COPIAPÓ.- Una de las diez perforadoras dispuestas en el yacimiento San José avanza más rápido de lo previsto, sembrando esperanzas de dar con los 33 trabajadores que ya cumplen cuatro días atrapados.
El encargado de dar la noticia fue el gerente general de la minera San Esteban, Alejandro Bohn, quien dijo que la máquina de sondaje lleva 200 metros, 100 más que lo esperado.
"Ttenemos cinco máquinas, estamos ya trabajando con dos de ellas en forma intensa. La primera me han reportado que tiene un avance de 200 metros, lo que es un muy buen avance. Y la otra tiene ya un poco más de 80 metros, lo que también es un buen avance", dijo.
Los nuevos trabajos pretenden establecer un nexo con los obreros, a través de ductos que permitan comunicarse y entregarles oxígeno, alimentación y agua, vital para su supervivencia.
Para las 13 horas, se espera tener claridad sobre los avances de las labores de rescate, las que podrían tardar "varios días", según dijo durante el fin de semana el ministro Laurence Golborne.
"Precarización de la minería"
Uno de los temas más cuestionados ha sido la falta de seguridad en el yacimiento. Dicha materia fue tocada por Javier Castillo, director de la Confederación Minera, quien denunció que las anomalías en San José no son aisladas, sino que es una tendencia repetida en los demás piques.
En ese sentido, acusó una "precarización" de la minería en el país: "La forma de ver el trabajo de minero en Chile es con precarización del empleo, sin escuchar la voz de los trabajadores cuando dicen que hay peligro o riesgo".
Castillo, quien también es secretario del sindicato de la compañía San Esteban, propietaria del yacimiento San José, asegura que el afán por obtener beneficios impera por encima de la "dignificación" del trabajo, lo que desencadena en desgracias como la que transcurre en el desierto desde hace casi cuatro días.
En la misma línea, el obispo de Copiapó, Gaspar Quintana, dijo que la Región de Atacama "es muy rica en minería", pero la seguridad es aún una "tarea pendiente".
En radio Cooperativa dijo esperar "que la minería no sea una permanente aventura donde frecuentemente tenemos que estar llorando y sometidos a un drama que ojalá no lo tuviéramos".
Algo similar opinó el presidente de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas, obispo Emiliano Soto, quien endosó a la empresa San Esteban toda la "responsabilidad" de la tragedia .
"Es la que toma las decisiones al interior de la mina", lo que a su juicio, demostraría "una gran culpabilidad desde los niveles gerenciales".