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"El
arte me parece ser
sobre todo un estado del alma"
Marc Chagall
Marc Chagall siempre fue un tipo solitario. No hablaba mucho
y sus cercanos eran pocos. A pesar de ser el mayor de nueve
hermanos, nunca se caracterizó por ser una persona
sociable. Sin
embargo toda su energía la plasmó en diversas
disciplinas artísticas, siendo en la pintura donde
encontró su mayor placer y relajo. No obstante, escribió
poesía, diseñó escenografías
y vestuario, realizó ilustraciones de libros, cerámica,
vitrales, mosaicos, esculturas, tapices y numerosa obra
gráfica.
Para muchos críticos y estudiosos sus orígenes
determinaron en cierta manera cómo sería el
resto de su vida y por sobre todo, su cercanía con
el surrealismo. Mark Zakharovich Shagal nace el 7 de julio
de 1887 en el gueto judío de la ciudad de Vitebsk,
en Rusia (actualmente en Bielorrusia), en el seno de una
familia modesta, con un padre que trabaja en una fábrica
de arenques y una madre encargada de las tareas domésticas.
Sus primeros antecedentes artísticos se remontan
a su época escolar, ya que desde ese entonces muestra
cierta inclinación hacia el dibujo, situación
que a pesar de su corta edad no sería menos problemática,
ya que desafiando la normas judías imperantes, que
prohíben la realización de imágenes,
emprende una carrera artística que tendría
su expresión máxima en el ingreso, a los diecinueve
años, en el taller de Yejuda Pen, calificado por
muchos como un pintor loco.
Tras este fundamental paso para lo que sería su conversación
definitiva al mundo de las artes, Chagall se traslada a
San Petersburgo con sólo 21 años. Acá
deambula de un lado a otro esperando que un mecenas lo acogiera.
Tras una estadía más que breve en la escuela
de Bellas Artes y gracias a los azares de la vida, Chagall
finalmente logra contactarse con Lev Baskt, famoso escenográfo
de los ballets rusos, quien se convierte en su maestro.
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