Las Fiestas Patrias se nos vienen encima y con ellas las ganas de ir a pasar el fin de semana largo fuera de Santiago. Pero cuidado. Si usted decide irse el viernes 16 al sur por la Autopista Central y pasar por el tramo entre Toesca y Rondizzoni entre las 17:30 y las 20:00, mejor vaya muy, muy atento, porque el riesgo de tener un accidente de tránsito es mayor que en cualquier otra hora del día.
Si todo va bien este escenario debería cambiar en un futuro cercano ya que la propia autopista podría advertirle a los conductores las probabilidades de accidentes según el flujo de tránsito y las condiciones de conducción.
Los ingenieros Franco y Leonardo Basso, académicos de la U. Diego Portales y de la U. de Chile respectivamente, han trabajado intensamente en el desarrollo de modelos matemáticos que van más allá de simplemente entender por qué ocurren los accidentes, sino que generan advertencias para prevenirlos.
Y los resultados iniciales son altamente auspiciosos, porque de acuerdo a Basso, el modelo que han desarrollado logra predecir el 80% de los accidentes; es decir, de cada 10 accidentes ocurridos, el modelo había anticipado ocho.
La cifra es extraordinaria ya que de acuerdo al ingeniero, que además trabaja en el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería de la UDP, las mejores aproximaciones a escala mundial para la anticipación de tales eventos llegaban al 60 o 65%, lo que sitúa a la investigación chilena en la cima mundial.
Toda esta maravilla se debe a los pórticos de las autopistas. Esos artilugios gracias a los cuales nos cobran el uso de la vía. Resulta, explica Franco Basso, que estos pórticos recogen mucha información acerca del flujo de vehículos, información que no es sólo abundante, sino además muy precisa: Saben la patente, la fecha y hora del paso, el tipo, la velocidad y el sentido en que circulan todos y cada uno de los vehículos.
Con toda esta base de datos, el modelo aprende el comportamiento que tienen los conductores.
Así las cosas, esta innovadora herramienta está siendo aplicada experimentalmente en el tramo específico de la Autopista Central entre Toesca y Rondizzoni, que comprende dos pórticos. Por eso es que se sabe que la mayor probabilidad de accidentes en dicho tramo ocurren entre las 17:30 y las 20:00 cuando se va en dirección al sur en vísperas de un fin de semana largo.
Aunque eso podría parecer relativamente obvio, las causas de ello no lo son tanto. Los accidentes ocurren, concluye el modelo, cuando en la zona más próxima al Mapocho la densidad del tránsito empieza a disminuir y, al mismo tiempo, aumenta en la zona de Rondizzoni.
Esto pasa porque la menor densidad de flujo (autos por metro de autopista) incentiva la circulación a mayor velocidad, hasta que inesperadamente se encuentran con una zona de frenaje más adelante.
Más curioso es que en general los choques son a baja velocidad, 30 km/h en promedio.
Basso indica que ahora hay que transformar este conocimiento en acciones preventivas. La idea que están trabajando con la Autopista Central es diseñar un sistema computacional que lea en tiempo real las condiciones del flujo, aplique "la maquinita" del modelo y responda advirtiendo a los conductores. Han pensado en una especie de semáforo, pero aún están en conversaciones con el concesionario de la autopista para implementar un sistema piloto.
Por supuesto, advierte el ingeniero, las conclusiones obtenidas no aplican a cualquier tramo de cualquier autopista, ya que las condiciones de flujo y la geometría de la propia carretera son diferentes, pero en un mundo ideal, cualquier tramo de autopista urbana controlada con pórticos podría proteger a sus usuarios de la misma manera.
