Si bien el Presidente Gabriel Boric no es dado a atender los requerimientos de la prensa -salvo en el caso excepcional del viernes 18 de octubre en Lampa, en que quiso contestar más de 30 preguntas sobre el caso Monsalve- el silencio que guardó en su reciente gira internacional, sentó el hermetismo del Mandatario.
La interacción que tuvo con los medios de comunicación que lo acompañaron a Perú y Brasil para dar cobertura a su participación en las cumbres APEC y G20 fue nula. A diferencia de otras ocasiones, Boric no concedió el tradicional balance de su itinerario en el extranjero, que viene de la mano con consultas de la coyuntura nacional e internacional.
En su lugar, la ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo; el Canciller, Alberto Van Klaveren, y la ministra de Desarrollo Social, Javiera Toro, estuvieron a disposición. Es así que la vocera debió abordar las dudas por la trama judicial del exsubsecretario, que ese martes se aprontaba a enfrentar la audiencia de formalización.
En la instancia, a Vallejo se le preguntó si el silencio del Mandatario en la gira no era una evidencia de que el caso Monsalve había opacado la misma. "Evidentemente, en el clima político que tenemos, van a haber muchos cuyo mayor interés sea llevar esto al Presidente permanentemente y luego críticas al Presidente por referirse a estos temas, entonces nunca quedar conformes con lo que hacer o deja de hacer el Presidente", adujo.
Destacado la participación del jefe de Estado en G20, la ministra señaló que "para el resto, estamos nosotros también, para poder responder a sus inquietudes. Pero es evidente que muchas veces la crítica es que habla, que no habla. Palos porque bogas, palos porque no bogas ha sido la constante en estos y en otros casos".
"Es evidente que muchas veces la crítica es que habla, que no habla. Palos porque bogas, palos porque no bogas ha sido la constante en estos y en otros casos".
Ministra Camila Vallejo
Hoy, sin margen para un intercambio, el Presidente se refirió a la prisión preventiva decretada para la otrora autoridad de Interior, en el marco de su alocución en la promulgación de la ley de funerales de riesgo.
"Es una decisión correcta" sostuvo, valorando que "nadie está por sobre la ley", como dijo la última vez que se pronunció por el caso, a través de su cuenta de X.
Mientras el Mandatario se mantiene lejos de la prensa, es el subsecretario del Interior, Luis Cordero, quien asume la principal vocería del caso. A primera hora de este martes abordó la medida cautelar de Monsalve y abordó las esquirlas por los gastos reservados.
Pese a que es al ministro de Justicia, Jaime Gajardo, a quien le podría corresponder referirse a las coyunturas que están en sede judicial, en esa cartera destacan que el caso está radicado en Interior, pero acotan que el secretario de Estado sí fue consultado esta mañana por la situación de la otrora autoridad, y que se volverá a pronunciar al respecto, en la medida que sea requerido.
Con todo, en Palacio explican que Cordero integra el comité de crisis de La Moneda, donde también se encuentra se encuentra la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD); su jefa de gabinete, Pía Mundaca; la ministra de la Segegob, Camila Vallejo (PC); el jefe de gabinete del Presidente Boric, Carlos Durán (FA); el jefe del Segundo Piso, Miguel Crispi (FA), y el encargado de la Secretaría de Comunicaciones, Pablo Paredes (FA). Por eso, y por su actual conducción en la subsecretaría del Interior donde aún está enmarañado el caso, se le apunta como un el mejor interlocutor.
Como sea, en la sede de Gobierno ya hay quienes temen por la fatiga en la que pueda caer el subsecretario, no solo por la cantidad que trabajo al que está sometido en su nuevo cargo, sino por la probabilidad de que el caso Monsalve se extienda hasta plazos indeterminados.
Debate
En ese contexto, analistas políticos evalúan la fórmula que ha fijado el Ejecutivo para atender la trama judicial.
El analista de la Universidad Central, Marco Moreno, sostuvo que "el nuevo diseño de La Moneda para esta fase extendida o permanente de la crisis que se instala después de que se dictaminaran las cautelares contra Manuel Monsalve, de alguna manera impone un desafío al Gobierno en el sentido que si se gestiona adecuadamente puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la figura presidencial, por el contrario, una mala gestión en esta etapa, puede perpetuar el daño y consolidar una percepción negativa a largo plazo".
"Cordero es el botón de pánico del gobierno. Es el vocero que necesita para enfrentar situaciones de crisis, tal como sucedió con el caso Indultos y con el caso Convenios".
Mauricio Morales
Para apuntalar al Mandatario, Moreno consideró necesario
"alejar lo más posible al Presidente del caso". "De alguna manera, lo que se busca es encapsular ahora la fase o la etapa penal en el caso de Manuel Monsalve y evitar que siga escalando los cuestionamientos a la responsabilidad política en relación a las decisiones que se tomaron".
"En este sentido parece razonable instalar la vocería única en alguien que pueda manejarse con más soltura en el ámbito legal donde se cree que va a estar fundamentalmente puesta la discusión, como es el caso del secretario Cordero".
Ahora bien, advirtió que "ese solo hecho no es el único frente que va a tener que enfrentar al Gobierno, sino que también lo que tiene que ver con las responsabilidades políticas, especialmente desde que se instaló la idea de que los asesores del Presidente tuvieran conocimiento de lo que el Presidente pensaba hacer en relación con el caso Monsalve".
En tanto, el investigador asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, sostuvo que "una vez más, el subsecretario Cordero asume el papel de ser el abogado del gobierno y particularmente del Presidente. Al parecer, no hay nadie más que esté capacitado para enfrentar a los medios con alguna coherencia. La ministra vocera y la Secom brillan por su ausencia, pues no parece haber un diseño razonablemente armado para enfrentar la coyuntura".
Dicho eso, advirtió que el "Presidente seguirá expuesto al menos por dos factores. El primero es que él decidió cargar personalmente con la crisis desde la cuestionable conferencia de prensa que dio a los pocos días de haberse destapado el caso. El segundo tiene que ver con el pésimo manejo que tuvo en las primeras horas, en que retuvo a Monsalve, autorizó su viaje al sur, y no solicitó su renuncia a pesar de la gravedad de los hechos. Lo que vemos hoy son los frutos de ese conjunto de malas decisiones, además salpicado por las contradicciones y vacíos que aparecen con los días".
Al respecto, el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, apuntó que "Cordero es el botón de pánico del gobierno. Es el vocero que necesita para enfrentar situaciones de crisis, tal como sucedió con el caso Indultos y con el caso Convenios".
"El gobierno cayó en una especie de "multivocería" en el contexto del caso Monsalve, lo que terminó complicando innecesariamente las cosas. Además, todo parece indicar que el Presidente confía en Cordero y que sus colegas del gabinete lo ven como una autoridad segura. Por cierto, Cordero realiza todo el trabajo que, por cuestiones de formación profesional, no puede hacer la ministra Tohá, quien debe concentrar sus esfuerzos en la coordinación política del gabinete", comentó.
Y concluyó que "dado que el gobierno tiene la necesidad de ordenarse detrás de un discurso y una argumentación técnica, Cordero es el más indicado para desarrollar dicha función".
