Little Havana debe ser uno de los barrios más famosos de Miami y un testimonio latente y vivo de lo que fue la inmigración cubana a Estados Unidos luego que el 1 de enero de 1959 Fidel Castro llegara al poder tras encabezar la revolución que derrocó al régimen de Fulgencio Batista.
Fiel representante de la cultura latina, sus calles llaman la atención por sus alegres colores y sus tiendas que emulan el diario vivir de la capital cubana. Por eso, no resulta extraño llegar a una plaza y ver como los vecinos se reúnen en torno a una partida de dominó disfrutando de un buen café en una mano y un puro en la otra.
Vanesa Navarrete, Product Manager Norteamérica de COCHA, explica que “este barrio de Miami es un lugar muy pintoresco” claro ejemplo de cómo la inmigración ha ido moldeando a los Estados Unidos. Añade, que para comprender este fenómeno “lo más recomendable es ir a descubrir sus calles emblemáticas y disfrutar, por ejemplo, de la gastronomía de la isla en medio de la ciudad”.
Quizá por eso no resulta extraño ver que en este barrio, a diferencia de otros, el diario vivir se hace en la calle, junto a los amigos y la música tropical. Para eso nada mejor que visitar este lugar durante los últimos viernes de cada mes donde toda la comunidad se vuelca a las avenidas para participar de los llamados “viernes culturales” y que no es otra cosa que una entretenida fiesta que llena de música, danza y expresiones artísticas cada rincón de esta comunidad que ya es parte del ADN de Miami.
Tesoro Nacional
Precisamente por esto es que “la Pequeña Habana” dejó de ser solo un barrio y ya está en la categoría de “tesoro nacional” del país del norte. Esto se consiguió gracias a grupos dedicados a la preservación histórica que buscan proteger esta zona cargada de tantas historias que entremezclan el dolor de muchas familias desarraigadas de su tierra y la alegría de vivir.
Fue precisamente el trabajo de estas personas las que llevaron al Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica a tomar la decisión de incluir este barrio en su lista de “tesoros nacionales” y evitar así que especuladores inmobiliarios la transformaran con nuevos proyectos habitacionales. La idea es que con esta designación se puedan preservar los edificios históricos del área y mantenerlo accesible a los habitantes de la clase trabajadora.
Dómino Park y otras atracciones
El parque Máximo Gómez, popularmente conocido como el Dómino Park, debe ser el lugar más tradicional de esta zona de Miami y es el punto de encuentro de los más ancianos de la comunidad que se juntan en este sector para disfrutar de las tardes en torno a una amena partida de ajedrez o dominó.
Ubicado en la conocida Calle Ocho (SW 8th Street), este parque comparte espacio con bellas tiendas de frutas, cafés y restaurantes.
Ya terminado el juego de dominó o ajedrez, nada mejor que caminar unos metros y conocer el “paseo de las estrellas”, muy similar a la famosa calle de Hollywood, pero que rinde tributo a los latinoamericanos que con su aporte artístico, social y cultural han ayudado a la integración de la cultura latina en Estados Unidos. Aquí destacan nombres como Celia Cruz, Gloria Estefan y Thalía.
Si aún quedan ganas de caminar antes de disfrutar de un mojito la alternativa es la Avenida 13. Aquí el turista encontrará un parque en memoria a los héroes cubanos como el poeta revolucionario José Martí o el héroe de guerra Antonio Maceo.
Es una zona más bien tranquila y agradable que llama a caminar sin apuro. No obstante, también tiene una advertencia, ya que en esta calle se encuentra un árbol que, según la tradición de la zona, no es conveniente tocarlo ya que trae la mala suerte.