En la misma misiva, Benedicto XVI dijo que estaba ''realmente triste'' por el sufrimiento de las víctimas de los abusos sexuales de los sacerdotes y que estaba ''dispuesto'' a recibirlas.
EFECIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI expresó el sábado la "vergüenza" y los "remordimientos" de toda la Iglesia frente al escándalo de pedofilia en el clero irlandés, en una carta a los católicos de Irlanda publicada el sábado por el Vaticano.
En la misma misiva, Benedicto XVI dijo que estaba "realmente triste" por el sufrimiento de las víctimas de los abusos sexuales de los sacerdotes y que estaba "dispuesto" a recibirlas, como lo hizo con las víctimas de hechos similares en Estados Unidos y Australia.
En la carta, que será leída el domingo en todas las parroquias irlandesas, Benedicto XVI afirma que los sacerdotes culpables de abusos sexuales tendrán que responder no sólo "ante Dios" sino también ante la justicia ordinaria.
Por otra parte, Benedicto XVI anunció iniciativas para la "curación y la renovación" de la Iglesia irlandesa.
Entre esas medidas, el Papa señaló una "visita apostólica", es decir una investigación, "en varias diócesis de Irlanda" y la realización de "seminarios" y "congregaciones religiosas".
El Papa también denunció los "graves errores de juicio" cometidos por el episcopado irlandés, acusado de haber cubierto centenas de casos de pedofilia cometidos por sacerdotes durante varias décadas.
El Pontífice se refiere con dureza a los curas pederastas, acusa también a los obispos irlandeses de no haber sabido gestionar los casos ocurridos y dice que tienen que reconocer que se cometieron graves errores de juicio y fallo de dirección.
Sus palabras reflejan el contenido del llamado "Informe Murphy", fruto de una investigación que reveló el pasado noviembre la connivencia de la Iglesia católica con el Estado para ocultar durante décadas cientos de abusos sexuales en las parroquias de la diócesis de Dublín.
Un mes después, el obispo de Limerick, Donal Murray, dejó el cargo a raíz de que el citado informe calificase de "inexcusable" su actitud con un sacerdote sospechoso de pederastia.
A esta renuncia le siguió la del obispo de Kildare, James Moriarty, y la de los obispos auxiliares en la archidiócesis de Dublín Eamonn Walsh y Raymond Field.
El único de los cinco altos clérigos criticados en el documento que todavía se aferra al cargo es el obispo de Galway, Martin Drennan, quien sostiene que el informe no le señala personalmente a él.