La rotonda es un tipo especial de intersección, donde los tramos que llegan a ella se comunican y circulan a través de un anillo de circulación rotatoria alrededor de una isla central, que normalmente tiene una estatua o áreas verdes al centro.
Hay una variedad de diseños de rotondas, pero todas siguen el mismo principio, donde el conductor entrante debe ceder la preferencia, luego escoger el carril adecuado para su trayecto y para salir, siempre se debe estar ubicado en la vía de la derecha.
“Las rotondas disminuyen el número de accidentes de tránsito y sus consecuencias al reducir la velocidad de entrada en las intersecciones y los puntos de conflicto en un cruce. Así también, mejora los problemas de viraje de izquierda, que es uno de los más peligrosos”, afirma la secretaria ejecutiva de Conaset, Gabriela Rosende.
En tanto, David Zamora, académico del departamento de Obras Civiles de la Universidad Católica del Maule, entrega los siguientes detalles acerca de este tipo de intersecciones y del comportamiento que deben tener los conductores en ella:
1.- La rotonda no es otra cosa que una esquina curva.
2.- Para girar, al igual que las calles, hay que ocupar el carril derecho.
3.- El que ocupa el carril interior, no debe acceder a la salida a menos que el carril derecho este sin tránsito.
4.- Si el conductor del carril interior no tiene el carril derecho desocupado, no puede acceder a la salida, por lo que deberá permanecer dentro de la rotonda una vuelta más o las que sea necesario, hasta que pueda ingresar al carril exterior.
5.- Si un conductor no tiene claro cuál es la salida correcta, debe mantenerse girando en los carriles interiores, hasta que este seguro de qué salida tomar.
“La velocidad aconsejable para ingresar no debiese superar los 35 kilómetros por hora”, afirmó Nicolás Aguayo, experto en seguridad de Automotriz León.
Además agregó que los automóviles que están dentro de la rotonda no tienen ninguna obligación de cambiar de carril, frente al vehículo que se incorpora.