Se renuevan los rumores acerca del posible regreso de un modelo con motor Wankel en el seno de Mazda. Esta vez, se trataría de un modelo, el RX-9, que sería presentado en el próximo Mundial del Automóvil de París.
Mazda lleva produciendo motores Wankel o rotativos desde los años 70 y aunque no fue la única marca en emplearlos –NSU también los empleó– ha sido la marca que más ha insistido en ellos.
Un motor rotativo emplea un rotor triángulo-lobular que gira a gran velocidad dentro de un cilindro en torno a un eje excéntrico formando cavidades entre las paredes del rotor y las del cilindro, produciendo los 4 tiempos del ciclo de combustión interna.
Es un motor de importantes ventajas técnicas. Es compacto, simple y entrega potencia de manera lineal respecto al aumento de revoluciones. Es decir, al contrario de los motores de cilindros en V, en línea o bóxer, mientras más rápido gira un Wankel, más potencia dará. Además, suelen ser muy livianos en relación a la potencia que desarrollan.
No obstante, también tienen desventajas importantes. Por razones inherentes consume aceite en cantidades considerables, mientras que el consumo de combustible también es elevado.
El último modelo de Mazda en emplear un motor Wankel fue el coupé RX-8 que se produjo entre 2002 y 2010 y que a pesar de sus múltiples convertidores catalíticos, no pudo cumplir con las cada vez más exigentes normas de emisiones.
Lo cierto es que Mazda quiere que regresen los motores Wankel, pues así lo han expresado muchos de sus directivos. Pero quieren un producto perfecto.Y podrían haberlo conseguido con una nueva versión 1,6 turboalimentada de hasta 400 CV, que podría montarse en el que sería el RX-9, basado en el prototipo RX Vision de 2015.
Habrá que esperar, por tanto a la apertura del Mundial de París para ver si finalmente Mazda decreta algún avance en esta tecnología.
