El año 1976 pasó a la historia como el año en que toda una nueva categoría de modelos entró al escenario. Y como suele pasar en toda historia, hubo un pionero que dio origen a la saga: el Volkswagen Golf GTi.
Fue ese modelo el que dio origen a una gama que hoy conocemos como Hot Hatch; es decir, un auto con carrocería de dos cuerpos dotado de un rendimiento dinámico más allá de lo que se esperaría de un autito esencialmente urbano y familiar.
N hay que olvidar que cuando se comienza a articular la idea del Golf, la idea era usarlo como reemplazo del Escarabajo, por allá por 1974. Por entonces se tenía la idea de que cualquier auto que un eventual reemplazo del popular Escarabajo debía tener características técnicas muy diferentes: debía ser hatchback, tener motor transversal y tracción frontal, así como motor enfriado con agua, diversos niveles de equipamiento y otras cosas.
Unos ingenieros de Volkswagen decidieron trabajar sobre el diseño básico del Golf, firmado por el creador Giorgetto Giugiaro, para experimentar con cosas más interesantes. Se preguntaron qué pasaba si al motor de 1,6 litros del Golf le instalaban una nueva inyección Bosch, le mejoraban los neumáticos, le arreglaban la suspensión y le modificaban las relaciones de la caja de cambios.
Y vaya que sí pasaron cosas: resulta que el Supergolf pesaba solo 800 kilos, así que con 110 caballos, volaba hasta los 180 km/h alcanzando los 100 km/h en 9 segundos. Ok, no son cifras para que nadie se desmaye hoy, pero estamos en 1975, así que cuando el modelo fue exhibido en el Salón de Frankfurt de ese año, fue sensación.
Los alemanes de Volkswagen, un poco tímidamente, decidieron venderlo en una edición limitada a partir de 1976 con la designación GTi (Gran Turismo inyección). Y a partir de entonces todo explotó: aparecieron los Renault R5 Alpine, los Ford Fiesta XR2, los Ford Escort XR3, los Fiat Ritmo TC, los Opel Kadett GT y otros.
Los Hot Hatch habían nacido.