SANTIAGO.- Impresionado con la Presidenta Michelle Bachelet y llevándose el libro "Las caracolas" de Pablo Neruda que le regaló la Mandataria, se retiró de La Moneda el científico británico Stephen Hawking.
El ilustre visitante se reunió por cerca de una hora con la Jefa de Estado, acompañado también por su secretaria personal Judith y el físico chileno Claudio Bunster.
Judith fue la encargada de interpretar lo que el científico dijo a través de su computador, frente a las preguntas de la prensa que lo esperaba con expectación en el Patio de Los Cañones.
Hawking se declaró "impresionado" por la Gobernante y por este "hermoso país" que había visitado por primera vez hace diez años.
Luego de destacar también la "cálida hospitalidad" con que ha sido recibido en Chile, el físico británico comentó que en su conversación con Bachelet hablaron de diversos temas, pero "específicamente aspectos de la mujer y los avances que Chile ha hecho y especialmente que el país está trabajando y avanzando en la democracia".
"Se están haciendo todos los esfuerzos para el desarrollo de la sociedad", agregó Hawking.
El físico teórico más famoso del mundo aseguró, además, que Chile está trabajando para mejorar los beneficios para las personas minusválidas y que "en esta visita específicamente también se han hecho muchos avances para mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas".
Tras referirse brevemente a estos temas, Hawking y su secretaria personal se retiraron de la sede de gobierno para dirigirse rápidamente al aeropuerto.
Stephen Hawking (65) está en una silla de ruedas desde hace décadas. No habla por sí mismo, no camina, no sonríe ni se alimenta solo. Tiene que ser asistido en todo, depende de todos. Una traqueotomía le salvó la vida pero lo dejó mudo. Un sintetizador con acento "gringo" le permite sacar la voz.
A los 21 años le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad degenerativa de las neuronas motoras que lo debería haber matado en sólo tres años. Estaba en una cama de hospital autocompadeciéndose de su fatalidad hasta que vio al lado a un niño con leucemia. Decidió que había enfermedades peores y por eso deseó "hacer algo".