuscamiento" en la parte posterior de la polera, como posible ingreso de bala.
La bala
Primeras imágenes del proyectil —tomadas en el sitio del suceso— dan cuenta de la evidencia y registro N° 6 que se encontró entre las calles Las Parcelas y Santo Tomás. El que además también alimenta las dudas y discrepancias en el caso, ya que un primer informe, la PDI no pudo vincular la bala a un arma específica, lo que sí logró que de forma posterior, el 29 de julio, en el peritaje que señala que el disparo se realizó con una pistola institucional Jericho 9mm.
La primera imagen del proyectil se encuentra en los primeros análisis de la policía civil, en los que se indica que "peritos del Laboratorio Criminalístico Central levantaron el proyectil balístico deformado, el cual fue debidamente embalado, rotulado y sellado. Además, se realizó un barrido a dicho proyectil, la cual fue debidamente embalada, rotulada y sellada".
Pacto de silencio: "Es poco probable"
Consultado sobre estos primeros antecedentes la defensa de Leonardo Contreras, el abogado Marcial Lagos, dice que "se pueden ver claramente dos cosas muy puntuales. Primero el torso de frente de Valeria que tendría que ser herida de entrada, pues la segunda imagen, de la espalda, es muy característica y es propia de cualquier herida balística con salida de proyectil, donde el orificio es circular, donde hay una exposición de la piel hacia afuera".
¿Por donde entró entonces la bala? "No se sabe", dice Lagos. E indica que es “eso es lo que queremos que se aclare, porque primeramente la Brigada de Homicidios de la PDI, que en su personal hay un médico especialista, revisa a todas las personas que tiene sospecha de muerte en sitio del suceso. En ese escenario es el médico el que hace una revisión formal del cuerpo y el da una conclusión científica”.
El abogado recuerda que el Servicio Médico Legal (SML) entregó la misma conclusión.
Sobre el "chamuscamiento" en la polera que indicaría el ingreso de la bala por la espalda, el abogado subraya que "no es una evidencia superior a la del cuerpo".
También recuerda que es difícil que intervengan tantas personas de distintos organismos a cargo de las revisiones que sean parte de un supuesto "pacto de silencio".
"Es muy poco probable que ellos tres detectives se hayan coludido en un pacto de silencio, porque no se conocían anteriormente, los del mismo vehículo. Además, actuaron solo como testigos, ya no participaron en la investigación del sitio del suceso en el lugar ni el hospital, fue un equipo multidisciplinario totalmente distinto a los tres que participaron", dice.
Y agrega que "con el SML tampoco se conocen, no tiene una interacción de amistad, solamente de trabajo. No pueden estar coludidos los tres funcionarios de la Brigada de Homicidios con todo el equipo multidisciplinario".
Consultado el abogado Alfredo Morgado, que representa a la familia de la subinspectora, prefirió declinar emitir opinión, por ahora, en mérito de requerir estudiar en forma acuciosa todos y cada uno de los antecedentes y a la espera de los nuevos informes periciales que se han encomendado a Carabineros.