Chevrolet y las fuerzas armadas de Estados Unidos deben haberse inspirado en la ubicua camioneta Toyota Hilux que emplean milicias desde Somalia a Afganistán y desde Congo a Siria para desarrollar la Colorado ZH2 FCEV.
Pero como en Estados Unidos la consigna es para qué hacerlo simple si se puede hacer complicado (y caro), el nuevo vehículo está propulsado por una celda de combustible; es decir, por un sistema que oxida hidrógeno para producir electricidad.
Las primeras pruebas reales de uso se llevarán a cabo en 2017 y por ahora, los detalles son muy limitados.
El nuevo Chevrolet Colorado ZH2 FCEV es fruto del acuerdo al que llegaron en 2015 General Motors y el Centro de Ingeniería, Investigación y Desarrollo de Tanques y Automóviles del Ejército de Estados Unidos (conocido como Tardec o Tank Automotive Research, Development and Engineering Center).
El vehículo emplea como plataforma la Chevrolet Colorado, que a su vez comparte componentes con nuestra conocida D-Max. No obstante, la versión militar es considerablemente más grande, con 1,92 metros de altura y 2,03 metros de ancho (sin retrovisores), cotas que alcanza gracias a la suspensión elevada, a sus enormes neumáticos de 37 pulgadas de diámetro y a unos tapabarros considerablemente más anchos.
Al contrario de las virtudes aprovechadas por guerrilleros de toda calaña en muchos países en conflicto, que usan estas camionetas medianas por su versatilidad, confiabilidad y simpleza, la idea de los militares estadounidenses es comprobar las aplicaciones militares de los sistemas de propulsión eléctricos con celdas de combustible. En el proceso, General Motors aprovechará los resultados obtenidos para su posible aplicación civil y comercial.
Asimismo, la evaluación también contempla las posibles aplicaciones de las celdas de combustible en el campo de batalla, como por ejemplo, para proporcionar energía eléctrica sin hacer ruido a otras herramientas, algo muy interesante en zonas remotas y riesgosas.
No obstante y debido a ello, es dudoso que el Colorado ZH2 FCEV llegue realmente al campo de batalla, al menos no como vehículo de primera línea; sin embargo, GM sí podría sacar provecho de este desarrollo en futuros modelos todo terreno.