SANTIAGO.- Un grupo de relatores de Derechos Humanos de la ONU ha alertado este miércoles de la situación de la cooperante Nazanin Zaghari-Ratcliffe (40) y de la activista Narges Mohammadi (46), encarceladas en Irán y que han iniciado una huelga de hambre para denunciar la falta de atención médica que reciben.
"Pedimos al Gobierno (de Irán) que de forma inmediata e incondicional proporcionen a Nazanin Zaghari-Ratcliffe y Narges Mohammadi la atención médica y el tratamiento adecuados en vista de las graves dudas sobre su salud", han insistido los expertos en un comunicado conjunto.
Zaghari-Ratcliffe, ha asegurado que las autoridades no han atendido sus peticiones para examinar bultos que le han salido en el pecho, un fuerte dolor en el cuello y entumecimientos en brazos y piernas, según su marido. Tampoco ha recibido atención psicológica ajena a la prisión de Evin, donde se encuentra recluida tras ser acusada de conspirar contra el Estado.
Por su parte, Mohamadi, la activista de Derechos Humanos, lleva más de un año sin recibir la atención requerida pese al embolismo pulmonar que padece y a coágulos y sangrados relacionados. También necesitaría tratamiento por una operación en la vesícula.
Los relatores de Naciones Unidas han emplazado a las autoridades a resolver "urgentemente" las dudas suscitadas, en la medida en que la falta de atención médica "podría equivaler a un trato cruel, inhumano o degradante, o incluso a tortura".
Asimismo, han recordado las conclusiones ya publicadas por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria y han considerado "arbitrarias" las detenciones de ambas mujeres. Mohammadi está recluida desde mayo de 2015 y Zaghari-Ratcliffe desde abril de 2016, sin perspectivas de solución judicial a la vista.
La historia
En el año 2015, Narges Mohammadi una ciudadana iraní y Vicepresidenta del Centro de Derechos Humanos de Irán, quien participó en la campaña a favor de la despenalización de la pena de muerte, fue arrestada y condenada a 16 años de prisión.
Los cargos que se le imputaron en aquel entonces tenían relación a la seguridad nacional del país, por "conspirar" en contra del sistema, y hacer "propaganda en contra del Estado", según Amnistía Internacional.
La justicia iraní utilizó como prueba para su detención una entrevista realizada en 2004 a Narges, por el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
La sentencia de prisión fue posterior a haber sufrido años de hostigamiento y detenciones por parte del gobierno, quienes además le negaron el derecho a recibir la visita de sus dos hijos de nueve años. Los mellizos, tuvieron que mudarse al extranjero junto a su padre ya que no había nadie que los pudiera cuidar en Irán. .
Por otro lado, en el año 2016, Nazanin una ciudadana británica-iraní que trabajaba para la empresa de información Thomson Reuters, fue arrestada cuando viajaba junto a su marido e hija a celebrar año nuevo con su familia en Irán.
Según informó la BBC, al llegar al aeropuerto de Imam Khomeini en Teherán, fue detenida y sentenciada a cinco años de prisión por supuesto espionaje y conspiración para derrocar el mandato iraní, un cargo que ella niega rotundamente.
El esposo, quien se mantiene en constante contacto telefónico con ella, cuenta que la mujer extraña mucho a su hija y que no se encuentra en un estado mental sano.
En sus últimas conversaciones, Nazanin le dijo a su marido que comenzaría una huelga de hambre de tres días debido a que ha pedido en varias ocasiones ver a un médico, por diversos malestares corporales, y se lo han negado.
