Que tu auto sea usado de “blanco” por los pájaros ya es desagradable, pero aunque no lo creas también es extremadamente dañino para la pintura del vehículo, tanto así que los especialistas recomiendan limpiar inmediatamente el desecho de los plumíferos.
Explican que si el excremento de los pájaros no es retirado a tiempo de la carrocería podría, con el tiempo, dañar irremediablemente la pintura del auto.
Un estudio realizado a inicios de la década demostró que si bien el PH o acidez de los excrementos de pájaros no daña inmediatamente la pintura del vehículo, su efecto se multiplica cuando el auto queda expuesto al sol.
La idea es que la luz del sol calienta la pintura del auto y hace que esta se expanda. Al dilatarse las fecas de los pájaros, ya deshidratada, se incorpora en esta superficie y se enquistas cuando se contrae la pintura al llegar la noche. Esto hace que se formen esas desagradables marcas que no desaparecen con nada.
Lo que es peor aún, no basta simplemente con pasar un paño o retirarlo con un simple chorro de agua.
Lo ideal sería aplicar abundante agua en la zona afectada, poner un paño mojado sobre el excremento durante 10 minutos y luego retirar con un sutil movimiento.