En julio pasado un conductor de 75 años, al volante de un veloz Peugeot RCZ, simplemente no pudo controlar el vehículo en los estacionamientos de un conocido centro comercial de Santiago y tras estrellarse contra una barrera cayó al piso inferior.
Tuvo suerte, pues solo se le diagnosticaron lesiones menores, pero la naturaleza del accidente hizo preguntarse, a no pocos, si es conveniente que los adultos mayores sigan conduciendo indefinidamente.
El hecho es que la Ley de Tránsito no establece límites de edad para la entrega de licencia una vez que el candidato ha cumplido 18 años. Sin embargo, un estudio efectuado por la Conaset reveló que si bien la proporción de fallecidos a consecuencia de siniestros de tránsito en Chile se concentra en el grupo de jóvenes de entre 19 y 33 años de edad (con algo más de 27%), el grupo de adultos de entre 46 y 63 años es la segunda mayoría con un global que supera el 24%.
Aunque estas proporciones están referidas simplemente a la cantidad de fallecidos y no consideran factores como el número total de conductores en cada uno de esos grupos etáreos, estudios similares que se han hecho en México y Australia, han llegado a conclusiones parecidas: que el grupo de riesgo por excelencia es el comprendido entre los 20 a 40 años, pero el de edades mayores tiene una presencia significativa en las tasas de accidentabilidad.
En tales estudios se reconoce el efecto de las alteraciones sensoperceptivas que experimentan los adultos mayores, como la respuesta más lenta a los cambios de iluminación, campo visual reducido, menor agudeza para detectar los objetos en movimiento y el mayor tiempo necesario para procesar la información que sufren los conductores de edad avanzada.
Regulaciones Internacionales
Australia estableció algunas restricciones para los adultos mayores incluyendo la delimitación de un perímetro dentro del cual se puede movilizar el conductor y la prohibición de la conducción nocturna.
En otros países también hay restricciones similares. En España, por ejemplo, la Dirección General de Tránsito (DGT), imprime códigos restrictivos en el reverso de las licencias de conducir que van desde la obligación de usar lentes (al margen de la edad del conductor), hasta limitaciones bastante estrictas, como prohibir la conducción durante la noche, la obligación de circular únicamente sin pasajeros, sin remolque, a una velocidad máxima determinada y solo por carreteras secundarias.
Incluso se puede limitar la conducción a un radio de 20 kilómetros, o la cifra que se considere oportuna, alrededor de la vivienda del propietario.
En Chile hubo una iniciativa en 2012 para establecer limitaciones a la edad de los conductores profesionales, pero hasta ahora el proyecto sigue durmiendo en el parlamento.
Por lo pronto, la iniciativa parece ser discutible, más aún cuando el propio Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) indicó que el 81% de las personas mayores en Chile es autovalente y que el escenario de mayor dependencia y discapacidad se genera recién después de los 80 años.
Dado ese caso y que de acuerdo a estimaciones del propio Senama en Chile aumentará al doble el número de conductores adultos mayores al año 2025 debido al cambio demográfico, el Automóvil Club de Chile señala algunas recomendaciones para el adulto mayor que quiera o necesite conducir un automóvil.
1.- Utilizar de manera frecuente los dispositivos de seguridad del automóvil, adecuándolos en cada desplazamiento.
2.- Evitar conducir si se ha pasado una mala noche o se está con un tratamiento médico que reduce las capacidades para realizar esta función.
3.- Evitar las horas punta y los trayectos complicados.
4.- Preferir la conducción durante el día en vez de la noche.
5.- Realizar recorridos conocidos e ir la mayor parte del viaje acompañado.
6.- Si se utilizan lentes o audífonos es importante mantenerlos limpios y revisarlos para evitar una disminución de las capacidades visuales o auditivas.
El auto ideal
También el auto importa en la ecuación de seguridad para el conductor de edad avanzada y, por lo mismo, te entregamos una serie de recomendaciones para elegir el mejor vehículo.
1.- El tamaño del auto importa. Lo mejor es un auto mediano, porque mientras uno pequeño puede presentar dificultades para el abordaje, uno muy grande puede ser difícil de maniobrar y ofrecer mala visibilidad. La idea es que la postura de manejo sea más bien elevada y que no exija contorsiones para subir o bajar.
2.- Un auto con caja de cambios automática siempre será más cómoda que uno con caja manual. Exige menos movimientos coordinados, elimina uno de los pedales y es más agradable en el tránsito denso.
3.- Siempre que sea posible, hay que escoger un auto con sistema de climatización y retrovisor de oscurecimiento automático. Una temperatura estable ayudará a mantener la concentración y el espejo autooscurecido eliminará los destellos y reflejos molestos que pueden encandilar.
4.- Los autos que tienen sensores de proximidad son de gran ayuda, pues gracias a ellos el conductor no tiene que moverse para ver hacia atrás las zonas que no ve por los espejos.
5.- Cuando se conduce, hay que asegurarse de emplear el cinturón de seguridad y, en el caso de los adultos mayores, es todavía más importante el ajuste correcto del apoyacabezas, pues de este dispositivo depende evitar el latigazo cervical.
6.- Es mejor un auto con volante grueso que delgado. Es más fácil de asir, lo que es buena cosa para los que sufren de artritis. Y si el volante es calefaccionado, mejor.
7.- El auto que se escoja debe tener instrumentación grande y simple. Que sea fácil de leer e intuitiva. Un diseño demasiado vanguardista puede resultar confuso y requerir un tiempo de acostumbramiento mayor. La botonería debe ser mínima e igualmente fácil de leer.
8.- En algunos casos hay que verificar que el maletero admita implementos como sillas de ruedas o muletas. La opción de apertura remota, desde el interior, desde la llave o una apertura y cierre eléctrico para este compartimiento es siempre conveniente.
9.- Es buena cosa que los frenos ABS sean obligatorios, pero si el auto además tiene control electrónico de estabilidad o control de tracción, todavía mejor.
10.- Pensar en sistemas de alerta de tránsito cruzado o las incipientes tecnologías de manejo semiautónomo aparentemente aportaría más seguridad, pero agrega un nivel de complejidad al usuario que no necesariamente le ayudaría en la realidad.