La NASA comenzó este año con una interesante misión: Estudiar el cuerpo celeste más alejado de la Tierra que se ha llegado jamás, el objetivo seleccionado fue Ultima Thule y la primera imagen se compartió el 3 de enero. Ahora, cuatro meses después, un equipo de científicos ha logrado publicar el primer estudio sobre este objeto.
Se trata de un perfil realizado por investigadores en la última edición de la revista Science en el que se detallan los primeros datos recopilados durante el sobrevuelo realizado durante Año Nuevo a 2014 MU69, el nombre científico de este cuerpo, que efectuó la sonda de la NASA New Horizons.
Esta nave fue la misma que en 2015 entregó la mejor imagen que se ha obtenido de Plutón. Ahora, en un viaje a 6.400 millones de kilómetros de la Tierra, los científicos tardaron sólo un par de semanas en notar que Ultima Thule era mucho más complejo de lo que se pensaba inicialmente.
El viaje también es la primera investigación realizada por una misión espacial de un planetesimal bien conservado, una antigua reliquia de la era de la formación de planetas.
Para este trabajo, los científicos detallan aspectos de su desarrollo, composición y geología. El objeto es de 36 kilómetros de largo y consiste en un lóbulo grande, extrañamente plano apodado "Ultima", conectado a un lóbulo más pequeño, algo más redondo apodado "Thule", en una coyuntura llamada "el cuello". La forma en que estos dos lóbulos obtuvieron su inusual estructura es un misterio imprevisto que probablemente se relaciona con el modo en que se unieron hace miles de millones de años.
Los lóbulos probablemente una vez orbitaron entre sí, como muchos de los llamados mundos binarios en el Cinturón de Kuiper, hasta que algún proceso los reunió en lo que los científicos han demostrado que es una fusión "suave". Este proceso los científicos aún no lo tienen completamente claro, ya que son varias las teorías que acompañan la publicación.